Hace tiempo que venimos pensado que el Mercosur no pasa de ser un costoso sello y para la Argentina es como una suerte de Karma negativo. En vez de ser una fuente de energía superadora para posibilitar políticas de desarrollo genuino, sólo pone en evidencia nuestras falencias y miedos, como lo expresa Hernan de Goñi en el párrafo que sirve de copete.

Argentina es uno de los muy pocos países que se viene encogiendo, nuestro PBI per cápita de hoy es equivalente al de 1974, dicho de otro modo, el que teníamos 47 años atrás.

La pobreza medida más allá de pautas meramente salariales, alcanza al 70% de la población. El año pasado nuestro PBI cayó 10% y si bien “la peste” tuvo algo que ver, el gobierno mediante decisiones ilegales tomadas eludiendo el procedimiento constitucional, me refiero a los Decretos de Necesidad y Urgencia, contribuyó a la paralización económica del país. Fue incapaz de articular una política sanitaria que permitiera la convivencia con el Covid, vicio cometido por otros gobiernos, es bueno decirlo, y finalmente no logró reunir un stock de vacunas con relación a la población.

En turismo tampoco sabemos competir y nuestra balanza viene siendo negativa. La causa no es tanto que no se sepan explotar nuestros destinos, sino que la política económica facilita la "importación" de turismo.

Esto se advierte desde dos ángulos, uno la inversión, Punta del Este es un ejemplo. El otro desde el gasto, merced a nuestras erróneas políticas cambiarias que se usan en realidad para regular el valor adquisitivo del salario y administrar el conflicto social con un menor costo, en la creencia que nuestro mercado interno es suficiente para sustentar una economía en crecimiento.

Lo cierto que hasta hace dos o tres años el tipo de cambio hacía que fuera, en términos relativos, más barato vacacionar fuera del país que adentro.

Como lo he dicho más de una vez, la máxima paradoja es que Aerolíneas Argentinas, en los tráficos internacionales, el 75/80% de sus ventas son locales, en vez de ser al revés.

La lamentable respuesta de quien ejerce la presidencia del país en carácter de comisionista de Cristina Fernandez de Kirchner, al Presidente Lacalle Pou, no nos debe llamar la atención, ya que la misma persona fue Jefe de Gabinete del gobierno “K” en la cuestión de la pastera, que tuvieron interrumpido el tránsito del paso de Fray Bentos-Gualeguaychú por un largo lapso, según se cuenta podría haber sido por un “sobrecosto” que decidió a esa misma empresa su radicación en el país hermano.

Es obvio que el arancel externo común es elevado, y también parece razonable la idea que subyace de dar un paso atrás y convertir al Mercosur en una zona de libre comercio, de ese modo nuestro país podría lastrarse a si mismo sin afectar a terceros. Para ser mercado común, por lo menos a la Argentina le falta madurez política y nivel cultural.

Veremos ahora hasta dónde hay convicción en Uruguay, Brasil y Paraguay para dar un paso hacia una mayor integración con el mundo, la Argentina en este momento, lamentablemente, no puede ser tomada en serio.

Es probable que nuestro comisionista a cargo del Poder Ejecutivo, “no sepa lo que hace”, lo que no creo es que merezca perdón…

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