En esta parte del mundo, las distancias son tan enormes que hay travesías que pueden parece impensables si no se recorren volando pero hay muchos tramos, muy importantes, a los que se podría cubrir con los sustitutos mencionados.

Claro está que para que se pueda pensar en determinados tipos de transporte, caso concreto el tren de alta velocidad, en países como los nuestros, debería pensarse en  alguna fórmula que permita llevar adelante la idea como un proyecto de interés público de cada Estado, intentando demostrar la mayor transparencia posible. Los costos son tan elevados que sin la participación del Estado, se nos hace que puede ser imposible cualquier intento.

De seguir los citados y conocidos impedimentos coyunturales siendo los causantes de la frustración actual de los viajeros, suena casi obligatorio, ponerse a pensar en alternativas válidas al avión.

El puente entre Colonia y Buenos aires, los ferrys rápidos en esa misma ruta, las líneas de tren de alta velocidad de Capital Federal a Rosario, a Córdoba, a Mendoza y en general, a ciudades importantes en Argentina, Brasil, Chile y demás naciones vecinas, pasarían a ser opciones cada día más válidas.

Una vez más somos conscientes que estamos opinando acerca de un tema que molesta a todos quienes están involucrados o tienen dependencia del mundo de la aviación comercial, pero también una vez más, sentimos que debemos poner este llamado de atención a consideración de quienes corresponda.

Nada de lo que decimos puede sorprender demasiado, nada de lo que decimos, es en contra de nadie ni de nada.Todo lo que decimos, parte de los más estrictos datos de la realidad. Algo habrá que hacer.

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