En el pasado enero, en una exposición inmobiliaria de Punta del Este, escuchamos algunas voces de protesta por la presencia de una empresa vendedora de propiedades en Miami.

Los Inmobiliarios de Punta del Este son aplaudidos, con razón, cuando asisten a todas las ferias del mundo, pero a alguien no le gusta cuando vienen del mundo a Punta del Este.
Hasta que punto son comparables y cuantificables las diferencias entre turismo emisivo y receptivo?.

Pueden ser válidas como un ejercicio estadístico, pero no más allá de ello.

Un destino turístico puede estar haciendo un gran trabajo y no captar a sus connacionales, por distintas razones.

Cuando no se trata de distorsiones cambiarias, entendemos que existen componentes culturales fuertemente arraigados entre nosotros.

El Hemisferio Norte sigue siendo una gran atracción para nuestros viajeros.

Además es bueno recordar que  “Una frontera es siempre una tentación” (Larry McMurtry) y es válida para todo el mundo.

En una de los primeros cursos de turismo a los que asistimos, se nos enseñó que había tres palabras claves en la actividad: “Siempre algo diferente”.

No es extraño entonces, que a un destino le cueste captar mayores proporciones de turismo interno.

Presentar novedades, innovar, si se justifica, podría ser una solución.

Buscar simetrías puede ser imposible.

¿Como harían Argentina y Paraguay, o EEUU y cualquier isla del Caribe?, ¿y China?.

Es un tema demográfico, como  todo el turismo.

Por supuesto que a nivel interno, las desproporciones son generalmente gigantescas.

Como gente de turismo que somos, estas situaciones las vemos como algo natural.

Y las cifras simplemente como un dato estadístico.

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