Uruguay, la sequía y el discutible análisis del New York Times
Martes, 15 Agosto 2023 11:54

Uruguay, la sequía y el discutible análisis del New York Times

La crisis hídrica que está sufriendo Uruguay ha sobrepasado sus fronteras, y aparentemente se está empleando como "muestra" de lo que puede provocar el "cambio climático". Pero leyendo el artículo del New York Times que reproducimos a continuación, nos encontramos con mucha "información" con la que no estamos de acuerdo. Entendemos que estas diferencias no son directamente atribuíbles a la autora del artículo, sino al cúmulo de notas que sobre el tema se han escrito, con y sin conocimiento de causa. Para no confundir a nuestros lectores, hemos optado por poner luego de cada párrafo con el que no estamos parcial o totalmente de acuerdo, una Nota de Redacción identificada y en negrita.

SACRAMENTO radisson
SACRAMENTO - proasur
Arapey 1250x115
Mintur verano 1250x115
TSTT-1250x115
CIFFT 1250x115
Fiexpo 2024 1250x115

Uruguay y su crisis del agua

por Manuela Andreoni, New York Times, boletín Climate Forward

Los uruguayos llevan meses bebiendo, cocinando y bañándose con agua salada. La sequía más larga que ha registrado el país dejó a su capital, Montevideo, casi completamente seca, lo que hizo que las autoridades de la ciudad tuviesen que agregar agua salobre a sus suministros.

N.de R.: 1) No es agua salada, sino con mayor contenido de sal que lo habitual. El contenido de sal nunca sobrepasó los 0,9 g por litro, el agua del Océano Atlántico tiene 36 g por litro. 2) No se secó Montevideo, sino la represa que abastece de agua a la zona Metropolitana, la que se encuentra sobre el río Santa Lucía Chico, río éste cuya cuenca abarca el centro-sur del país. 3) Ante la situación, tanto el Gobierno Nacional, como el Gobierno de Montevideo tomaron medidas para suministrar por diversas vías agua potable a la población, que se usaba para beber, y según las indicaciones de autoridades de la salud, para cocinar.

La crisis es sorprendente para un país aparentemente bendecido con abundante agua dulce y que parecía estar por delante de la curva del cambio climático, como informó The New York Times Magazine el año pasado. Pero la sequía de tres años puso al país en aprietos.

N.de R.: Respecto a la "abundante agua dulce", sugerimos leer la nota "Sequía en Uruguay, analicemos qué pasó".  

El estrés hídrico es una preocupación importante en todo el mundo. Una crisis similar está ocurriendo en partes de Irán, y quizás recuerden la sequía de 2018 en Ciudad del Cabo y otra en São Paulo, Brasil, en 2015.

Como informamos el año pasado, el cambio climático no fue la causa directa de la sequía en Uruguay y la vecina Argentina. Pero el calentamiento global fue un factor en el calor extremo que la empeoró, según los científicos, al aumentar la pérdida de humedad del suelo y las plantas. Es posible que la deforestación en la Amazonía haya influido.

N. de R.: 1) La principal causa de las lluvias por debajo de lo normal en Uruguay se atribuye a la persistencia durante estos tres años del fenómeno "La Niña", el enfriamiento del agua del Pacífico Ecuatorial. 2) Respecto a la Amazonia, hace años los científicos brasileños demostraron que una floresta estable es neutra en el balance de CO2. Pero si la deforestación se da por quema (libera CO2) y no se establece un cultivo vigoroso que fije el CO2 liberado, ahí se estaría en un aporte directo a la cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera.

Cualquiera que sea el papel que ha tenido el cambio climático, la sequía ha subrayado que los efectos secundarios y las consecuencias inesperadas de un planeta que se calienta pueden perturbar casi cualquier lugar de la Tierra.

Perforar pozos en el patio

La represa de Paso Severino en Uruguay, que abastece de agua a más de la mitad de los 3,4 millones de habitantes del país, tenía solo un 2,4 por ciento de su capacidad a fines de junio. Debido a eso, los funcionarios comenzaron a agregarle al suministro agua del río de la Plata, un estuario donde el agua dulce de dos ríos principales se mezcla con el agua salada del océano Atlántico.

N. de R.: A la fecha el nivel de la represa ya supera el 15%, y desde hace 5 días está funcionando una línea de bombeo que lleva agua dulce desde el río San José al río Santa Lucía, con capacidad de hasta 200.000 metros cúbicos diarios, poco más de un tercio del consumo diario del Área Metropolitana.

La afluencia de agua salada elevó los niveles de sodio y cloruro a más del doble de los niveles considerados seguros según las normas internacionales. El gobierno recomendó que los niños pequeños, adultos mayores, mujeres embarazadas y personas con enfermedades renales y cardíacas crónicas evitaran el agua del grifo.

Las rutinas han cambiado para todos. Quienes pueden pagar agua embotellada la usan todo el tiempo. Con ella se cocina pasta, se lavan lechugas y se hace café, escribió el periodista uruguayo Guillermo Garat en un ensayo de Opinión. Al usar agua del grifo, dijo, “los lavavajillas dejaban manchas saladas en vasos y platos. Lavarse los dientes era como beber un trago de agua de piscina”.

N. de R.: En Uruguay muchas casas de zona urbana, la mayoría de zonas suburbanas y la totalidad de las zonas rurales, tienen pozos de agua. El problema es que los más superficiales (menos de 15 m de profundidad) se han secado. También se han secado los tajamares y cursos pequeños que permitían abrevar a los animales y hacer riego. Sin producción agropecuaria no hay alimentos.

Muchos habitantes han tratado de perforar sus propios pozos con la esperanza de encontrar agua potable, pero existen pocas soluciones a corto plazo, salvo esperar a que llueva. La sequía se ha aminorado un poco en las últimas semanas: la represa de Paso Severino está en torno al 15 por ciento de su capacidad. Pero aunque los niveles de sal han bajado desde el punto álgido de la crisis, las recomendaciones sanitarias del gobierno siguen vigentes.

‘Nos dormimos todos’

Nadie pudo imaginar que esto podía pasar en Uruguay. El país ha demostrado capacidad para actuar con decisión y previsión para lidiar con el cambio climático.

A principios de la década de 2000, una serie de apagones hizo que el país tuviese que cambiar su infraestructura energética. Después de un plan liderado por el gobierno y miles de millones de dólares en inversión privada, el 98 por ciento de la electricidad de Uruguay proviene de fuentes renovables.

La sequía ha sido un golpe especialmente duro para el país, el primero del mundo en establecer el acceso al agua como un derecho fundamental.

“En Uruguay, el agua limpia forma parte de nuestra identidad nacional”, escribió Garat. “A los niños en la escuela les enseñan que el país ha sido agraciado con agua abundante y de buena calidad, gracias a varios grandes ríos y seis acuíferos caudalosos”.

Le pregunté a Ramón Méndez, exdirector nacional de Energía, sobre qué salió mal esta vez. Dijo que Uruguay fue tomado por sorpresa porque su gente pensó que nunca se quedaría sin agua dulce.

N. de R.: Ramón Méndez fue Director Nacional de Energía de Uruguay entre 2008 y 2015, durante los dos pasados gobiernos del Frente Amplio (actualmente en la oposición desde el 1º de marzo de 2020). En 2015, dichos gobernantes declaraban “Todo bajo control y  ningún riesgo con el agua potable por 20 o 30 años”, por lo que en lugar de obras que hubieran prevenido la crisis actual, decidieron hacer un Arena para solaz de los habitantes de la capital, donde aún gobiernan a nivel departamental.

“Demoramos como país en tener una política nacional de agua, tal vez demasiado tiempo”, dijo Méndez. Los críticos han dicho que la mala gestión de una serie de gobiernos —uno inclinado a la izquierda, otro a la derecha— es en gran parte la culpable. El expresidente José Mujica se disculpó con el pueblo uruguayo el mes pasado, compartiendo la culpa con su sucesor.

N. de R.: No fue un problema de "dormirse", sino de una educación con visión sesgada, "Sobreestimamos la cantidad de agua". El copete de la nota publicada en julio dice "Históricamente en Uruguay hemos aprendido a través de los libros de geografía que nuestro clima es templado, y que llueven "promedialmente" 100 mm al mes. y este dato repetido año a año en nuestra infancia y adolescencia tuvo el efecto de darnos la sensación de que el agua nunca nos podría faltar."

“Tendríamos que haber arrancado antes”, dijo Mujica sobre la necesidad de aumentar el suministro de agua dulce del país. “Se me van a enojar, nos dormimos todos”.

Indignación en las calles

Durante la crisis, los uruguayos indignados se han manifestado en las calles.

Están enojados con el enorme sector de la carne de res del país, porque una vaca promedio bebe 40 litros de agua al día. Están enojados con Google por planear un centro de datos en el país que necesitará millones de litros de agua al día para enfriar los servidores. Están enojados con un proyecto de hidrógeno verde porque utilizará grandes cantidades de agua subterránea.

N. de R.: El "enojo" es una muestra más de la falta de conocimientos, y que se está fomentando políticamente un enfrentamiento entre la ciudad y el campo. El agua que bebe el ganado en su mayor parte no compite con el consumo humano, y menos de una cuenca tan pequeña como la del río Santa Lucía. El agua que consumen las industrias normalmente no provienen del suministro de agua potable, sería antieconómico.

“La gente ha quedado con una sensación de rechazo contra todo lo que sea uso de agua que no sea para consumo humano”, me dijo Méndez.

N. de R.: Es peligroso fomentar este tipo de dicotomía, especialmente entreverando usos y fuentes. Hay que insistir con "educación, educación, educación".

La crisis se produjo justo cuando Uruguay intentaba construir una estrategia para el futuro de su economía, más allá de las exportaciones de carne vacuna y soja.

“Todo está en discusión en este momento”, dijo Méndez, “y eso bienvenido sea”, añadió. “Justamente cuando uno tiene que construir una mirada estratégica para el futuro, poner arriba de la mesa cuál es la cuenta ambiental y la cuenta hídrica en particular del país”.

Le pregunté a Carmen Sosa, una activista que lleva décadas liderando protestas por el agua, cuál creía que podría ser la consecuencia de este momento para Uruguay. Aunque está preocupada por proyectos como el de Google, también está contenta de que el agua y el cambio climático se hayan convertido en en debates importantes entre los uruguayos.

“Yo creo que con esto la gente empezó a comprender”, dijo.

Portal de América - por Eliseo Sequeira

Escribir un comentario

Promovemos la comunicación responsable. No publicamos comentarios de usuarios anónimos ni aquellos que contengan términos soeces o descalificaciones a personas, empresas o servicios.