Todos sabemos que hay quienes escriben o dicen lo que le conviene al gobierno de turno, al empresario que es buen avisador y de una u otra forma, a favor del poder. También están los que lo hacen en contra, por intereses económicos, políticos o de cualquier otra índole.
Nunca nos gustó escribir ni hablar a favor o en contra, nosotros desde siempre, hemos optado por escribir y hablar alentando el desarrollo del turismo, del país y de nuestra gente y esa determinación, muchas veces nos lleva a pisar callos, a incomodar al poder político o a enojar a algún empresario que es buen avisador, porque para escribir y hablar alentando el desarrollo del turismo, del país y de nuestra gente, muchas veces debemos criticar iniciativas, sin importarnos si son públicas o privadas, de que color son o a quien pertenecen.
Y en el camino se encuentra de todo, como nos ha pasado felizmente con algunos avisadores privados que priorizan lo que les ofrece el medio por su penetración y no pierden el tiempo en juzgar su opinión y nos contratan publicidad y por ejemplo, lo cual no es secreto para nadie, con el organismo oficial que rige los destinos del turismo en el Uruguay. Nosotros siempre hemos expresado nuestra opinión, fieles a nuestro leal saber y entender y quienes tienen a su cargo conducir a la actividad desde la función pública, han sabido diferenciar correctamente, aún en discrepancia, la línea editorial, con el auspicio y el apoyo a las iniciativas en pro del desarrollo de la actividad a través por ejemplo, de la capacitación que acostumbramos llevar adelante.
Para sostener nuestra prédica, siempre tratamos de tener a mano la coraza, el casco y todos aquellos elementos que sirvan para minimizar presiones, embates y ondas negativas exteriores. Lo que generalmente nos toma desprevenidos es cuando toda esa defensa se ve quebrantada desde los sitios en que normalmente, deberían remar junto a nosotros, a favor de nuestra corriente y no están precisamente, en el exterior de nuestro ámbito.
Cuando iniciamos este camino, no fueron pocos los que dudaron de nuestra salud mental; esporádicamente, aparece alguien que se pliega a esa creencia, viendo la paja en nuestro ojo, descartando la viga en el propio.
Al parecer, la columna firmada por nuestro director ayer, una vez más, pisa el callo que algunos creen que no se debe pisar jamás, es por eso que hablamos de andar a contramano por la autopista del turismo, pero...cada día más convencidos, lo que no asegura que podamos rebatir con éxito los diagnósticos en nuestra contra.
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