Cristina aplanó…
Martes, 16 Agosto 2011 01:48

Cristina aplanó…

Dos o tres días antes del 14 me acercaron algunos datos que demostraban cierta inestabilidad en la intención de voto por Cristina pero siempre por arriba del 38/40%, por el contrario la oposición, si como tales llamamos a Eduardo Duhalde, Lilita Carrió, Ricardo Alfonsín y Hermes Binner, no lograba superar el 13/14% en Duhalde y Alfonsín, Binner creciendo con un 9% y Lilita muy lejos con apenas un 3%.

Mintur verano 1250x115
CIFFT 1250x115
SACRAMENTO - proasur
TSTT-1250x115
Arapey 1250x115
SACRAMENTO radisson
Fiexpo 2024 1250x115



por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

Con ese panorama no había duda alguna sobre la facilidad con la que ganaría Cristina, pero creo que nadie imaginó que la diferencia con el segundo sería casi el 40%.

Superar el 50% como lo logró Cristina significa no ya que estamos en presencia de un partido dominante, sino de una persona dominante, Cristina es ama y señora del escenario político de la Argentina.

Hago esta afirmación porque es muy difícil determinar cuál es la pertenencia partidaria de Cristina por ello creo que se incurre en un error cuando se le suman los votos de Duhalde, Rodriguez Saa y se afirma que el peronismo fue votado por el 70% y por tanto  estaríamos en presencia de un régimen de partido claramente dominante.

Estoy convencido que ese 50% de votos son de ella aunque el hecho sea difícil o imposible de explicar, del mismo modo que no podemos explicar el océano Pacifico  o la luna, están.

Del mismo modo creo que los votos de Menem, especialmente en su reelección eran de él, no pertenecían a uno o más partidos.
Menem y Cristina tienen noción del liderazgo.

Ese es su mérito y solo les queda, más allá de nuestras opiniones o convicciones, esperar el juicio de la historia.

Lo demás creo que no tiene sentido ni sirve como ejercicio teórico o práctico.

La gente votó más por partidos que por personas en la elección de 1999 cuando ganó la Alianza y en esa elección se llevó la gran frustración ya que la Alianza como fuerza política se desintegró casi de inmediato y obvio De la Rua sucumbió en sus incertidumbres y carencias y arrastró a la UCR al borde del precipicio de la disolución donde aún se encuentra.

Más recientemente la coalición que ganó las elecciones de junio de 2009 se desmembró con la velocidad de la luz.
Apenas ganada la elección, Macri, Sola, de Narváez  se enredaron en sus ambiciones e inseguridades y la coalición cívica se rompió por la intransigencia de unos y los intereses personales de otros.

En los dos casos la ambición puso al desnudo la miseria de sus objetivos.

En los dos casos nunca estuvo como real objetivo el “bien común” y eso la gente lo advirtió de inmediato.

Dramática o mejor dicho trágica es la situación de la oposición incapaz de afrontar el conflicto y la amistad política.

Ello ya demuestra falta de lucidez e inteligencia. Falta de lucidez porque los discursos fueron de baja o nula calidad, el razonamiento estuvo ausente y el estilo estuvo diseñado por asesores de imagen que en verdad se convierten en lastres de lujo, por lo alto de sus emolumentos.

La falta de inteligencia se evidenció en el simple hecho que ninguno demostró la racionalidad de sus propuestas y menos aun  como resolvería su concreción.

Curiosamente y corriendo el riesgo de fantasear podríamos afirmar que gran parte del 50% del voto de Cristina es un voto “anti”.

Lo explico fue un voto “anti partido”, y lo que insinúa la ciudadanía es que confía más en personas que en instituciones políticas como son los partidos o la coaliciones.

La oposición es probable que crea que el otro 50% que no votó a Cristina está reclamando por una “oposición unida” y desde ya me atrevo a decir que esa eventual coalición fracasaría lindando con el ridículo con lo que estaría expuesta a la burla y desprecio del electorado.

60 de días, en número redondos, restan hasta las elecciones de octubre, políticamente no es tiempo suficiente para articular coaliciones serias, estables y creíbles.

Lo más honesto sería que los candidatos hagan una seria reflexión y asuman su ocaso. En verdad la única presencia que tendría justificación es la de Altamira por el carácter testimonial de su movimiento.

La diferencia acumulada por Cristina es irreversible, pero de todos modos solo la existencia de una competencia electoral legitimaria su caudal, por ello el último servicio que podrían brindar los duramente vencidos seria que se presenten como lo hicieron en esta elección incluso para sostener al resto de sus representantes y que no queden en la soledad del egoísmo como hizo Macri con su lista de diputados.

Para algunos la jugada de Macri de recluirse nada menos que en Paris, fue una jugada maestra porque de ese modo evitó comprometerse con esta elección absurda en la que se “eligió” a los elegidos a dedo previamente.

Es obvio Macri carece de vocación de liderazgo.

También en esta elección todos los partidos se comportaron del mismo modo, ningún candidato surgió de una puja interna, ni los militantes ni simpatizantes pudieron elegir, tuvieron que acatar y se acata o se revela en los regímenes dictatoriales, no en las democracias republicanas, en las que reitero se elige por un plazo determinado.

La política argentina está en un muy bajo nivel y ello lo puso de manifiesto esta curiosa elección interna abierta en la que no hubo puja, en verdad se eligieron a candidato únicos y para el caso da lo mismo que hubieran ganado con un voto o con el 50 o 70 por ciento; dicho de otro modo no podían perder, salvo el famoso piso del 1,5% de los votos emitidos.

Si miramos esta elección con cinismo podemos decir que todos ganaron salvo los que quedaron por debajo del 1,5%, ya que todos podrán competir en octubre que es un poco lo que declamaron algunos de los elegidos ayer.

Lo cierto es que el 14 de agosto hubo un ganador –Cristina- y varios perdedores, pero entre los perdedores además estuvieron todos los partidos políticos y las mini coaliciones que integraron, Frente amplio progresista, Unión para el desarrollo social, compromiso federal, coalición cívica, Proyecto Sur y diría hasta el propio Frente para la victoria.

Debemos asumir también que carecemos de partidos políticos y esto en una democracia es grave.

Ganó el Frente para la Victoria, ganó el Justicialismo, ganó lisa y llanamente el peronismo, nos podríamos preguntar.
La respuesta es simple ganó Cristina, no ganó ÉL ni ningún espíritu.

La duda es si Cristina querrá mantener ese caudal para ella o lo institucionalizará en una determinada corriente política.

La otra duda a Cristina la ayudó la fortuna pero debe tomar en cuenta el consejo de Maquiavelo “…en su camino al principado no encontraron ninguna dificultad, pues más bien volaban; todas las dificultades aparecen cuando se encuentra allí…”

Ahora necesitará de la virtud por la sencilla razón que el mundo se complicó.

Este también es el dilema de la Argentina.

Portal de América

Escribir un comentario

Promovemos la comunicación responsable. No publicamos comentarios de usuarios anónimos ni aquellos que contengan términos soeces o descalificaciones a personas, empresas o servicios.