Tan iguales y tan distintos. Ni muy muy ni tan tan, pero todo cambia...
Miércoles, 12 Octubre 2011 10:07

Tan iguales y tan distintos. Ni muy muy ni tan tan, pero todo cambia...

Basta caminar un poco por el casco antiguo de Panamá, hacer un septimazo en Bogotá o ir de compras a Patronato en Santiago de Chile, para terminar de sacarse las dudas, si es que las hay, que somos hermanos, nos queremos mucho y nos admiramos pero, los latinoamericanos, como fieles representantes del crisol de razas que nos conformó, somos diferentes y en algunos casos, muy diferentes.

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Cuando a Daniel Pasarella, siendo DT de Uruguay le preguntaron como era vivir en Montevideo dijo algo así: "Casi como vivir en Buenos Aires, somos muy parecidos pero la gran diferencia es que los uruguayos no son tan cholulos y puedo ir por la calle tranquilo, sin que nadie me agobie".

En la última Copa América, los fanáticos chilenos "invadieron" Mendoza y San Juan y a todos los que quisieran oírlos, les repetían que eran campeones, pero no con ilusión, como una expresión de gran esperanza, lo hacían convencidos, rozando la soberbia. Como era muy probable suponer (menos para los hinchas de la roja por supuesto), su selección pasó sin pena ni gloria por el torneo y mordiendo rabia, regresó a su tierra mucho antes de lo esperado. En la primera fecha de la eliminatoria actual, sin caer en los excesos de Mendoza y San Juan, nuevamente se vio demasiado optimismo en la visita a Buenos Aires y el mismo, fue reflejado por el planteo de Borghi "de igual a igual", ante Messi y compañía y así le fue: 1 a 4. Anoche Chile le hizo 4 a Perú en la segunda fecha y repasando la prensa trasandina, da la impresión que esta lección comienza a ser aprendida, títulos mesurados, análisis optimistas pero no triunfalistas.

Después de la Copa América, el periodismo deportivo y los fanáticos argentinos del fútbol, crucificaron a Sergio Batista, querían colgar a Grondona y solamente por la necesidad de no matar a sus ídolos, "perdonaron" a Messi. Primera fecha de la eliminatoria, Argentina golea a Chile 4 a 1 y de la nada, aparece nuevamente el convencimiento del equipo galáctico y hubo quienes dijeron que lo que quería el Checho (Batista el ex DT de la selección), jugar como el Barcelona, lo había logrado Sabella. Messi, Di María y el Pipa Higuain eran poco menos que la perfección y ya periodistas e hinchas se pusieron a contar cuanto faltaba para ganar la eliminatoria, cómodos. En la segunda fecha, hace escasas horas, bofetada histórica de Venezuela y como la propia prensa argentina lo reconoce, de no mediar la actuación del golero Andújar, el resultado pudo haber sido de catástrofe. Veremos como sigue la historia.

Uruguay consigue en los últimos tiempos, merced a la insólita permanencia del maestro Tabárez al frente del proceso (nunca antes se había podido mantener un conductor tanto tiempo) y la insólita aparición masiva de estrellas (al menos desde la mitad del siglo pasado no aparecían tantos delanteros notables),realizar un gran mundial en Sudáfrica y ganar la Copa América. Por lógica consecuencia en el ranking FIFA supera a Argentina y a Brasil y de la noche a la mañana, pasa a ser favorito cada vez que se presenta. Y ahí está el problema. El tradicional perfil bajo potenciado, "el hacer cuestión de" ser humildes y la costumbre de ser "puntos" contra todas las "bancas", no nos deja terminar de aterrizar en la nueva condición y como que tenemos temor de aparecer agrandados y vamos por la vida como pidiendo disculpas por "andar bien" en fútbol.

Son formas de ser, son las características de la mayoría de cada uno de los pueblos y ello, no debería ser mirado como se hace habitualmente, solamente desde el lado crítico y muchas veces descalificatorio. Somos como somos, como podemos pero, de a poco, casi inadvertidamente vamos cambiando y comienza a apreciarse que los uruguayos comienzan a saber diferenciar lo que es el pueblo argentino con algunos fanfarrones que pueden ser porteños o de provincia, pero iguales a los que hay en todos los demás países y por su parte los argentinos, empiezan a interesarse más por lo uruguayo, a conocernos más, a girar su mirada que sólo apuntaba hacia el Norte (Europa y EEUU) y a saber más como somos.

¿Por qué esta reflexión?

Porque la entendemos necesaria, porque necesitamos conocernos, porque debemos comenzar a eliminar aquellas cuestiones que nos separan o nos enfrentan y de una buena vez, aprender a matizar el "todos" por "algunos" y a no seguir tontamente las modas o las costumbres de rebaños.

Portal de América

 

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