por Sergio Antonio Herrera, @DelPDA en Twitter

Rolim Adolfo Amaro nació el 15 de septiembre de 1942 en la ciudad de Pereira Barreto, São Paulo, Brasil. El mayor de cinco hermanos, pasó los primeros años de su infancia viviendo con sus padres, Adolfo y Etelvina, una casa con techo de paja, sin electricidad ni baño. A los 13 años, se ve obligado a abandonar la escuela para trabajar – estudió hasta el segundo grado de secundaria. Fue ayudante de conductor de camión y cortador de madera, entre otras cosas. Con su esfuerzo logra compra su primer traje, al mismo tiempo que decide hacer realidad su gran sueño: convertirse en un piloto de avión.

Su pasión por la aviación se la inculcó su tío Joaquín, quien cuando Rolim era muy pequeño, le mostró los Paulistinha (aviones de dos asientos, utilizado para entrenar a pilotos civiles para aeroclub). A los 17 años, Rolim ingresa a trabajar al Aero Club de Catanduva y, pese a las dificultades económicas, logra realizar un  curso de la prueba de piloto.  Para costearse el examen final del curso, vendió todo lo que tenía  de valor. Así, gracias a su esfuerzo, obtuvo las alas, y con su licencia de piloto en mano, viajó a Londres a pedir empleo a Táxi-Aéreo Star.

En Táxi-Aéreo Star no recibe sueldo y debe dormir en el hangar. Poco tiempo después ingresa a Taxi Aéreo Marília con un sólo objetivo: ser el mejor comandante de la compañía. En ese momento, Rolim era el último piloto de la escala, y sabía que sólo correría la lista si el cliente lo solicitaba. Por ello, siempre que viajaba acompañado por un pasajero trataba de agradarle, de hecho la conquista individual de los clientes se convirtió en una obsesión en su vida, una lección que llevo para el resto de su vida y años más tarde se aplicarían en el TAM.

Por esa misma época, Amaro trabajó en un proyecto agrícola en la finca Musiá-Missu, en el Amazonas brasilero. Rolim es el primero en llegar a este lugar y pasó tres años llevando arroz, carne, ladrillos e incluso animales. Volaba solo y se preocupaba de la mantención del avión. Con esto gana dinero extra pero se pega la malaria siete veces.

Deja la compañía por algún tiempo y va a volar en el Araguaia, por invitación del Banco Nacional de Crédito. El trabajo le permite ahorrar para su primer avión, un Cessna 170. Lleve a su familia a la ciudad de Sao Félix do Araguaia para vivir en una casa de ladrillo cubiertas con hojas de coco. Volando en la lluvia o el sol, puede empezar su empresa de aviación, ATA – Araguaia Transportes Aéreos. En dos años, logra tener una flota de 15 aviones.

A principios de los años 70, Rolim vuelve TAM y se convirtió en un socio, a invitación de su amigo y dueño del negocio, Orlando Ometto. Asumir la dirección de TAM en 1972. De los años 70 hasta la actualidad, la compañía no ha dejado de crecer. Iniciativas innovadoras tomadas por el Capitán Rolim Amaro han marcado la evolución de  TAM, y de la aviación comercial de Brasil.

En 1997, el Capitán Rolim crea los “Siete Mandamientos TAM”. Estas son reglas de conducta que él consideraba de suma importancia para él y para todos sus empleados.

Ellos son:

1 – No hay ningún beneficio sustituto.
2 – Siempre hay que buscar se los mejores.
3 – Lo más importante es la seguridad de los clientes.
4 – La manera más fácil de ganar dinero es dejar de perder.
5 – Piensa bien antes de actuar.
6 – La humildad es la clave.
7 – ¿Quién no tiene la inteligencia para crear debe tener el valor para copiar?

Como podemos ver entonces, lo dice la Biblia de la aviación, la cual seguiremos consultando y compartiendo.

Nos vemos.

Portal de América