por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires (En una Argentina en la que un Ministro de una Provincia marca una línea de política nacional en materia de turismo y de otros rubros…)
Se viene el “cepo turístico” hacia varios destinos, pero ya se comenta que entre otros estarían “cepeados” Chile, Brasil y Uruguay, todos países limítrofes, amén de otros como EEUU y Reino Unido.
La excusa es la “peste” y sus nuevas cepas que justifican un “cepo”, pero algunos muy mal pensados dicen que además el “cepo turístico” estaría motivado por lo que se da en llamar “dólar Guzmán”.
Este dólar es el dólar atrasado para mantener la armonía social, como lo explicó Pablo Gerchunoff en una nota hace ya varios meses. Con un dólar “planchado” se mantiene un poder salarial ficticio y se facilitan las importaciones. Una de ellas es el turismo emisivo.
Sin cepo turístico, me explicaba un cambista, no solo se incrementaría la demanda del dólar oficial sino del “blue”, que es lo que comúnmente se llama “black” para no decir “negro”, que obviamente presionaría sobre el precio del oficial.
Con el pretexto de la “peste” se esquivaría alguna de las condiciones del FMI para renegociar la deuda de u$s 44 mil millones.
A su vez el Ministro de Turismo tiene planes para favorecer e impulsar el ingreso de turistas no residentes, pero si se limitan la salida de vuelos al exterior, también se limita su llegada, entonces cabe preguntarse por qué medio podrían llegar los turistas.
Podrían hacerlo caminando, pero en ese caso se les impondría una cuarentena obligatoria y a su costo.
Los turistas argentinos que regresen en los próximos días al país, que se estiman entre seis y siete mil, ya se les anticipa que deberán cuarentenarse.
En la Argentina para colmo el ritmo de vacunación es no sólo lento, sino que además está plagado de irregularidades en el orden nacional y en las diferentes provincias, de donde no se vacunan quienes tendrían una lógica prioridad, personas mayores, los servicios de salud, de seguridad y la docencia.
Aparecen militantes y “colados” y otros privilegiados por tener alguna cercanía con el poder.
Pero además hay escasez de vacunas.
No sé si estas medidas son correctas o no, pero demuestran que cada uno habla primero para imponer condiciones, y en especial ocurre con la Provincia de Buenos Aires, gobernada por el “kirchnerismo más puro”, que comienza a proponer políticas no sólo de salud sino económicas, por boca del mini gobernador Kicillof como si su gestión como ministro de economía del gobierno de Cristina hubiera sido un modelo de perfección.
Un viejo político del peronismo “racional” si es que lo hay, me decía que el “Kirchnerismo”, la expresión más pura del populismo más ortodoxo, ve la realidad como un “mercado de pulgas del voto” y su núcleo más duro y fiel mora en el conurbano bonaerense, que es donde se ganan las elecciones, en especial en la provincia, lo que le permitirá incrementar su representación en la Cámara de Diputados de la Nación y en la propia provincia.
El pobre y el indigente no viajan, pero su voto tiene un precio, planes y más planes, lo que mal se llama “gasto social”, que se financia contrayendo deuda que luego se repudia y emitiendo causando inflación de la que se culpa a los grupos concentrados.
En fin ¿tiene sentido hablar de turismo?
Les dejo la respuesta a ustedes, la mía es obvia.
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