Los paros se producen en el momento menos oportuno debido a la crisis que afecta a la economía mundial y al transporte aéreo en particular.
Lo que llamaría la “filosofía” de estos paros apunta no solo al deseo de los huelguistas, pilotos, controladores franceses y auxiliares de a bordo, para mantener los derechos y conquistas gremiales obtenidos en las épocas de bonanza sino a impedir que se puedan poner en práctica políticas que permitan enfrentar no solo la crisis del sector sino la crisis general de la economía.
Algunos llaman “destrucción de la aviación comercial” a las quiebras o cierres de empresas sin tener en cuenta las escalofriantes pérdidas que acumula el sector y que IATA cada tanto nos recuerda. La del ultimo años se estimó en u$s once mil millones.
Los pilotos de LUFTHANSA pretenden ignorar que el transporte aéreo tuvo un crecimiento desmesurado consecuencia de la liviandad de las políticas financieras que permitieron que se formara la “burbuja aeronáutica” que comenzó a estallar hace ya algunos años y de la que nadie habla.
Esta burbuja se comenzó a gestar hace ya muchos años cuando el transporte aéreo estaba en su gran mayoría en manos de los estados, épocas en la que los costos y gastos no tenían límites ya que los tesoros públicos aportaban los fondos necesarios.
Es cierto que también hubo actores que más que empresarios fueron verdaderos aventureros del sector como el grupo “G&G” que usufructuó al máximo los u$s 758 millones que le aportó la SEPI, es decir el Estado Español.
Parecería que para los gremialistas la cuestión es no estar de “brazos cruzados” pero nadie se pregunta que significa la expresión “no estar de brazos cruzados”.
Parecería que la respuesta es muy simple: PAROS para MANTENER NUESTROS PRIVILEGIOS lo que también significa impedirle a las empresas o a los estados, en el caso de los controladores franceses y españoles, la búsqueda de alternativas para superar la crisis que estamos viviendo.
Los gremios de trabajadores deberían aportar propuestas e ideas para mantener las fuentes de trabajo en épocas de crisis lo que obligaría renunciar a beneficios y derechos que hoy no se pueden económicamente sustentar.
Hay derechos que surgen de la circunstancia y que desaparecen o deben ser modificados cuando las cosas cambian ya que en caso contrario se convierten en abusos y el abuso no solo es ilegal sino también ilegítimo.
La ecuación es simple el mantenimiento de las llamadas “conquistas” en algunos casos solo se podrían sustentar mediante despidos masivos y en otros casos llevaría paradójicamente al cierre de las empresa por inviabilidad, que es como morir con las botas puestas.
Cuando el empleador es el estado la insuficiencia de los recursos obliga a recortar el gasto como se le exige a GRECIA cuya deuda es en este momento un 110% de su PBI. (u$s. 380 mil millones) .
El caso Griego es un ejemplo de que con en el endeudamiento no se pueden sustentar beneficios y privilegios y menos aun financiar gastos corrientes.
Hay economistas que nos están diciendo que la crisis recién comienza como lo expuso recientemente SANTIAGO NIÑO BECERRA en el diario EL PAIS de Madrid que en uno de sus párrafos escribía:
“Para las empresas, el 2010 supondrá mayores dificultades (mucho mayores) a la hora de obtener financiación, debido a una creciente percepción de impago posible por parte de las agencias de calificación y de las propias entidades financieras, lo que las llevará a restringir el crédito en cualquiera de sus formas”.
Si a ello sumamos la caída de ventas cuya consecuencia es la caída de la facturación no parece que el “paro” sea el mejor modo para superar la dificultad. Creo que el paro es la mejor forma de “cruzarse de brazos” y de ese modo lavarse las manos ante la crisis y poner la culpa en los otros.
Hoy la crisis impone mejorar la productividad, lo que puede llevar a realizar fusiones como está ocurriendo el transporte aéreo siendo los casos mas sonados en EUROPA, AIR FRANCE-KLM; BA-IB y en AMÉRICA, AVIANCA –TACA.
La fusión de los servicios de control de tráfico prevista entre ALEMANIA, FRANCIA, HOLANDA, BÉLGICA LUXEMBURGO y SUIZA, no solo redundará en un mejor ordenamiento de los servicios aéreos lo que se transformará en economía para las empresas aéreas, sino que permitirá ahorrar horas-trabajador.
Estas mejoras de la productividad no se pueden ponderar como pérdidas de beneficios o derechos sino como posibilidades para mantener el empleo en su mejor nivel.
Tengamos en cuenta que una eventual reducción salarial y el mantenimiento del empleo significan un ahorro ya que la inexistencia de despidos o su menor número implican un menos pago de seguros de desempleo.
Los controladores franceses se lamentan porque pueden perder su carácter de “funcionarios” es decir se lamentan por no poder mantener un grosero privilegio que creo que hoy día carece de toda razón de ser.
Lo cierto es que a nadie le gusta ver la crisis, pero si la ocultamos mediante el artilugio de “no quedarnos de brazos cruzados” creyendo que con paros se soluciona la cuestión, la cruda realidad del desempleo nos hará reflexionar cuando ya sea demasiado tarde y en ese momento le echaremos la culpa al FMI, al imperialismo al BANCO CENTRAL EUROPEO, a la RESERVA FEDERAL, pero nunca a nuestra estupidez y zoncera.
En ARGENTINA, AEROLÍNEAS ARGENTINAS le costó al estado durante el año 2009 un promedio de u$s 1.3 millones por día, cuando el 40% de los jubilados ganan u$s 6,6, por día. Nadie parece avergonzarse por pésima que haya sido la gestión privada que hasta hace relativamente poco tiempo mereció la calurosa adhesión de ALICIA CASTRO entonces dirigente de la A.A.A. y ahora embajadora en la BOLIVARIANA VENEZUELA.
Seguimos participando de ese juego en el que algunos pocos sacan mientras todos ponemos…y esto aparece demostrado en la creciente disparidad que nos muestra el índice de GINI, con el cual se mide la desigualdad de la distribución del ingreso, que hoy es del 0,47%.
por Luis Alejandro Rizzi
desde Buenos Aires