Por supuesto que para los ganadores, Belgrano de Córdoba y Santos de Brasil, la noche no fue triste.
Sí fue triste, el espectáculo ofrecido después de terminado el encuentro del partido Santos- Peñarol, cuando se produjo una descomunal reyerta en la que participaron jugadores y particulares.
Sucedió en un Estadio de San Pablo y las imágenes ya recorrieron el mundo. Imágenes lamentables que no contribuyen a mejorar nuestra “marca continental”.
El hecho que todo comenzara por la invasión de particulares a la cancha, que agredieron a un jugador visitante, abre un interrogante sobre la capacidad de Brasil para organizar eventos deportivos internacionales.
Todo esto fue presenciado por más de cien periodistas extranjeros, muchos de los cuales se quejaron de la mala organización del evento y falta de seguridad para realizar su trabajo.
Aunque no va a pasar nada, triste para Brasil.
Por otro lado a lo largo de este torneo internacional ha existido un forcejeo con las entradas asignadas a los aficionados visitantes, lo contrario a lo que observamos en competencias de otras latitudes.
Todo muy lejos de la propuesta de la OMT para reflexionar en el 2011: “Turismo y el acercamiento de culturas.”
Portal de América