por Sergio Antonio Herrera,@DelPDA en Twitter, a bordo del Carnival Imagination

Habíamos subido a bordo un par de horas antes, almorzado muy bien y como la noche anterior, entre la llegada tarde y escribir para el diario del viernes, me había dejado apenas tres horas de sueño, decidí dormir una siesta en el camarote que está ubicado en la parte central del puente de acceso a la nave.

A partir de ahí empezó una penuria que nunca me había tocado vivir. Afortunadamente la ventana del camarote es simulada y por lo tanto no se ve al exterior, lo cual fue mejor pues según me cuentan, el mar estaba muy embravecido. No hacía falta verlo, lo que se sentía en el interior era muy fuerte y sufrimos las consecuencias del malestar post ingesta con un mastodonte moviéndose como lo hacía el Imagination.

Hoy sábado cuando es mediodía, tipeo este artículo a bordo y el barco sigue moviéndose, no tanto como ayer pero sigue.

El Capitán, quien habría dicho que muy pocas veces le tocó navegar con este panorama, decidió variar el itinerario y en vez de estar hoy en Nassau como estaba previsto, vamos a estar navegando y mañana domingo atracaremos en Bahamas temprano para estar allí todo el día.

Mientras esto escribo, hay un matrimonio cubano a mi lado que está comprando pasajes aéreos para viajar mañana desde Nassau a Miami, porque "oye chico, no soporto volver en esta cosa a Miami" me dijo.

Lamentablemente, cuando los billetes verdes mandan, pasan estas cosas. Si nos hubiesen advertido, seguramente no hubièsemos abordado.

Obviamente, vicios del primer mundo que cuando ocurren en nuestro tercero, ponemos el grito en el cielo y aqui, no escuchamos ni sorry.

Espero no tener que arrepentirme de haber hecho lo mismo que los cubanos.

El lunes Dios mediante les cuento.

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