por Sergio Antonio Herrera, @DelPDA en Twitter

El viaje

El viernes pasado, por primera vez viajamos en Buquebus directo desde Montevideo (¡cómo te extraño Pluna!).

Durante la travesía el río estaba muy calmo y por lo tanto, la misma fue muy agradable en ese aspecto.

El Juan Patricio venia repleto y según dijeron por altoparlantes, el trámite migratorio provocó un breve retraso de 15 minutos, pero a las 15 horas en punto, estábamos atracando en el muelle de Dársena Norte.

Como el horario de partida es a las 11.46, almorzar a bordo es casi obligatorio. Hice una fila de varios minutos y llevé el menú seleccionado a nuestros asientos. En el apuro, cuando pregunté cuanto era en pesos uruguayos los casi 160 pesos argentinos, la cifra obtenida como respuesta no la recuerdo con precisión pero instintivamente me pareció exagerada y por ello, la desheché casi automáticamente y pagué en pesos vecinos.

No fue fácil comer la milanesa apoyando la generosa envoltura plástica en la diminuta mesita plegable y mucho menos mantener entero el segundo tenedor descartable después de quebrar el original, pero finalmente pude. Más práctica fue mi señora que dio cuenta de un roll de ensalada Caesar´s a mano nomás.

Cuando me levanté nuevamente para ir a tirar los deshechos, se me ocurrió comprar dos cafés, un brownie y una pasta frola.

¿Cuánto es? pregunte.

"Son 66 pesos" fue la respuesra.

¿En uruguayos?

"Doscientos noventa pesos" me dijo el cajero.

Perdón, debe haber un error, ¿a qué tipo de cambio lo hace?

" A 4,40 señor"

Pero no puede ser, es casi el doble de lo que pagué el argentino en Montevideo, intenté alegar.

"Lo que pasa que el dólar ...."

Ta, dejémoslo así, pago en argentinos.

La cola para conseguir un taxi era cosa seria, entonces volvimos sobre nuestros pasos y pedimos un remise que costó 70 pesos argentinos, para llegar hasta el hotel, uno de cadena internacional próximo al obelisco.

El hotel

El check in es a partir de las 3 PM. llegamos después de las 4 y luego de la formalidad del ingreso, nos asignaron la habitación 616. Subimos y cuando llegamos a las misma ¡opssss!...estaba sin hacer.

Luego de un breve lapso vino la jefa de recepción y nos dio un "up grade" asignándonos una habitación del noveno piso. Subimos y ¡estaba lista!.

Intentamos conectarnos a la red wi fi y no pudimos, ni con la netbook ni con el móvil.

Para tener acceso a Internet, durante el sábado y domingo, logramos conectarnos o en el piso 3 donde está el restaurante o en el lobby. Cuando esto escribimos, siendo aproximadamente las dos de la madrugada del lunes, no hemos podido conectar ninguno de los dos dispositivos. Deberemos preparar el trabajo, pasarlo al disco duro móvil y con él, trasladar todo al administrador en una de las PC del hotel...pero desde ya nos disculpamos porque las imágenes deberemos ir subiéndolas cuando logremos conectarnos.

La ciudad

Nos recibió imponente como siempre aunque desordenada como nunca. Las obras del Metrobus en 9 de julio y las de reconversión del Microcentro hacen que toda la zona céntrica sea un desorden.

Afortunadamente hasta ahora hemos pasado sin sobresaltos pero, las advertencias de los taxistas como de los comerciantes, terminan por poner nervioso al más colmo.

Uruguayos por todos lados.

Los espectáculos

La elección fue: el viernes Martín Bossi; sencillamente espectacular. Comenzó con un Ricky Martin maso pero con una polenta orquestal sorprendente.

Sabina; Fito Páez; Calamaro y Charly García impresionantes hasta terminar con un Sandro emocionante. Es aplaudido de pie.

El sábado nos fuimos al Paseo La Plaza a ver a Cecilia Roth y Darío Grandinetti en Una relación pornográfica. Los aplaudieron mucho, nosotros no tanto. Grandes actores pero...

Nos encontramos con una conocida compatriota alojada en el mismo hotel cuando estábamos desayunando y cuando intercambiando impresiones le comentamos que el domingo en la noche íbamos a ver El HDP del sombrero con Etcharri, Duplaá y Mirás, nos dijo ¡pah, esa es mala mismo!...macanuda la chica. Pero el colmo es que cuando llegamos al Metropolitan sobre las 21 horas, sobre el inicio, nos dimos cuenta que nos habíamos equivocado de entradas, portábamos las del Paseo La Plaza del día anterior. Salí disparado hasta el hotel (unas 5 cuadras) a buscar las correctas y cuando regresé, recién empezaba. Mi señora, que se había quedado en la sala me dijo que la gente del teatro de inmediato le dijo que entrásemos igual y cuando supieron que yo había ido al hotel, hicieron demorar el inicio unos minutos...atención al turista que saludamos. No vimos algo inconmensurable; nada del otro mundo pero se trata de una obra muy atractiva, obviamente muy bien actuada y muy lejos de la calificación de la macanuda compatriota.

Algunos precios

En plena Lavalle, promo para dos que incluye bife de chorizo; ensalada; fritas; provolone y morrón por 140 pesos argentinos.

Un café en el hotel 16 pesos y en el centro 11.

Las entradas al teatro, Bossi 220 pesos la platea; la de Roth y Grandinetti 180; la de Etcharri 200.

Un taxi desde el Obelisco hasta Las Cañitas 65 pesos.

En la Casona del Nono, degustación de pastas para dos (excelente); una gaseosa, dos cervezas chicas, dos postres y dos cafés, 270 pesos.

Las compras

Ni hablar que Avellaneda y Nazca es el lugar de los precios increíbles pero es tan favorable el contexto cambiario que muchos ni se molestan en ir a los outlets de Córdoba y mucho menos a La Salada, compran en Florida, en Lavalle y créase o no, hay precios muy accesible en la propia Avenida Santa Fé.

Pase lo que pase, Buenos Aires siempre será un destino como pocos al que es utópico pretender disfrutarla a pleno viniendo apenas un fin de semana.

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