Cuando “se abren las puertas del corral de Santo Domingo y cientos de personas corren delante de las reses a través de un trayecto por el casco antiguo que desemboca en la plaza de toros.” La fiesta atrae a varios cientos de miles de visitantes que gastan unos 45 millones de euros, la ocupación hotelera media supera el 95%.
No es este el único acontecimiento popular de España que concita tamaña atención: Sevilla con su Semana Santa y su Feria, Valencia con Las Fallas, son algunas de las principales celebraciones.
Aunque hay muchas más, como la Romería a la Virgen del Rocío (El Rocío, Almonte, Huelva) un festejo que deleita a cuantos de él participan más allá de credos y filosofías.
Un capítulo aparte son las fiestas de Santiago Apostol, que tienen su momento culminante durante el Año Santo Xacobeo.
Varios factores se conjugan para que estas celebraciones mantengan su vigencia a través de los años:
- Mantienen las tradiciones, que son raramente alteradas y el apoyo de las autoridades, (El Presidente Rodríguez Zapatero fue muy criticado por no asistir a los festejos en Santiago de Compostela)
- Hay una intensa y activa participación popular desempeñando un papel protagónico en los festejos.
- Esto deriva en que el gasto público en la organización sea relativamente bajo en comparación con los resultados.
- La población local se siente orgullosa por las fiestas, convirtiéndose en anfitriona y contribuyendo al mayor lucimiento de su ciudad.
- La prensa española apoya ampliamente la difusión de estos acontecimientos. ( A Pamplona asistirán 700 periodistas de España y del exterior.)
Todo esto lleva a que una fiesta “guarra” como la Tomatina de Buñol reciba 45 mil visitantes.
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