por Sergio Antonio Herrera, @DelPDA en Twitter

Si bien no tenemos historia aeronáutica en lo personal, cada día que pasa nos sentimos más consustanciados con este ámbito, vamos conociendo más gente, vamos aprendiendo cada día algo nuevo y nada, de lo que ocurra en el sector nos resulta ajeno.

Si a ello le agregamos que parte de nuestra familia directa está involucrada en el sector, podemos concluir en que de alguna manera, nos sentimos parte de la familia aeronáutica y tal vez con este artículo es que formalmente lo declaremos públicamente.

Por ello es que al recibir indirectamente el texto de una carta con el título que optamos por usar en esta nota, no podemos hacer otra cosa que comprobar que una vez más, nuestro olfato no nos defraudó y si bien podemos haber estado omisos hasta el día de hoy con el accidente de Air Class, al menos no debemos hacernos cargo de ninguna de las culpas que se le endosan a aquienes si se manifestaron, informaron u opinaron en este tema.

Con las limitaciones que nos impone nuestra estructura y advirtiendo desde este momento que entendemos que este tema requiere mucho cuidado y trabajo de investigación, para el cual quizás no tengamos la organización necesaria, declaramos que a partir de hoy, el PDA se involucra en la cuestión y a través del e mail Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. se pone a disposición de todas las partes para tratar el tema de aquí en más.

Con la misma humildad de siempre, pedimos a todos aquellos que conocen acerca de esta realidad, nos hagan llegar la información que crean conveniente, su opinión y sugerencias, especialmente a los autores de la carta que compartiremos más adelante; a los integrantes de la empresa Air Class y a la propia autoridad aeronáutica.

No seríamos nosotros si no ingresásemos a un tema como éste sin pronunciarnos y para ello, se nos ocurre coincidir con una frase de la carta, la que dice: "Para quienes precisamente no saben o nunca han vivido la experiencia aeronáutica, debemos aclarar que no ha existido ni existe en ninguna parte un piloto que suba a un avión sabiendo que está en malas condiciones" y a la vez, que no logramos entender alguna versión escuchada en los últimos días en las que se sostenía que eran conocidas por todos las precarias condiciones de seguridad que imperaban en la operación de Air Class, palabras más, palabras menos, expresiones que al tomar conocimiento de ellas, nos hizo preguntarnos el porqué no fueron denunciadas oportunamente.

Vamos a continuación, al texto de la carta:

El dolor de una tragedia nos comprende a todos y debe ser respetado

*Un año largo ha transcurrido.
Un año lleno de angustias e incertidumbres.
Un año de injustas opiniones, apresuradas e ignorantes conclusiones, hirientes afirmaciones sin ninguna base de conocimiento.
Familias enteras que padecen angustiadas, la insensatez de una equívoca si no tendenciosa manipulación de informaciones tomadas a medias y fuera de contexto, con una finalidad desconocida que –por esa condición- no podemos calificar.
*Constituimos un grupo HUMANO que desde siempre se siente y pertenece a la familia aeronáutica toda.
La desprevenida Opinión Pública, a merced de quienes ocasionalmente tienen el medio de difundir informaciones u opiniones, no tiene acceso directo a la realidad, sino a lo que quienes pueden, publican sin restricciones, menospreciando los sentimientos y conductas profesionales de quienes también hemos sido durante decenas de años, amigos de queridos compañeros que la tragedia nos quitó.
*Los funcionarios y empleados, compañeros, amigos y camaradas de quienes nos dejaron, han sufrido y sufren la pérdida; mirando todos los días esos dos lugares que han quedado vacíos.
Si bien no son idénticos, el dolor de sus familias en sus hogares y el de nosotros sus amigos y compañeros, merecen igualmente la consideración y el respeto de quienes –ajenos- por primera vez se aproximan a nuestro drama común.-
Nunca antes se acercaron para conocer sobre nuestro trabajo, el esfuerzo diario sin renunciamientos, la verdadera pasión profesional por nuestras tareas.
Nuestro dolor no es mercadería a disposición de insensatos oportunistas, ni puede ser manipulado por irresponsables mercaderes de la noticia.
Entre nosotros, hay quienes han mantenido muchos años de amistad y trabajos, juntos y compañeros.
¿Cómo imaginar entonces que cualquier supuesta omisión procurara la tragedia de nuestros amigos de siempre? Es impensable a cualquier nivel de importancia en nuestras distintas tareas dentro de nuestro grupo.
*Se han publicado diversas “conclusiones” de distintas personas, respecto a la condición y “supuestos” serios defectos de la trágica aeronave caída.
Conclusiones a las que sólo puede llegar la mente que, inocente o no, evidentemente es ajena y desconoce al diario convivir de nuestra gente de aviación.
Para quienes precisamente no saben o nunca han vivido la experiencia aeronáutica, debemos aclarar que no ha existido ni existe en ninguna parte un piloto que suba a un avión sabiendo que está en malas condiciones.
Quien sostenga lo contrario respecto a nuestros queridos camaradas, está insultando su memoria, agrediendo los sentimientos de quienes los conocimos.
*Queremos robustecer aún más los lazos que nos unen, iluminando una verdad ante quienes con toda soltura, si no desfachatez, lanzan suposiciones o aseveran falsedades, que con intención o sin ella, han causado un enorme e inmerecido daño moral en muchas personas sobre las que han arrojado y persisten en arrojar sombras.
La injusticia de algunos ha arrojado sombras infames sobre la honestidad y capacidad de gente verdaderamente dedicada e idónea en su labor.
Desaprensión que mancha dignidades y arteramente provoca el tremendo sufrimiento de familias compuestas por esposas, hijos, nietos, hermanos, que no merecen el daño que se les causa y que son conocedores de la honestidad y profesionalidad de quienes trabajamos en un medio no apto para cualquiera.El momento llegará en el que quienes mal proceden, sin dudas habrán de retractarse y disculparse ante familias enteras por ellos dañadas.
No podemos menos que rechazar la ligereza y desconsiderada actitud de enlodar la dignidad de trabajo de muchos años de responsabilidad y firmeza.

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