Estuvimos recorriendo el Gran Buenos Aires (en cuarentena “KF”)
Domingo, 21 Junio 2020 20:57

Estuvimos recorriendo el Gran Buenos Aires (en cuarentena “KF”)

Decidimos salir a recorrer el gran Buenos Aires y elegimos dos municipios, Pilar y Exaltación de la Cruz en los Kms. 52 y 72 de la Panamericana. Al regreso nos encontramos con un “banderazo”. La gente agitaba banderas argentinas, había bocinazos  y notamos bronca, mucha bronca, contra el gobierno, entre las personas con las que hablamos, ninguna simpatizaba con el macrismo, ¿casualidad?, diría que lo responsabilizaban por el regreso de Cristina Fernandez y todo lo que significa.

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por Luis alejandro Rizzi, desde Buenos Aires, (en noventena que nos retrotrae a épocas medioevales, un símbolo de la Argentina, una sociedad misoneísta que se esfuerza por volver al pasado, el futuro la aterra)

Pasamos por el Champagnat, un shopping tradicional de Pilar, sólo estaban abiertos  los locales relacionados con gastronomía, un Carrefour, algún local de “regalos para chicos”, veterinarias “los “pobres animales no tienen la culpa”, nos dijo una clienta que esperaba, conservando la distancia, el turno para su mascota. Otro cliente que esperaba para ingresar al supermercado se mostró muy agresivo contra el presidente y el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, y cuando le dije que era “porteño” fue muy claro, “lo lamento por ustedes que se podrían hacer valer, “son todos la misma m…”. El señor no estaba con su mejor humor…

El resto de los locales, cerrados al público pero se podían hacer compras tipo “delivery”, pero como decía una persona que esperaba ser atendida en un local de venta de pastas, “…no me gusta comprar ropa o adornos o cualquier otra cosa personal, sin verla…”.
Es lo que se viene le respondí.

“Será para mis nietos, mi presente es este.”

Me pareció que tenía razón. Yo electrónicamente solo compro servicios, pasajes de avión, alquiler de autos, reservas de hoteles, trámites bancarios, pero para las “cosas” me gusta verlas, sentirlas y si es ropa probarla y verme frente a un espejo.

Conversamos con el personal de vigilancia que es el encargado de controlar el acceso al shopping.

Me presenté como periodista del PDA y me dijo que la gente es muy responsable, (al pasar cuento que encontré la credencial del PDA que creí haber perdido) conserva la distancia, todos vienen con su tapaboca, pero el problema son los empleados de los negocios comerciales, “tienen medio a quedarse sin trabajo”. El delivery, por lo que veo funciona muy poco.

Le pregunté si hubo casos de contagios entre el personal de vigilancia. Me respondió que no y que la empresa tercerizada encargada de esa tarea tenía un protocolo de protección muy severo, lo mismo que la empresa administradora del shopping.

Nuestra impresión recogida de la experiencia, es que la gente está descreída y que hay además un manejo político partidario por parte de todos los sectores que va en perjuicio de todos los habitantes del país.

En una palabra descreimiento, no solo sobre el gobierno nacional, la idea sería no se sabe gobernar, o no se quiere, solo se sabe gobernar en beneficio propio.

El municipio del Pilar tiene hotelería importante de alta clasificación. “El Remanso” es un destino más que de vivienda  habitual, es más bien un destino de turismo de fin de semana y de verano para familias con hijos chicos. Es un lugar tranquilo, un verdadero remanso para esa clase media que vive del ejercicio profesional, comercial o de rentas bien habidas. No hay asfalto en sus calles, la circulación máxima es de 20 km/hora. Habita esa gente común que aún cree en ciertos valores que cultiva, pero que no sabe defender y hacen del relativismo  un valor de un falso modernismo. Es la expresión de esa desorientación que genera la incertidumbre hasta en los más creyentes. Es esa gente que nos debe preocupar como dijo Martin Luther King, que es el silencio de los buenos.

Lo más grave es que aceptan que diversas minorías impongan sus modos de pensar o formas, más allá de sus contenidos aunque nos parezcan disparatados.

Ese barrio nos sorprendió por su silencio, vimos muy poca gente y muchas casas vacías, lo que significa que estas irracionales cuarentenas a más de un inmensurable daño económico interfieren en nuestra vida privada, algo que la constitución solo reserva al poder de Dios.

Personalmente pienso que este dominio cultural de la “liquidez” que se está consolidando, en definitiva legitima cualquier disparate. Si muchos están de acuerdo, el disparate se convierte en verdad. Estamos condicionados por lo que sería una cultura propuesta por minorías que se “saben jugar la piel”.

Santo Tomás enseñó que “la verdad en boca del impío sigue siendo verdad”, ahora podríamos parafrasear, la mentira en boca de minorías impías se convierte en verdad si la gente asi lo vota.

Es cierto, son las élites las que marcan rumbos, pero las élites no son  minorías, son luces y las minorías son sombras que opacan la claridad de la luz.

Las élites se sustentan en el respeto a los valores o a oposiciones inexorables como el nacimiento y la muerte, lo bueno y lo malo, la felicidad y la desgracia, y la vida es un campo de batalla entre esos opuestos de los que nos habló, entre otros Victor Massuh en lo que fue quizás su mejor libro “Nihilismo y creencia extrema”.

En esa batalla no se puede ser neutral en nombre de respeto a las minorías, o a la mayor incidencia que más de una vez tienen las minorías sobre las élites.

Nassim Taleb nos habla de los IPI, Intelectuales pero idiotas, un producto de la modernidad. El “IPI” dice Taleb,  “son los que  Nietzsche he llamó Bildungsphilisters, filisteos educados. Conviene cuidarse de esos individuos que, sin la más leve patina de erudición, se creen eruditos en toda la regla…”

La élite suele ser tolerante, las minorías por el contrario son intolerantes, “Podemos conjeturar, dice Taleb, que los valores morales de la sociedad no se forman merced a una evolución del consenso. Al contrario: la persona más intolerante es la que impone la virtud en los demás precisamente por su propia intolerancia. Y lo mismo se aplica  a los derechos civiles”

Precisamente es la patología de la política actual, las minorías han reemplazado a las elites.

Lo que advertí en esta breve incursión por una mínima parte del Gran Buenos o conurbano bonaerense o AMBA es que una mayoría están buscando una elite que no encuentra, y eso les deja el campo libre a todo tipo de minorías. Algunas nos hicieron mucho daño, como los montoneros, el ERP y otros grupos que elevaron el delito a categoría política.

Mi conclusión sería uno ve gente triste, desorientada, con mucho miedo acumulado y sin esperanza en el futuro.

Mientras recorría el “Champagnat” escuché que una persona le decía a otra, cuando mi abuelo llegó allá por 1910 pudo construir un futuro que superó los cien años, hoy sabemos que en pocos meses, con solo una cuarentena, se puede echar más de una vida por la borda y mis nietos sólo piensan en retornar a sus fuentes, dos de ellos ya lo hicieron….

Me acerqué, me presenté como periodista del PDA  y me emocionó la sinceridad que brotaba no ya de sus palabras sino de su alma dolida, el alma también duele.

Es posible que nuestros gobiernos, que le den otra vuelta de tuerca a la cuarentena, cien días son insuficientes  para apreciar que sólo lograron mantener al virus con vida y más fuerza.

¿Qué hicieron en ese tiempo, lamentablemente perdido?

Ni ellos lo saben, sólo hablan de curvas, rectas, mesetas y picos…

No me pregunto, porque lo sé, en su cabeza cerebro no tienen… a lo sumo excrementos…son escatológicos de ultratumba.

En la semana continuaré por nuestro AMBA y no creo que encontraré un cuadro muy distinto.

Portal de América

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