Las áreas y las amenidades, serán comunes de aquí en más para residentes y para huéspedes, segmentos que deberemos acostumbrarnos a observar juntos pero no revueltos.

El ocio, los negocios y la provisión de sustento para los sentidos, vienen en forma de espacios de piscina, spa´s, gyms, centros de convenciones, centros de negocios, servicio de attachés, restaurantes cada vez más integrales, vinotecas y un calendario de eventos especial.

Recordamos no hace mucho tiempo una encuesta realizada entre ejecutivos latinoamericanos  acerca de cuál sería el tipo de hoteles que se usarían de cara a la crisis económica mundial iniciada en 2008 y ¿aún sin terminar?.

En la oportunidad se pronosticaba que los hombres de negocios, urgidos por las centrales de sus empresas a recortar gastos, pasarían a exigir establecimientos más simples que los 5 estrellas de costumbre, destacando que los servicios más importantes pasarían a ser por ejemplo, habitaciones confortables, buena conexión a internet y gimnasio.

Recordamos haber cuestionado el informe con nuestro comentario final, teniendo en cuenta la idiosincrasia de determinados segmentos de ejecutivos según nacionalidad.

Lo que estamos viendo en Panamá, desde dentro del Trump Ocean Club, es un alerta rojo para todos quienes tienen que ver con la conducción del turismo en la región y si no alcanzan a comprender este aviso, les recomendamos repasar con atención la columnna El marco legal de la inversión hotelera en el Uruguay : El Condhotel  publicada en esta edición.

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