Adults Only, un paso más en la historia evolutiva del turismo
El turismo, como un bien de consumo, también está sujeto a las modas. Así, podemos observar cómo de un año para otro ciertos destinos o productos cobran un inusitado protagonismo en las secciones de viajes de los diarios o revistas, en redes sociales, conversaciones de amigos, etc. Y algunas de estas modas, con el tiempo, no son efímeras sino que acaban transformándose en tendencia.
Por ejemplo, hoy el concepto de hoteles spa está plenamente consolidado, pero era incipiente 15 años atrás. De hecho, en un mercado caracterizado por el aumento de la oferta indiferenciada y una demanda muy volátil como consecuencia de la crisis económica, la industria turística ha sabido redoblar los esfuerzos de segmentación.
Hoteles que organizan conciertos para jóvenes, establecimientos temáticos, rutas de enoturismo, destinos que se especializan en familias, oferta específica para el turismo gay, propuestas para singles… Son algunos ejemplos que muestran la vitalidad y capacidad de reinvención del turismo, también en plena recesión.
Y es que la creación constante de nuevos servicios y productos es el modo natural en que ha evolucionado la industria de los viajes y el turismo desde sus inicios. El todo incluido, el Airbus A380, el Boeing 787 Dreamliner, los megacruceros, las reservas online, la imbricación de webs con redes sociales, la venta a través de smartphones… La innovación es una constante en el sector.
Ahora surge con fuerza en el mercado un nuevo producto que a simple vista podría parecer una moda o un experimento incluso, pues de momento se concentra sobre todo en la industria hotelera.
Son los establecimientos Adults Only, donde no se permite la entrada a niños. Sin embargo, se trata de un fenómeno tansversal, que ya comienza a extenderse a los cruceros y la restauración.
También los grandes turoperadores internacionales ya están incorporando esta oferta específica en sus catálogos. Bajo este concepto subyacen cambios profundos de tipo social y cultural, que la industria turística no debería obviar, pues forma parte de su ADN la capacidad de adaptación contínua.
fuente: www.hosteltur.com
Portal de América