La Europa Nueva
Martes, 26 Abril 2011 23:00
La Rueda de Falkirk
Vimos estos días un documental de la Televisión Española sobre los nuevos y diversos institutos, museos y centros culturales de España. Nos llamó esa asombrosa apuesta al futuro, sus arriesgadas y atractivas propuestas ubicadas algunas, en pueblos y ciudades hasta entonces desconocidas, incluso para quienes nos preciamos de conocer ese país.
Paralelamente otros canales y ese mismo, antes y después, realizan diversas coberturas sobre la próxima boda real de Guillermo y Kate en el Reino Unido.
Aquí priman las tradiciones, viejos usos, antiguos uniformes y carruajes, históricos edificios. cosas que también admiramos y disfrutamos.
Son las dos caras de un mismo continente que coexisten y se retroalimentan.
Lo que nos resulta curioso es como en la imagen que nos llega de Europa, sigan predominando los testimonios de su rico pasado, ignorando esa Europa actual y de avanzada.
Esa imagen proviene fundamentalmente de su sector turístico, sabedores, sin duda, que en nuestros países, comparativamente tan nuevos, el Big Ben es más llamativo que la New Tate, o que El Museo del Prado nos conmueva más que la Ciudad de la Ciencia y Tecnología de Valencia.
Recordamos que en nuestros viajes a Europa ni siquiera apreciábamos tantas maravillas del siglo XIX, por considerarlas demasiado nuevas comparadas con los monumentos y tesoros de la antigua Grecia, Roma o del Románico, el Gótico y el Renacimiento.
No es necesario buscar los últimos titulares de los diarios para descubrir muchas maravillas modernas que pueden pasar desapercibidas a nuestros ojos, como la Ciudad del Vino en La Rioja, la Isla de las Flores en Alemania, la sede del Partido Comunista y de L’Humanité en Paris (Obras de Niemeyer) o grandes obras de Ingeniería como el Viaducto Millau (Francia) o la Rueda de Falkirk (Escocia).
Nos parece bueno saber que atrás del Monasterio de Los Jerónimos (Lisboa), de la Catedral de Colonia o de la Scala de Milán, se encuentran grandes obras de nuestro tiempo que justifican por si solas, un viaje a Europa.
A esa nueva Europa que, además, no solo se encuentra en los grandes monumentos, sino por casi todos lados y en la mentalidad de mucha de su gente.
Nos parece una buena propuesta que los promotores de turismo no deberían descuidar.
Portal de América