No es novedad para nadie reafirmar que entendemos que los servicios de control de tránsito aéreo, al igual que todos aquellos que en la aviación civil y en el turismo afectan de una u otra manera la imagen del destino son esenciales a tiempo completo. Pero parafraseando al "filósofo Kesman", también hay que decir que "una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa". Procedía el pedido del Ministerio de Defensa al de Trabajo y Seguridad Social para que decretara la esencialidad, pero también procedía y desde hace mucho tiempo, atender las reivindicaciones de los controladores que ya habían sido acordadas en varias oportunidades. Si los afiliados de ACTAU estaba en falta, no es menos cierto que el Estado también. Decimos Estado y no gobierno, ya que la no resolución del diferendo viene de las anteriores administraciones a cargo del Frente Amplio. Con la declaración de esencialidad el actual gobierno defiende la imagen país y ratifica su filosofía, con lo que coincidimos. Pero no se puede obviar, silenciar, el incumplimiento básico a funcionarios que cumplen tareas especiales pero que son poco considerados o postergados. El tratamiento de los gobernantes uruguayos, sean del signo que sean, a todo lo que tiene que ver con la aviación civil, nos provoca vergüenza sin solución de continuidad. Vamos a la información.