Cómo deben dirigirse las ayudas en estos tiempos de pandemia
Miércoles, 21 Abril 2021 19:03

Cómo deben dirigirse las ayudas en estos tiempos de pandemia

“Según ha adelantado el Washington Post, los grandes paquetes de gasto rondarían los 200.000 y 300.000 millones de dólares cada uno. Con ese dinero, se financiarían las matrículas de todos los estudiantes en colegios universitarios -que ofrecen títulos de FP y grados de dos años-, se establecería una paga de maternidad -que no está regulada a nivel nacional en EEUU-, se financiarían las guarderías para todos los niños menores de 5 años, se darían ayudas para el cuidado infantil y se reforzaría el programa de ayudas económicas para la alimentación de las familias más pobres, que ofrece una paga mensual para gastar en supermercados.” El Economista, portal español.

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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

Una cuestión que se viene planteando es si en estas épocas de peste en la que la mayoría de los países han experimentado caídas de su PBI, comparando con años anteriores, las ayudas públicas deben dirigirse a la oferta o a la demanda.

Como se transcribe en el copete, los Estados Unidos volcarían entre 200.000 y 300.000 millones de dólares para sostener la demanda y si el programa de Joe Biden es finalmente aprobado, muy probablemente con su propia y justa mayoría, el total rondaría los casi 6 billones de dólares en ayudas a las familias e inversiones en su primer año en el Gobierno, un récord absoluto y sin precedentes.

La otra cuestión en debate es si los gobiernos pueden generar crecimiento económico. Esther Duflo, premio Nobel de economía 2019 piensa que la preocupación debe dirigirse más al bienestar de los ciudadanos que a impulsar el crecimiento económico; “…No creo, dice, que el gobierno pueda hacer mucho sobre el ciclo económico en sí, pero sí sobre las implicaciones del ciclo en la vida cotidiana”.

Luego agrega en el reportaje que publicó El Economista el 20/4/21) “…De hecho, no parece que sepamos muy bien qué es lo que causa el crecimiento, aunque podamos tener interesantes relatos teóricos sobre el crecimiento. Si hay un consenso entre los economistas es sobre lo que debe evitarse a toda costa, como por ejemplo la hiperinflación. Pero no hay un conjunto de recetas que garanticen el crecimiento.”

En términos relativos deberíamos decir, refiriéndonos a nuestro país, que mientras impere la inflación, no solo será imposible crecer, sino que continuaremos fracasando.

En este punto y teniendo en cuenta la temática del PDA, la pregunta que nos debemos hacer es cómo entra el gasto en turismo, diferenciando a la Argentina del resto de países, que más o menos han experimentado una caída promedio de sus PBI del 6%.

Duflo piensa que se debe apostar por una medida más general del bienestar, donde se garantice una educación, servicios de salud y se contemplen otros factores como el medio ambiente y los desafíos que presenta el cambio climático. Si tomamos como punto de referencia la pirámide de Maslow serían los dos primeros niveles, es decir las necesidades básicas o biológicas y las de seguridad.

Sin embargo, me animaría a incluir en las necesidades de salud, al turismo, que de ese modo bajaría del tercer nivel de necesidades al segundo.

En un concepto amplio de “salud”, debemos incorporar el “ocio” y el buen uso del tiempo libre, ya que debemos suponer que la jornada laboral disminuirá no solo en horas, sino en días de la semana, a lo sumo cuatro, que serían de martes a viernes.

El concepto de tiempo libre lo relacionaríamos con el mayor tiempo disponible antes o luego de concluida la jornada de trabajo y el de “ocio” con los días de descanso.

El sistema educativo también debería incluir en su currícula estos temas del ocio y el tiempo libre, ya que la vida nos muestra que muchos de nosotros no sabemos usar el tiempo disponible, a tal punto que muchos consideran las horas de “no trabajo” como tiempo perdido.

La industria del servicio turístico deberá trabajar sobre esta realidad que se viene, ya que la gente tendrá disponible además del tiempo formal de “vacaciones”, esos tres o cuatro días en los que no se trabajará.

Me animo a decir que tendrá un gran desarrollo lo que llamaría “turismo de cercanías” o destinos a los que se podría viajar en bicicleta, ubicados a no más de 40 o 50 Km del lugar de residencia habitual. Se viajaría con una simple mochila y sin ningún tipo de formalidad social, teniendo en cuenta las diferentes estaciones.

Los gobiernos deberían comenzar a pensar en construir rutas sólo para bicicletas, serian “Bicirutas” para garantizar la seguridad de circulación para acercar “las cercanías” a las ciudades de residencia habitual.

Esto tiene que ver también con la presión que ejercerán las generaciones futuras para el cuidado del medio ambiente. Personalmente lo noto en mis nietos que incluso no toleran que la gente fume en las calles, “el cigarrillo contamina y enferma”, gracias a Dios dejé de fumar hace ya unos 15 años.

En cuanto a las vacaciones anuales pienso que serán cosa del pasado. Es probable que las vacaciones se fraccionen por cuatrimestres y por plazos de quince días, con independencia de la antigüedad laboral.

En la medida que se intensifique la educación para el tiempo libre y el ocio, es probable que la gente busque una suerte de “turismo temático” para cada lapso de descanso.

Al respecto me pareció una buena idea una publicidad que recibí sobre la ruta Jesuítica que abarcaría los países del Mercosur, tan desvalido, como a sus socios. Habría que garantizar la libre circulación y dejarse de joder con los trámites migratorios y aduaneros en cada país.

También habría que instrumentar una moneda única o un instrumento único de pago que evite cambiar moneda en tres o cuatro países en el que además se reflejarían los precios de los servicios.

Como vemos, la peste nos impulsa a pensar en el turismo que fue y lo que fue, simplemente fue.

Lo normal debería ser que los modos de pensar salgan de los moldes tradicionales, como suelo decir pensemos desde el futuro, desde el siglo XXII.

Las ayudas de los estados pudientes, la Argentina no califica, se deben dirigir a la demanda. La oferta debe ser alimentada por la inversión y el ahorro.

Quizás asi vayamos también a una sociedad más pareja. La riqueza ya no estará en el dinero, sino en saber vivir.

Portal de América

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