Un mal momento para la Argentina
Domingo, 11 Octubre 2020 12:11

Un mal momento para la Argentina enticconfio.gov.co

Sin duda las del viernes fueron las últimas horas de una semana agitada y difícil, en la que abundaron todo tipo de versiones y rumores en la city porteña. Las distintas posibilidades fueron desde que el próximo martes el Gobierno aplicará una devaluación del 30% hasta la idea de un desdoblamiento cambiario como propuso -hace meses ya- el ex ministro de Economía Domingo Cavallo. Todo junto y bien mezclado. Pero todos coincidieron, en una palabra: desconfianza.

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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires (Todos desconfían de todos)

Todo comenzó el pasado viernes 9 cuando comenzó a circular, antes de la apertura de los mercados, la versión de una devaluación del 30/40% que llevaría el precio del “dólar oficial” alrededor de los $ 106/112.

Más tarde se hablaba de un desdoblamiento del mercado con obvia devaluación la doble “D” y hasta de “dolarización”, pero más de uno de los “cambistas” más profesionales y de periodistas especializados descreyeron de esta última versión por una sencilla razón en la que todos coincidían “no la saben hacer” con referencia al gobierno.

En lo personal descreí pero por otra razón más prosaica, implicaría un ajuste insoportable ya que el gasto publico debería bajar a lo que le permita la recaudación, lo que significaría “déficit cero”, por la sencilla razón de que el país no tiene acceso al crédito, no puede emitir dólares y en lo inmediato no habrá inversión extranjera ni privada nacional.

En esa línea el desdoblamiento tiene más color, pero sería necesario un guiño del FMI. Obvio, esta salida implicaría un compromiso formal de bajar el gasto y el déficit fiscal a un máximo de 2/3 puntos del PBI, algo que parece imposible.

Esto desató una discusión, teórica en mi opinión, sobre el monto o porcentaje que nuestra inexistente moneda debiera ser devaluada, y algunos opinaban que sería suficiente con eliminar las retenciones que en varios productos supera el 30%. “El tipo de cambio está bien”. Se llega a esta conclusión comparando los tipos de cambio de la región con el nuestro y puede ser que matemáticamente esas afirmaciones sean correctas, pero como se dice en el copete, los números no miden la confianza y el precio del dólar sí.

La inversión bruta cayó a menos del 10% del PBI, tengamos en cuenta que en la crisis del 2002 la caída había sido del 12%.

Los argentinos vivimos un momento en que todos desconfiamos de todos, y esa desconfianza generalizada se refleja en el “precio” del dólar. Tengamos en cuenta que desde el miércoles pasado muy pocos salían a vender, y para el caso la brecha era casi de un 7/10%. Se pagaba desde $ 137 (el miércoles) y se pedía para la venta y con desgano y cantidades chicas, lo que compra el ahorrista común, $ 147/150 por cada rostro de George Washington.

Muchos piensan que con un plan económico serio y un Ministro de economía serio, el precio del dólar podría volver a la “normalidad” (SIC), que sería un valor que debería oscilar alrededor de los 110/120 pesos.

Sin embargo, hay un dato que no se tiene en cuenta, no sólo se trata de la desconfianza de la sociedad en el gobierno, sino asimismo la que impera entre nosotros, que se traduce en los reclamos sectoriales, todos razonables pero imposibles de satisfacer, por lo menos al mismo tiempo.

Por eso insistimos, debemos prepararnos para un mínimo de cinco años de esfuerzos sin premios inmediatos. Será difícil bajar el nivel de pobreza que superará el 50% a fin de año y que, si la economía rebota, lo que no sería sinónimo de crecimiento sino de recuperación, la pobreza quedaría en un 40/45% por un largo tiempo.

Sin embargo, para ello es insuficiente un nombre de prestigio en el gobierno que proponga un programa económico de extrema emergencia. Es necesario un acuerdo social, no de dirigentes que no representan a nadie, sino con la sociedad usando de la mejor forma posible las redes sociales. Se trata de persuadir, será imposible imponer un programa por más perfecto y racional que fuere.

En ese programa se deberán consensuar prioridades y la situación de los menos favorecidos de la sociedad facilitando medios para posibilitar su reingreso y acceso en su caso a trabajos privados dignos.

Va de suyo que en estos eventuales cinco años de “sangre y lágrimas” habrá actividades que quedarán muy reducidas, como el turismo y los servicios anexos, y el transporte en general y el aéreo en particular. Aerolíneas Argentinas deberá ser operada de urgencia, con mínima anestesia y con sobrada idoneidad que no veo  en el Ministerio de Transporte ni en la dirección de la empresa.

Los servicios de salud y educación deberían ser los “privilegiados”. Los primeros, no sólo por las consecuencias del irracional aislamiento que ya lleva más de 200 días que exigirá máxima atención por parte del sistema, en especial público, y los segundos porque a los educadores les llevará un máximo esfuerzo realizar su tarea con esta generación de chicos y adolescentes que han perdido un año, que medido vitalmente pueden representar muchos más. No se tratará de recuperar el tiempo perdido, lo que es imposible, sino de aprovechar al máximo el tiempo por venir.

Deberemos buscar un “ocio “muy austero y este será el objetivo que deberemos tener en cuenta todos los que estamos en esto, sea como proveedores, observadores o analistas del sector.

Para usar una palabra,  se deberá trabajar en especial con ese segmento de la población que va desde la infancia hasta los 15/18 años para que aprendan a hacer un buen uso del “tiempo libre”, en especial en ese segmento de tres a cinco millones de chicos pobres.

El turismo que llamaría de primera división participará de un campeonato con muy poco mercado, será para pocos proveedores.

Esto que pienso es para esta Argentina de hoy que está mal, no debemos pensar en buscar responsables o asumir en todo caso que somos todos y que la tarea es hacia adelante.

Está en nosotros ser víctimas o protagonistas…dicho de otro modo, si seguimos pensando en cada uno de nosotros, nada cambiará, seguiremos siendo víctimas de nosotros mismos.

Portal de América

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