Era más aceptable y aconsejable viajar a Miami, Gstaad o Río de Janeiro que viajar a Uruguay.
De hecho cualquier político argentino de la oposición, que apareciera en Punta del Este, era en alguna forma desvalorizado por cierta prensa de su país.
Si bien es cierta la dependencia de ese centro turístico del mercado argentino, que mantuvo un crecimiento sostenido, aún con el corte del puente Gral. San Martín, la presencia de distintas personalidades de la política, además de los ricos y famosos habituales, le dan mayor relevancia y exposición en los medios.
Lo importante es, sin embargo, resaltar este hecho como una muestra del avance de las relaciones entre Argentina y Uruguay, producto de que los actuales presidentes han sabido interpretar el sentimiento de sus pueblos y logrado una sintonía por demás bienvenida.
Mejor aún es que el turismo no sea el que "pague el pato" de eventuales desavenencias.
Si muchos argentinos se sienten atraídos por las costas y la tranquilidad del Uruguay, no es menos cierto que para la inmensa mayoría de los uruguayos Buenos Aires es su destino preferido y para muchos de ellos, visitar la Argentina desde la Tierra del Fuego a la Quebrada de Humahuaca, es su forma preferida de vacacionar.
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