por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires (con un gobierno que comenzó un brutal ajuste, mal diseñado y que generará más pobreza y más decadencia. Las medidas que se anuncian incentivan la doble fuga, inversiones que se retiran y fortalecimiento de la informalidad. Todos los gobiernos argentinos tropiezan con la misma piedra…)
Varias líneas aéreas dejarán de llegar a la Argentina, otras disminuirán sus frecuencias y capacidad ofrecida, esto significa que el país perderá conectividad. Sin embargo, creo que esto es una bendición para nuestra economía, ya que de ese modo se acotarán las posibilidades de que la gente viaje al exterior. Es decir, lo que disminuirá es lo que llamo “conectividad negativa”, que no es más que el dominio de la importación de turismo sobre la exportación.
En general las líneas aéreas que llegaban o llegan al país tales como British Airways, Iberia, Air France, American Airlines, Alitalia, Lufthansa, Copa, Norwegian, United Airlines, Latam, Air Europa, en verdad venían a buscar viajeros, más que a traerlos. Lo paradójico es que también Aerolíneas Argentinas llena sus aviones con viajeros locales. Se estima en el mercado que sólo el 20% (y con suerte) de sus ventas se hacen en el exterior.
Es sabido que Europa y EEUU son los destinos más apetecidos, a tal punto que las líneas árabes como Qatar y Emirates, si bien ofrecen como destinos circunstanciales sus propios países, el objetivo es distribuir el tráfico entre Europa y Oriente.
El tipo de cambio vigente a lo largo del tiempo ha subsidiado el turismo emisivo y castigado el receptivo, ya que para salir el Banco central vende dólares al tipo de cambio oficial, siempre más barato que el “negro”, pero los dólares que ingresan se comercializan en mercados informales, con lo que se potencia el déficit turístico. Una verdadera genialidad económica.
Varios países europeos duplican su población con la llegada de turistas y sus líneas aéreas generan una mayoría de sus ingresos por sus ventas en otros países distintos de los de su domicilio real. Para eso se facilita su desarrollo y en los momentos críticos se encuentra el modo de subsidiarlas, sea mediante créditos blandos o lisa y llanamente aportes de dinero, siempre gambeteando con las restricciones vigentes a ese tipo de subsidios que impone la Unión Europea.
En los casos que hemos señalado realmente las líneas aéreas aportan al PBI de sus países y al europeo, por eso las ayudas que reciben, reintegrables o no, nunca integran el rubro de los “costos hundidos”.
En Argentina es al revés, Aerolíneas Argentinas contribuye al déficit fiscal y al déficit de divisas, por eso es una irresponsabilidad decir que aporta al PBI. Obviamente resta.
Este es el punto filosófico-económico de la cuestión, Aerolíneas Argentinas va en sentido inverso a los intereses nacionales y todos la financiamos en nombre de una supuesta defensa de la soberanía, en todo caso de la soberanía de la idiotez.
Esta es la política que debemos cambiar, pasa que no solo debe ser un objetivo argentino sino de la región, ya que hoy el objetivo del turismo son las regiones, más que los países.
Por nuestra ubicación geográfica y la escasez de recursos quizás deberíamos apuntar a tener líneas aéreas integradas, una suerte de líneas de bandera regional objetivo que se podría pensar entre Paraguay, Argentina y Uruguay.
Entre estos tres países llegamos a los 55 millones de habitantes, la población, en números redondos, de Francia, o España o Italia, que recibieron en 2019 alrededor de 190 millones de viajeros.
Nuestros países deberían fijarse como objetivo inmediato un mínimo de 25 millones (menos de la mitad de la población estimada). Creo que hasta antes del covid, a duras penas llegaríamos a los 8,5 millones, teniendo en cuenta que una mayoría es propio, es decir un juego de suma cero para la región.
Es obvio que deberíamos mejorar la infraestructura, la calidad turística, la libre circulación entre los países de la región, la posibilidad de ofrecer una moneda única para los pagos de todo tipo de gasto.
El turismo contribuye al crecimiento de la región cuando es extra regional.
Desde luego que en momentos críticos, como el actual, el turismo regional es una alternativa válida, pero el objetivo político debe ser el extra regional.
Cuando expongo estas ideas, me retrucan diciendo que en Europa el 70% del turismo es entra regional, pero no me dicen que Europa está apuntando al turismo receptivo extra europeo, y los ojos se dirigen a China con una población de mil quinientos millones y a la India con un millón trescientos mil habitantes, ambos en crecimiento económico y con una capacidad de gasto promedio de u$s 3.500/4.500/ como piso, sustentable para Europa.
Es obvio que la tarea no será fácil, en especial por la limitación cultural y las mezquindades de nuestras dirigencias, pero debemos insistir y dejar de lado nuestro misoneísmo crónico.
Como vemos la conectividad negativa debe ceder paso a la positiva, pero con la gente que tenemos en función de dirigentes, por lo menos en Argentina, lo más probable será que hagamos de esta sima de barro y mierda en la que estamos sumergidos, en un paraíso del bienestar.
Para unos pocos funcionarios, esta sima es muy rentable, en especial para darle curso a sus neurosis y enojos, tal como lo expuse en una nota anterior.
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