por Damián Argul
De esa relación se desencadenan una serie de hechos que favorecen o perjudican a la actividad en forma directa.
Varios sucesos recientes han sido particularmente elocuentes al respecto.
La turbulencia en los países árabes y el desastre natural en Japón, han significado un enlentecimiento del flujo turístico o su detención hacia y desde esos países.
La suba del petróleo significa graves perjuicios para la Industria y el encarecimiento de los viajes con posibles consecuencias negativas.
Por otra parte este fin de semana una Boda Real en Londres o una beatificación en Roma, han movilizado grandes contingentes de viajeros y contribuido a la promoción de esos destinos.
Terminada anoche, la edición de hoy, nos enteramos de la muerte de una de las personas que más perjudicó a la Industria en lo que va del siglo y atacó en forma directa a la actividad aeronáutica.
No es posible entonces ignorar estos hechos, más allá de nuestras convicciones políticas o filosóficas, que las tenemos y muy firmes, pero que poco pueden interesarle a nuestros lectores.
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