por Sergio Antonio Herrera, @DelPDA en Twitter

"Los brasileños estaban molestos desde hace tiempo. Muchos ciudadanos, tomados por inmigrantes ilegales, han denunciado en los últimos años el trato recibido en el aeropuerto de Barajas. Las quejas han ido calentando el ambiente y ahora el Gobierno de Dilma Rousseff ha decidido responder con la misma moneda: a partir del 2 de marzo endurecerá los requisitos de entrada a los turistas españoles. Deberán demostrar que tienen medios para su manutención durante su estancia (75 euros diarios como mínimo) y disponer de reservas de hotel o una carta de invitación de una persona que resida en la ciudad de destino firmada ante notario", dice en un pasaje, el artículo de El País de Madrid que reproducimos en Primera Plana en esta misma edición.

De ninguna manera, a pesar de entender que sus razones tendrá, se nos ocurriría avalar la acción del gobierno norteño. Es tan criticable esta actitud como la anterior de las autoridades migratorias españolas.

Cuando se habla de fraternidad iberoamericana ¿en dónde hay que ubicar estas acciones?.

La hipocresia de uno y otro lado estuvieron presentes con anterioridad y están presentes ahora.

Soy nieto de un español al que no conocí y del que no tengo mayores referencias. Heredé de mi padre algunas costumbres gastronómicas que él, seguramente a su vez asimiló de este gaditano que alguna vez llegó por aquí y al que seguramente, como a tantos otros, este país le abrió las puertas y le dejó trabajar, inciando una nueva vida.

La mayoría de nuestros compatriotas y otros latinoamericanos, expulsados económicamente por la asfixia producida por el hemisferio norte a nuestros paises, fueron a hacer, en la segunda mitad del siglo pasado, el mismo esfuerzo que los españoles inmigrantes expulsados por las guerras, vinieron a intentar en la primera mitad del mismo siglo por aquí.

La falta de memoria y la soberbia de algunos nuevos ricos de la burbuja hispana, hizo mucho daño a mucha gente y seguramente entre ellos, como se dice más arriba, había brasileños.

Cuidado con alinearse con esta política discriminatoria de Brasilia. Hay un imperio que hace muchos años que duerme.

Por lo tanto, apenas descendiente  de un español, bien latinoamericano, defensor de un mundo sin fronteras, sin hipocresías y sin poses imperiales, vengan de donde vengan.

Nos vemos.

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