por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires (En cuarentena cuyo arcano es la vocación despótica de gobernar de modo arbitrario)
Lo habíamos adelantado en el PDA hace varias semanas, y hace minutos se conoció la respectiva confirmación que ya era un hecho sabido, no había modo racional para que LATAM continuará operando el cabotaje.
Nuestro mercado aéreo es muy reducido, como también lo expusimos más de una vez, y lo será aún más a partir de estas absurdas e injustificables cuarentenas, decretadas por la sola voluntad de un Presidente que no duda en aplicar normas de la última dictadura, y que sanciona seudo normas legales que no cumplen con el procedimiento fijado por el artículo 99 inc. 3 de la Constitución argentina para la sanción de normas de excepción como son los DECRETOS DE NECESIDAD Y URGENCIA, DNU.
La mitad de la población se estima será pobre a partir de este año, pero el otro 50% también tendrá menos bienes y recursos, ya que el estado carece de recursos económicos no solo para financiar esta disparatada cuarentena que esconde las peores intenciones del ser humano, sino también para financiar la post cuarentena…
La ida de LATAM es una triste noticia, no sólo porque es una consecuencia de los malos gobiernos que nos vienen asolando desde hace años, sino además por sus cientos de empleados que quedarán sin trabajo, en este nuevo vértice de la decadencia argentina.
El gobierno logró lo que quería, no tuvo que tomar decisiones, le bastó con mirar para otro lado y seguramente ahora habrá algunas lágrimas de cocodrilo para justificar tanta inoperancia, aunque más que inoperancia se trata de mala fe.
También tiene su gran cuota de culpa el gobierno de Mauricio Macri, cuyo Ministro de transporte, Guillo para sus amigos, fue sólo una caricatura de lo que se dio en llamar “excelencia”, cuya cabal expresión fue la designación de un especialista en equipos de diálisis a cargo de la ANAC. Debemos decir que todos los sucesores, hasta ahora, no se han destacado ni por su idoneidad ni por su audacia para proponer y ejecutar una Politica aérea moderna y diferente.
Hasta ahora creemos que JET SMART operará con un solo avión y no tengo información de FLYBONDI. Es obvio que la retirada de LATAM agrandará este pequeño mercado, pero no parece que sea sustentable cuando la empresa dominante está además fuertemente subvencionada. Ahora el gobierno tendrá una “buena excusa” para justificar los millones de dólares que le aportará a Aerolíneas Argentinas, para defender la soberanía aérea del cabotaje cuya máxima expresión fue poder hacer vuelos a China, un hecho sin precedentes en la historia de la aviación interplanetaria.
No cabe duda que seguirán vigentes la ley 19030, nuestro obsoleto código aeronáutico, todo una expresión cabal del misoneísmo criollo, elevado a la categoría de supervirtud.
Los gremios aeronáuticos tienen también su cuota de responsabilidad, y veremos como la intentarán lavar o por el contrario celebrarán esta salida como un modo de defender la única fuente de trabajo legítima, Aerolíneas Argentinas.
Hoy es un día triste para la aviación comercial Argentina, para muchas familias aeronáuticas y para todos los que venimos tratando de aportar nuevas ideas para tener mejores servicios públicos.
Desde este modesto lugar haremos todo lo posible para que esta retirada del cabotaje de LATAM sea solo temporaria, y para que muchos otros puedan usar en la Argentina las nueve libertades del aire en igualdad de condiciones.
“…Nos costará, pero cada día defenderemos nuestras convicciones con todo nuestro vigor y esfuerzo, como lo enseñó Rudolf von Ihering en estos párrafos tomados de “la lucha por el derecho”: “…Un derecho ganado sin esfuerzo está en una línea con los hijos que trae la cigüeña; lo que ha traído la cigüeña lo puede volver a llevar el zorro o el buitre. Pero la madre que ha dado a luz el hijo, no se lo deja robar, y tampoco se deja arrebatar un pueblo los derechos e instituciones que ha tenido que lograr en sangriento trabajo. Se puede justamente afirmar: la energía del amor con que un pueblo se adhiere a su derecho y lo sostiene, se determina según el esfuerzo y el sacrificio que le ha costado.
No la mera costumbre, sino el sacrificio es el que forja los lazos más firmes entre el pueblo y su derecho, y al pueblo que Dios quiera bien, no le obsequia lo que necesita, ni le alivia el trabajo para ganarlo, sino que se lo dificulta. En este sentido no vacilo en decir: la lucha que exige el derecho para nacer, no es una maldición, sino una bendición.”
Allá vamos…
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