El costo de las externalidades en el transporte aéreo
Domingo, 08 Mayo 2011 13:59

El costo de las externalidades en el transporte aéreo

Se puede decir que una externalidad es un costo o beneficio que surge de la producción y recae en algún otro que no es el productor, o un costo o beneficio que surge del consumo y recae en algún otro que no es el consumidor. Una externalidad negativa impone un costo y una externalidad positiva crea un beneficio.

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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

Para la real Academia se trata de un perjuicio o beneficio experimentado por un individuo o una empresa a causa de acciones ejecutadas por otras personas o entidades.

En cierto modo la “externalidad” tiene que ver con la “circunstancia” como “conjunto de lo que está en torno a alguien; el mundo en cuanto mundo de alguien,” según la segunda acepción que le asigna también la Real Academia.

Con ese significado, diría simple o muy lineal, más allá de sus contenidos doctrinarios, abordaré una cuestión que tiene fuerte impacto, especialmente en la Argentina y que afecta de modo directo a las líneas aéreas, ya que las consecuencias negativas de las “externalidades” son imputadas a las líneas aéreas a las que por otra parte se las responsabiliza no solo por las carencias ajenas sino también por  la falta de capacidad del estado para la prestación de sus servicios básicos, los que en la mayoría de los casos desbordan de ineficiencia.

Esta cuestión tiene que ver también con la moral media de la sociedad ya que cuando los valores éticos y morales son degradados se busca convertir a las “externalidades” o “circunstancias” en una fuente de recursos para beneficio propio, apetencias que la mayoría de las veces los jueces apañan en nombre de vaya uno a saber que doctrinas o ideas filosóficas o simplemente por desconocimiento o pereza mental. (1)

Señalaré algunos  casos concretos en los que por obra y gracia de mi profesión he llegado a ser parte interesada.

Hago esta aclaración para que el lector no se sienta engañando o que intento  convertirlo en cómplice de mis problemas.

En verdad los problemas que he debido y debo enfrentar en mi actividad vinculada con el transporte aéreo y el turismo me han llevado  generar convicciones que obviamente deseo transmitir o por lo menos exponerlas para la polémica que quizás sea el mejor medio que nos ayude a mejorar los servicios públicos.
Hace un tiempo escribí en este PORTAL y en otras publicaciones notas sobre el “slot aeroportuario”, sobre su significado y sobre los derechos del beneficiario del “slot” y las obligaciones del concedente del “slot” a las que me remito para no caer en reiteraciones. (2)

Ahora bien cuando la línea aérea con un slot concedido no recibe los servicios necesarios para poder iniciar o continuar un vuelo y esa omisión le ocasiona retrasos o alteraciones de los programas de vuelo previstos, estamos en presencia de una “Externalidad” que impacta negativamente en su servicios; afecta especialmente en los costos y en la imagen o calidad de la empresa transportista deteriorando un valor intangible que luego cuesta restablecer y recuperar.

Pero además ocurre un real contrasentido o un verdadero “oxímoron”, las mismas autoridades que deciden sobre la adjudicación del slot aeroportuario, ANAC y el explotador del aeropuerto no controlan ni verifican si el transportista podrá disponer de los servicios necesarios para iniciar o continuar un vuelo.
Se me ocurre que es algo elemental que todos los proveedores de servicios aeroportuarios, deberían informar sobre eventuales restricciones o imposibilidades de prestar sus servicios en  determinados horarios a las autoridades de Aplicación y al explotador aeroportuario para que en esos lapsos o bien no se concedan “slots” o bien se informen las eventuales restricciones.

En verdad no deberían existir nunca restricciones en la prestación de servicios aeroportuarios ya que quien se postula como proveedor debería tener la capacidad para prestar sus servicios las 24 horas los 365 días del año. Elemental, ¿no…?

La línea aérea tiene que hacer un trámite por demás engorroso para conseguir un “slot” y lo más grave es que se trata de un trámite pleno de formalidades absurdas que como todo lo absurdo solo sirve para el ridículo (aconsejo leer las acepciones de la palabra en el diccionario de la Real Academia), veamos.

Primero debo presentar los formularios para obtener el slots en la DIRECCION NACIONAL DE TRANSPORTE AEREO para su visación, trámite totalmente carente de sentido que el viejo maestro COLMO calificaría como “superfetación inimaginable”. Luego con ese formulario visado se tiene que lograr la conformidad de la propia ANAC (sic) en las llamadas oficinas “ARO AIS” (ATS REPORTING OFFICE / AERONAUTICAL INFORMATION SERVICE)  de cada aeropuerto, trámite que consiste en un sello y firma  puesto de modo automático y en algunos casos (EZE) la firma de un viejo libro de tapas duras. Luego el explotador del aeropuerto debe finalmente conceder o no el slot o aconsejar un horario alternativo de operación.

Una vez terminada esa ronda burocrática que ya debería estar reemplazada por el “slot electrónico” se inicia el trámite para lograr la autorización del vuelo o vuelos respectivos.

Es decir esto significa que la línea aérea realizó todas las diligencias que exigían la naturaleza del servicio que se pretende prestar para poder hacerlo de modo normal.

Según el sabio concepto del art. 512 del código civil no se le puede imputar culpa alguna a la línea aérea si luego falla en la prestación del servicio por no contar con los servicios propios de un “slot” como por ejemplo abastecimiento de combustible, servicios de “handling” entre otros.

Cuando ello ocurre se produce una “externalidad” cuyas consecuencias no pueden imputarse, por lo menos en su totalidad, a la línea aérea ya que esas ineficiencias constituyen una “circunstancia” que nos afecta a todos.

La línea aérea podría decirse, extremando el celo, tiene la alternativa de no operar, como algún funcionario nos dijo una vez “si no le gusta no venga”, lo que podría contrariar la política de “aviones para todos” que parece ser uno de los objetivos de la política aérea nacional (¿?).

Pero el “no venir”, no soluciona la “externalidad o circunstancia negativa”, en todo caso la ocultaría, lo que trasluce esa hipocresía a las que nos estamos no solo acostumbrando, sino también ponderando como virtud.

La idea sería “no es que EZE no funcione bien, sino que no se sepa”.
Cuando una línea aérea con un slot concedido no dispone de combustible o los servicios de “handling” le son prestados a destiempo y por tanto el vuelo se retrasa, todos le reclaman e imputan por negligencia o desidia a la línea aérea y en los pax se esta instaurando la filosofía que esas “…que esas demoras privan horas de vida…” y así se han sustentando mas de un reclamo por una demora de cinco horas…

En los casos de vuelos contratados por operadores el caso de los “charter”, estos también aprovechan los beneficios de estas corrientes “doctrinarias” y pretenden que las líneas aéreas se hagan cargo de las ineficiencias provenientes de esas externalidades, incontrolables para el transportista aéreo, mediante el pago de indemnizaciones descuentos sobre las tarifas comprometidas.

Simultáneamente los “operadores” se lamentan por la comisión “cero” que en los hechos significa que el sistema de comercialización del billete aéreo ha cambiado radicalmente y las líneas aéreas pueden hacerlo de modo directo, sin advertir que su supervivencia como tales, dependerá de que sepan reconvertirse y dar con el nivel de profesionalismo que reclama lo que llamaría “la altura del tiempo”.

Esto de las ventas directas fue mi vieja y quizás prematura idea que pretendí instaurar en AEROLÍNEAS ARGENTINAS, sin éxito, durante mi gestión a partir de diciembre de 1983.

Digo esto porque los OPERADORES o la mayoría, pretenden ignorar la cuestión de las externalidades o en otros casos “desentenderse” de las mismas.
Mi opinión es que en estas cuestiones OPERADORES y LINEAS AEREAS tendríamos que reclamar en conjunto para que las externalidades pasen a ser de negativas a positivas.

En definitiva ello significará un mejor turismo y un mejor transporte aéreo “…para todos…”.

1.    En la Argentina se ha fabricado una cultura, mejor dicho seudo cultura, que nos dice que los derechos son gratuitos que sirve de fundamento  a este criterio distribucionista que en lo inmediato congela el nivel de pobreza o indigencia y en lo mediato lo incrementa.

Los derechos merced a esta cultura se han convertido en “dádivas” y por tanto creemos que las personas no tienen obligaciones.

Diría muchos tenemos derecho a las “dádivas” y los otros que muchas veces somos nosotros mismos solo debemos cumplir con obligaciones cada vez más costosas.

Este es el camino a la indigencia cultural y parecería que ese camino lo hemos emprendido con jocosidad…con la misma jocosidad que nuestros representantes festejaron el default del 2001…

2.    Se distingue el “slot aeroportuario” del “slot aeronáutico u operativo”. El primero es concedido por el explotador aeroportuario, es una franja horaria para uso de los servicios aeroportuarios y el segundo por la autoridad que regula la circulación aérea. En términos operativos existe un solo “slot”.

Portal de América - imagen:www.aerumblog.com

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