La inseguridad, la voluntad política, La Isla
Sábado, 16 Agosto 2014 11:21

La inseguridad, la voluntad política, La Isla
Es muy fuerte leer las noticias relacionadas con la inseguridad de Punta del Este desde una ciudad como la de Panamá en dónde no he visto un solo malabarista ni limpiavidrios en los semáforos; gente pidiendo y mucho menos viviendo en la calle. Seguramente esto no es el paraíso pero una vez más vale la comparación con este país que tiene casi la misma cantidad de habitantes que Uruguay.
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Leyendo El País de este sábado 16 de agosto me pongo en el lugar de mis buenos amigos Martín Laventure y Mario Costa y tengo que compartir con ellos las preocupaciones manifestadas. Laventure adviriendo acerca de la forma en la comunicación y Costa pidiendo que se tomen medidas basadas en la tecnología.

Considero de la misma forma que el Alcalde puntaesteño como muy infeliz la iniciativa de la empresa inmobiliaria que advirtió a sus clientes del exterior acerca de la creciente inseguridad en el principal balneario uruguayo pero una vez más también reflexiono y digo que no se puede tapar el sol con las manos ni intentar ocultar lo inocultable.

Más que nuestra playas (las hay muy lindas y mejores en todo el mundo), nuestros paisajes que cada par de ojos los comparan con la lógica subjetividad, por encima de los precios coyunturales, los cuales han oscilado siempre, quienes eligen Punta del Este lo hacen por el prestigio de la marca con el glamour reconocido globalmente, pero históricamente siempre a la hora de la decisión final ha primado el factor seguridad del lugar.

Vale citar una vez más la anécdota del operador turístico paulista que hace un par de años  le pidió a un amigo nuestro cuando lo visitaba en su oficina de San Pablo que cuando lo hiciera no llevara en su muñeca el Rolex que usaba habitualmente, para evitar cualquier intento de rapiña en el edificio o un copamiento.

"¿Sabes lo que hacemos cuando mi señora quiere usar sus alhajas?, nos vamos un fin de semana a Punta del Este...".

Si el turismo es tan importante para nuestra economía como lo sabemos todos, debemos asumir de una buena vez que la inseguridad es al turismo uruguayo, tan nefasta como la fiebre aftosa para el negocio ganadero. Cuanfo hay aftosa tiembla el país entero, la alarma cunde, sin embargo a la inseguridad lamentablemente nos hemos habituado y convive con nosotros.

Si a las autoridades hasta ahora no les han impactado las penurias de la población y las suyas propias (no se escapó nadie, le robaron en su casa hasta al propio Ministro del Interior y hace poco balearon al senador Michellini, sin que el susecretario Vázquez se desdijera de los disparates emitidos al dar a entender que los muertos o baleados "algo tendrían que ver con el narcotráfico"), al menos como administradores del país debería interesarles mejorar la productividad del turismo y el insumo seguridad es tan determinante que supera al paisaje, a la infraestructura y a los precios.

Del mismo modo que tomamos como ejemplo el hub de Tocumen y la realidad que significa Copa Airlines para decir que un hub en Montevideo y una aerolínea nacional de referencia son imprescindibles, decimos ahora que si Panamá, que está "en el barrio" donde el narcotráfico reina puede con la inseguridad, ¿por qué no lo podemos hacer nosotros?.

Más que la edad de los menores infractores, más que discutir si se sigue bancando a los Ni Ni (los que ni estudian ni trabajan), en Uruguay habría que definir de una buena vez la aplicación de la tolerancia cero que tantos buenos resultados le dieron al Alcalde Giuliani en Nueva York, le duela a quien le duela y aparezcan los comentario que deseen nuestros lectores.

Si herimos susceptibilidades con la propuesta, les recordamos a todos que hace ocho años subimos al Portal del Uruguay otra idea, más accesible, más adaptada a nuestra realidad, vale la pena que le den un vistazo a ese cuento de Esperanza Ficción escrito en 2006 La Isla

Durante muchos años defendimos la teoría que los marginados de ahora son el producto de las inequidades del pasado y lo mantenemos, pero llegó la hora de ordenar la casa y todos sabemos que un contexto como ese, como es realizado por humanos puede generar acciones traumáticas pero, ¿puede haber algo peor que lo que vivimos ahora?.

Nos vemos.

Portal de América

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