El turismo ¿suma o resta?
Jueves, 14 Mayo 2020 12:45

El turismo ¿suma o resta?

El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha aprovechado una comparecencia parlamentaria para explicar los motivos por los cuales cree que el turismo no es un sector estratégico en España. “Tenemos un país que se ha especializado en sectores de bajo valor añadido como la hostelería y el turismo”, ha dicho el ministro, que forma parte del Gobierno en representación de la coalición Unidas Podemos. Preferente.

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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires (cuarentena en su etapa “post” y se comienza a hablar de acciones desmesuradas por parte de los gobiernos, ¿fue necesario tanto….?)

Hace ya varios años, cuando tenía estudio en San Carlos de Bariloche, discutía mucho con los proveedores de servicitos turísticos porque me resultaba antieconómica una actividad que vivía de unos pocos meses del año, digamos seis y los otros seis hibernaban.

En esa época el turismo era totalmente estacional, con su época de nieve, julio y parte de agosto y luego diciembre-marzo o mitad de abril según caía en el almanaque Semana Santa.

Otro dato, más propio de esa región, el turismo era netamente elitista.

Fue Willy Reynal el que inició el proceso de desestacionalización turístico, allá por la pasada década del setenta.

Hoy día esa región de los lagos tiene un calendario turístico que se extendió de ocho a diez meses al año, de donde el turismo pasó a convertirse en un negocio económicamente más racional.

El mismo esquema se repetía en la costa Atlántica, zona en la que se invirtieron millones de dólares, se estima que un 60% era dinero no declarado, según hace años me demostró un célebre comentarista económico de esa ciudad, cuyo nombre no recuerdo en este momento, pero muy conocido por los asiduos visitantes de la costa en aquellos años, como también yo lo era.

En números redondos, se edificaron miles de viviendas para ser ocupadas durante un lapso máximo de tres meses al año. Mar del Plata es una ciudad que tenía y tiene capacidad para 1.200.000/1.500.000 personas y su población fija  oscilaba los 500.000 habitantes, me refiero a los años que fueron de 1950 a 1990.

Parecida relación, diría más acentuada, se daba en otras ciudades de la costa, villa Gesell, Pinamar, Cariló, etc. Donde posiblemente la relación entre viviendas y ocupación es de un 20% en la mayor parte del año. En Mar del Plata se estimaba en un 30/35%, Miramar, localidad sita a 60 Km de la anterior la relación era menor al 20%

Esta relación se repetía y hoy día se repite en algunos destinos que son claramente estacionales.

Nuestros destinos clásicos de antaño, la zona de los lagos de Rio Negro y  del Neuquén, Mar del Plata en la costa Atlántica, el Noroeste, han ido perdiendo aquel carácter “estacional” y eso se fue reflejando en una baja relativa de los precios, y obvio. una mayor competencia, lo que fue elevando la calidad de la atención y prestación de servicios turísticos.

Consecuentemente, también parecería que se fue ajustando el porcentaje de ganancias. Sin embargo, donde no se nota ese ajuste es en el precio de los alquileres temporarios de viviendas particulares, y en nuestros destinos los propietarios fijan  un precio diario necesario para cubrir los gastos de todo el año. Tengamos en cuenta que hablamos de una temporada promedio de cinco meses.

Conozco muchos inversores argentinos que tienen propiedades en Punta del Este, y una  mayoría coincidían que pese a que la temporada se achicó, y que también bajó la cantidad de visitantes, el precio de un alquiler durante sesenta días les cubría los gastos de todo el año (sic) y hasta dejaba “una diferencia”.

En Europa, y en España en especial, hay un dato, la cantidad de turistas que ingresan por año prácticamente iguala o supera a la cantidad de habitantes del país. Este ya es un signo que desmentiría las declaraciones del Ministro de consumo Alberto Garzón transcriptas en el copete.

Es probable que en algunos destinos el turismo se mantenga con alguna estacionalidad, por ejemplo el turismo de “sol y playas”, pero en el caso de España tiene un menú muy amplio de oferta que ya dejó la estacionalidad atrás.

Esto se repite en otros países de turismo clásico, Francia, Italia, Reino Unido, la misma Grecia, sin perjuicio que merced a la amplia conectividad aérea disponible, el turismo  se extendió a otros países de Europa, como los  que estaban detrás de la famosa “cortina de hierro”.

El transporte aéreo ha sido otro motor que traccionó la desestacionalización de una gran cantidad de destinos turísticos, y el que mayor esfuerzo hizo desde el punto de vista tarifario, a tal punto que en términos nominales y en un lapso de 50 años las tarifas aéreas se mantienen igual o más bajas, y las hoteleras por ejemplo se multiplicaron hasta por 10 a 15 veces según los países.

Tarifas en hoteles de 3 o 4 estrellas pasaron en ese lapso de un precio promedio de u$s 25/30 a los € 120/130 y en los de cinco estrellas de valores de u$s 45.00 a € 350/500.

A partir de este “covid19” el malabarismo financiero del transporte aéreo se terminó, y  como presumo, las tarifas aéreas se incrementarán. En simultaneo las hoteleras no tendrían ese margen, como tampoco el resto de servicios turísticos, y según estimo si tienen movimientos deberían ser a la baja.

Es cierto, el transporte aéreo ha subsidiado al turismo, ya que cuanto mayor número de viajeros, mayor flujo de dinero y mayor atracción para el malabarismo financiero.

La cosa es que unos pocos “CEOS” aéreos  aprovecharon económicamente el momento y como tenían margen para repartir dividendos, esta versión de “populismo capitalista” dejaba felices a todos, y además creían que contribuían a ampliar el bienestar social. Como pasa con todo populismo, algún día choca con la realidad o como lo suele decir Jorge Asis, se las ingenia para chocar la calesita.

Eran una especie de benefactores “snob”.

El ministro de consumo español, probablemente se tendrá que tragar sus palabras, pero no obstante tienen un dejo de verdad.

Si de este “COVID 19” sale algo diferente, una lección será que la ganancia financiera es una mera burbuja, que también explotó en su propia esencia, hoy la tasa de interés es neutra o negativa.

Es probable y asi espero que sea, que el concepto de inversión y el riesgo van de la mano.

Quien paga debe asumir el riesgo de perder, quien invierte nadie le puede garantizar indemnidad.

Quien compra un billete aéreo asume el riesgo de quedar varado en cualquier lugar del mundo, quien paga un hotel, corre el riesgo de que cuando llegue su puerta esté herméticamente cerrada (me paso una vez en Mallorca) y el que contrató un transfer en un aeropuerto, quizás debe recurrir al metro o al tren que lo acerque a la ciudad.

La mejor garantía de cumplimiento es que el viajero  no se deje tentar por los famosos cantos de Parténope, Ligea y Licosia  acompañados por el tañido de sus liras…, escuchando ofertas que suenan groseramente ilógicas.

El agente de viaje deberá ser un asesor económico de su cliente, y quien esté acostumbrado a viajar por su cuenta, como es mi caso, alguna vez se golpeará….

En definitiva, el turismo es un buen negocio, en especial para los destinos…

Portal de América

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