Los medios de comunicación pecamos muchas veces de novelería, informando sobre nuevos nichos que pueden sonar tan escalofriantes como el turismo atómico, especialmente en estos días, el necroturismo o el narcoturismo.

Por supuesto que hay formas más edificantes como el avistamiento de aves, el voluntarismo o jardinería.

En la inmensa variedad de nichos podemos encontrar observadores de gorilas en Dzanga-Sangha o buscadores de trufas en la Toscana.

Alcanza con leer la revista Specialty Travel para comprobar, lo que tantas veces hemos afirmado; la curiosidad del turista no tiene límites.

Y toda esa suma de intereses, de nichos junto con las grandes corrientes de turistas, con el sol y playa en primer lugar, son los que conforman las millonarias cifras del turismo mundial.

Lo importante para los responsables de los destinos turísticos es saber discernir entre estas porciones de mercados, cuales pueden ser de interés y en cuales invertir tiempo y dinero.

Es necesario saber si la oferta es atractiva, si tiene un diferencial, si son muchos sus cultores  y a que distancia se encuentran, si los precios son competitivos y si la infraestructura con que se cuenta es apta para el desarrollo de la actividad.

Un ejemplo muy difundido el avistamiento de ballenas, son muchas las costas del mundo que lo ofrecen.

Nos enteramos de esta actividad hace ya demasiados años, en San Diego, California que festejaban el llamado Moby Dick Parade, aprovechando la migración anual de ballenas de Norte a Sur (¿o sería al revés?).

Con el tiempo hemos sabido de la presencia de estos cetáceos en nuestro Atlántico Sur, Santa Catarina, Brasil; Punta del Este, Uruguay y Puerto Madryn, Argentina, que ha sabido posicionarse internacionalmente para el avistamiento de la ballena franca austral.

Son muchos los nichos que han desarrollado un buen movimiento turístico.

Para ello el “boca a boca” es su primer medio de difusión, muy potenciado ahora por las redes sociales.

Luego casi todas estas actividades tienen sus publicaciones especializadas que son el verdadero motor de la actividad y actúan incluso como organizadores de viajes.

En este mundo tan competitivo no es aconsejable dejar de aprovechar cualquier recurso turístico, pero su evaluación es indispensable.

En nuestra industria es fácil crear falsas expectativas, advertir sobre ello, es parte de nuestra misión de periodistas especializados.

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