por Luis Alejandro Rizzi desde Buenos AiresAún se ignora como impactará esa eventual quiebra en el trámite expropiatorio seguido por el Estado argentino y a su vez y paradójicamente el Estado argentino podría resultar ser el salvador de Air Comet. Pero esto es hoy harina de otro costal.
Lo que nos interesa destacar hoy es que los verdaderos dueños de Aerolíneas Argentinas son los gremios y los principales beneficiados han sido varios ex gremialistas que gracias a Aerolíneas Argentinas llegaron a la función pública, el caso Cirielli o Basteiro y Alicia Castro que fueron legisladores y esta última actualmente es embajadora.
Otros obtuvieron, en su momento, importante influencia a tal punto que APLA y APTA se atribuyen el hecho de haber expulsado de Aerolíneas Argentinas al grupo Marsans.
Desde la asunción de Mariano Recalde como presidente de Aerolíneas Argentinas comenzó una discreta lucha de poder para controlar el funcionamiento de la empresa y esa lucha estalló entre APTA y APLA o mejor dicho entre sus dirigentes y entre éstos contra el propio Recalde.
Según dicen los gremialistas díscolos, contarían con el apoyo del Ministro del área y de un fuerte sector empresario vinculado a la actividad por medio de un contrato de concesión.
Según cuentan fuentes inobjetables, hace algún tiempo el Ministro Devido le habría ofrecido la presidencia de la empresa a uno de los directores actuales en una reunión que se habría realizado un miércoles a las nueve y media de la noche.
El intento fracasó, según cuentan por obra y gracia de “la Cámpora”.
Ahora se produjo un hecho que en mi opinión esta destinado a medir fuerzas. Aerolíneas Argentinas habría designado como “Coordinador del Plan de Transición de la compañía al mexicano Andrés Fabre Roble” según dio cuenta Aviación News y como Gerente de Operaciones según declaró Pérez Tamayo el “Ceo” de Apla.
Ello provocó por ahora, una minicrisis que complicará el funcionamiento operativo de la empresa ya que han renunciado todos los pilotos con cargo empresario, lo que incluye a los instructores de vuelo. Con esa decisión se limita la cantidad de pilotos habilitados para volar, con lo cual la programación de vuelos sufrirá demoras y cancelaciones.
De hecho se trata de una medida de fuerza ya que una renuncia colectiva tiene ese efecto.
La empresa jugó una carta decisiva para demostrar que son sus autoridades las que ejercen el poder y que ese poder no será compartido.
El error podría estar en haber designado a una persona extranjera para un cargo operativo que según el código aeronáutico está reservado para argentinos.
Lo cierto es que las partes han quedado enfrentadas, en este momento Aerolíneas Argentinas y A.P.L.A.
El conflicto excede lo gremial y tiene aristas políticas ya que APLA podría haber impugnado la designación recurriendo a la vía judicial, pero prefirió la vía del conflicto.
Las partes se han retado a duelo, la pregunta es, ¿será un duelo a primera sangre o será a todo o nada?.
Entre tanto Cirielli, hace lo que mejor sabe, trabaja en silencio y piensa en junio.
Portal de América