Las irremediables consecuencias de las distorsiones político-económicas en el turismo argentino
Lunes, 21 Septiembre 2020 12:58

Las irremediables consecuencias de las distorsiones político-económicas en el turismo argentino infobae

Cuando analizamos todo lo que nos pasa nos preguntamos ¿Cuál es el límite que podrán soportar las Empresas de Viajes y Turismo? ¿Se puede castigar tanto a un sector sin entender que lo están destruyendo? ¿Se puede destruir a una actividad comercial que genera trabajo y empleo, aporta impuestos, divisas e ingresos fiscales sin entender que también destruyen a más de 26.000 familias que viven exclusivamente del sector de agencias de viajes y turismo y a quienes dejan en la calle sin alternativas ni esperanzas?. Hay que pensar mejor las medidas y medir mejor las consecuencias. Todo lo que viene a partir de ahora es malo, es crisis y más crisis, es imposible validar que para comprar un pasaje haya que pagar 77% de recargo por impuestos, los números espantan, nuestra realidad y futuro también. “Un sector devastado y sin futuro”

SACRAMENTO radisson
Arapey 1250x115
SACRAMENTO - proasur
Mintur verano 1250x115
Fiexpo 2024 1250x115
TSTT-1250x115
CIFFT 1250x115

 

por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires (Distorsión: Acción de torcer o desequilibrar la disposición de figuras en general o de elementos artísticos o de presentar o interpretar hechos, intenciones, deformándolos de modo intencionado)

 

Hará unos diez años un grupo de empresarios de un país limítrofe me consultaron sobre la posibilidad de hacer una inversión en un negocio relacionado con el transporte aéreo y el turismo, junto a un grupo local.

Mi respuesta fue muy diferente a otras dos hechas por “consultoras” de prestigio que hablaban de un potencial extraordinario para el turismo emisivo.

Dejaré de lado los obstáculos legales como la ley 19030 y el código aeronáutico vigente hasta hoy, mi respuesta se limitó a describir el marco político, social y económico.

La Argentina, les dije, tiene un sistema institucional distorsivo y donde más se pone de manifiesto es en la economía. Les puse como ejemplo el precio del dólar.

En general nosotros tenemos una inexistente moneda sobrevaluada, ya que el tipo de cambio se utiliza como medio para controlar los precios locales y garantizar un nivel salarial ficticio.

Esa distorsión cambiaria facilita el turismo emisivo porque lo abarata en comparación con el interno, eso explica la demanda para vacacionar en países de la región, en Miami, México, República Dominicana y Cuba, por mencionar los destinos más demandados.

Por otra parte, si bien el Banco central tenía un buen nivel de reservas, eso no justificaba que se usaran a buen precio, por ejemplo, para gastar en turismo emisivo.

Mi argumentación, en síntesis, ponía en evidencia que por un tiempo el turismo emisivo podría ser un “un buen negocio financiero temporario” que, administrado con mucha prolijidad, podría ser muy rentable.

“No se cuándo explotará la cosa”, solía decir, pero no se puede pensar un negocio a partir de una distorsión, porque una vez que se modifique por otra distorsión o se vuelva a una normalidad razonable, el negocio se derrumbará como un edificio de muchos pisos o caerá como una silla arrojada desde una ventana como lo ilustraba Duran Barba en el periódico de fin de semana “Perfil” el pasado día 20.

Agregaba, hay una sola forma de aprovechar el momento, financiarlo con crédito, pero llegado el día del colapso el resultado será o se cubren los pasivos con las ganancias obtenidas, o se quiebra o se fuga.

Obvio, el negocio no se realizó y pienso que esa gente salvó alrededor de un millón de dólares que hoy hubieran perdido. No sé qué destino le dieron al dinero, ni supe más de ellos.

Tampoco era un gran negocio, más bien un mini negocio, ya que la supuesta “inversión” era una propina, aunque el presidente Fernández días pasados hizo mérito de una inversión de cinco millones de dólares…, un simple vuelto.

Dice el comunicado de las agencias de viaje: “…Cuando analizamos todo lo que nos pasa nos preguntamos ¿Cuál es el límite que podrán soportar las Empresas de Viajes y Turismo? ¿Se puede castigar tanto a un sector sin entender que lo están destruyendo? ¿Se puede destruir a una actividad comercial que genera trabajo y empleo, aporta impuestos, divisas e ingresos fiscales sin entender que también destruyen a más de 26.000 familias que viven exclusivamente del sector de agencias de viajes y turismo y a quienes dejan en la calle sin alternativas ni esperanzas?”

Yo diría, con máximo respeto, que el negocio del turismo a partir del régimen de convertibilidad se desarrolló y creció quizás de modo desmesurado, merced a la distorsión cambiaría por la cual durante casi diez años un dólar valía un peso, precio garantizado por una ley y por las reservas propias y ajenas (deuda) del Banco Central.

Más adelante los agentes dicen en ese comunicado: “…Hay que pensar mejor las medidas y medir mejor las consecuencias. Todo lo que viene a partir de ahora es malo, es crisis y más crisis, es imposible validar que para comprar un pasaje haya que pagar 77% de recargo por impuestos, los números espantan, nuestra realidad y futuro también. Sería fundamental que quienes idearon estas medidas desde un cómodo escritorio, salgan a la calle, se pongan en contacto con la realidad, conozcan los trabajos que ponen en juego. Queda absolutamente claro que quienes ponen en marcha estas medidas desconocen absolutamente lo que pasa en nuestro país, en nuestro sector.”

Es cierto para el sector de viajes (transporte) y turismo la mayoría de lo que venga será malo, porque muchos quedarán atrapados por esta sima económica que hoy es nuestro país.

Hoy la Argentina es la república de la inopia o la pobreza (50% de la población) y la escasez.

Las medidas del gobierno que se critican con razón, son nuevas distorsiones que esta vez juegan en contra, pero lo que se debe entender es, que ni el gobierno, ni nadie en su sano juicio podrían tomar medidas sectoriales para sanarnos de esta patología distorsiva que es hoy la Argentina.

Cualquier intento de recuperación deberá ser a partir de prioridades que generen recursos que deberán ser facilitadas, pero el turismo emisivo por un largo tiempo, vendría a ser una prioridad negativa ya que no hay recursos para financiarlo.

Una alternativa para algunos seria reunir ingenio para desarrollar el receptivo, asumiendo las precariedades presentes, y proponiendo la eliminación de la mayor cantidad de distorsiones vigentes.

Una de ellas es la cambiaria, para facilitar el turismo receptivo debería habilitarse un segmento del mercado cambiaria que funcione con total libertad y a la vez sería la fuente legitima de divisas para los que pretendan hacer turismo fuera del país. Deberán pagar los costos reales del viaje, lo que obviamente limitará el mercado del emisivo a la realidad salarial y de ingresos que muestran los cuadros del INDEC.

Habrá un segmento limitado de la población que podrá “importar” turismo.

Las medidas que se piden no hay como financiarlas y tampoco se justificaría que a unos se les den créditos blandos y a otros no, ya que para todos solo hay miseria y barro.

La argentina está enferma, estamos gobernados por “aprendices” de nuestros vicios ya históricos y nosotros los argentinos, en definitiva, insistimos en la medicina que demostró su inutilidad.

Da pena ver que se gastan recursos reclamando por medios imposibles de implementar.

Lo cierto que varios agentes quedaran en este camino que adornaban los cantos de sirena de un tipo de cambio irreal.

Portal de América

Escribir un comentario

Promovemos la comunicación responsable. No publicamos comentarios de usuarios anónimos ni aquellos que contengan términos soeces o descalificaciones a personas, empresas o servicios.