Cómo veo en Argentina el futuro del transporte aéreo y el turismo
Viernes, 08 Mayo 2020 18:34

Cómo veo en Argentina el futuro del transporte aéreo y el turismo

Siguiendo las enseñanzas de Juan Carlos de Pablo le pido al lector que no espere ver cuadros con decimales o gráficos de colores con curvas y rectas. Tampoco ningún Excel ni referencias econométricas, no por desprecio o menoscabo a las ciencias exactas, sino más bien porque esta nota es fruto de mi intuición, que como explicó Carl G. Jung, no es más que una sospecha fruto o consecuencia de las circunstancias externas e internas que estamos viviendo. Tampoco tomo la “circunstancia” como un hecho condicionante, salvo que la expresión se entienda como un desafío para tomar decisiones diferentes. Este es el objetivo de esta nota.

Fiexpo 2024 1250x115
Mintur verano 1250x115
SACRAMENTO radisson
Arapey 1250x115
CIFFT 1250x115
TSTT-1250x115
SACRAMENTO - proasur


por Luis alejandro Rizzi, desde Buenos Aires (en una cuarentena que se dobla, peor no se quiebra)

Debo decir que la intuición ha sido y es mi mejor consejero, precisamente porque consiste en una sospecha sustentada en conjeturas y algunos indicios. Una vez que tengo la convicción para decidirme, recurro a los medios necesarios para poder implementarla lo mejor posible.

Luego vienen los resultados que calificarán a la decisión y a su vez poder efectuar las correcciones pertinentes, aunque el resultado haya sido mejor de lo que pensábamos, ya que no hay peor pecado que enamorarse de los buenos resultados, que siempre son “circunstanciales”.

En esta materia de transporte aéreo y turismo siempre comienzo por un intento de medir el mercado actual. Luego leyendo, analizando y comparando los diversos análisis económicos y políticos con el propio. En esto es esencial tener capacidad crítica o de ponderación, `por tanto, pienso para poder decidirme con plena convicción.

Obvio que para ello debo recurrir a estadísticas creíbles, y en este momento el INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) me merece plena confianza.

Veamos,  según el último informe cerrado correspondiente al último trimestre de 2019, el ingreso per capita familiar en el noveno y décimo decil partía de un piso de $ 23.500 y 33.250 respectivamente. El ingreso promedio por cada decil el INDEC lo estimó en $ 27.500 y 43.333 respectivamente.

Este conjunto de los deciles nueve y diez se conforma con 5.600.000 personas en números redondos.

El consumo privado bajó de un 74,2% en 2018 al 71% en 2019, medido a precios constantes. Si nos trasladamos a la medición por precios corrientes  la relación bajó de 65,1 a 64,4%.

El PBI de Argentina en 2019 fue de 21.650.351 (millones) medido en precios corrientes, y estuvo 2,2% real, debajo del año precedente.

Esta epidemia del covid 19, que sirvió como excusa para decretar una cuarentena que ya lleva 50 días y se prolongará, con algunas flexibilidades, hasta el próximo 24, ha causado un impacto negativo en la actividad económica, al punto que ya se pronostica una caída del PBI de este año de un mínimo del 5%, lo que obviamente impactará a la baja el ingreso per cápita familiar. La pobreza superará el 50% de la población.

Dicho en palabras más claras, toda la Argentina se ha empobrecido. Nuestro consuelo es que el mundo también se empobreció, la diferencia es que esa caída es desde un nivel más alto y que en el caso de los EEUU y Europa tienen otras espaldas que amortiguarán las consecuencias, lo que no quiere decir que no haya segmentos de actividades más castigados que otros.

Entre ellos estará el transporte aéreo y el turismo. Sin embargo, se dará un fenómeno paradójico, los precios del transporte aéreo y de los servicios turísticos tenderían a incrementarse sustancialmente, ya que al bajar la demanda los precios necesariamente tendrán que subir para cubrir los costos y en especial los gastos fijos.

Las líneas aéreas ya han anunciado reducciones de flota, lo que causará una obvia ola de retiros y despidos que a su vez tendrán  un costo inmediato en concepto de indemnizaciones según los diferentes regímenes laborales.

En materia de turismo, en el verano boreal, las estimaciones más realistas estiman una pérdida casi total, lo que será causa de quiebras o concursos, y en muchos casos la hotelería y los servicios turísticos deberían reconvertirse hacia otras actividades.

En muchos países europeos se estima que el cierre de fronteras turisticas se mantendrá hasta octubre, pero aunque se adelantara la fecha de apertura, es obvio que la temporada estaría parcialmente pérdida, salvo para los segmentos sociales de alto poder adquisitivo.

Paradójicamente, el transporte aéreo y el turismo volverán a “elitizarse” si se me permite la expresión, especialmente el turismo internacional o emisivo, y destinos que hoy son masivos volverían a la categoría de “destinos exclusivos”.

En el caso de Argentina, el transporte aéreo esta sobreofertado, como lo venimos diciendo desde la “revolución de los aviones”, tanto en el cabotaje como en el internacional, de donde cabe suponer una vertical caída de la oferta que dará lugar a un mercado más sustentable.

El mayor problema que debe resolver el gobierno es el de Aerolíneas Argentinas, que este año necesitará según estimaciones no oficiales, de más o menos un aporte de u$s 900 millones, monto imposible si tenemos en cuenta que estamos en el límite de un default. Para algunos expertos, se podría  evitar el default con mil millones de dólares, de los que 500 millones habría que poner sobre la mesa antes del 22 de mayo,  monto insignificante en el mundo financiero, pero muy alto para la economía local, dada la situación en la que está el país.

Cabe suponer una drástica caída del turismo emisivo, salvo lo ya vendido que  quedó  “stand by” por la “cuarentena”, lo que pone en duda que Aerolíneas Argentinas pueda financiar sus vuelos internacionales de largo recorrido, aunque se limitara a dos destinos, Madrid y Miami. El destino Miami no me parece correcto ya que es una ruta esencialmente emisiva. Madrid, por más que es una entrada a Europa, podría explicarse por la cercanía étnica y los lazos que nos vinculan.

El mercado de cabotaje se reducirá sustancialmente. Si ponderamos los datos del INDEC arriba referidos, me animo a arriesgar que en este momento no es posible mensurar el tiempo de esa baja, pero como mínimo tendríamos que pensar hasta la mitad de 2022, suponiendo que el gobierno ponga en marcha un programa económico sensato.

Obviamente, también  caería el turismo interno debido a la pérdida de poder adquisitivo de amplios segmentos sociales, y no se puede ser optimista respecto al turismo receptivo masivo.

En materia de transporte aéreo de cabotaje, se deber diseñar un sistema de subsidios a la demanda, dada las dificultades de conectividad que plantea nuestra geografía y nuestra densidad de población, concentrada, como  es sabido entre capital y Provincia de Buenos Aires, quince millones de habitantes viven en el 0,5% del territorio nacional.

En fin, esta visión, mejor dicho mi visión, no debe ser calificada con los parámetros del pesimismo o el optimismo, es como un accidente geográfico, se lo debe superar.

Por ultimo en Argentina, otro obstáculo será el tipo de cambio y las restricciones cambiarias (lease cepo) que desalentará el turismo emisivo masivo.

Es obvio, no todos podrán superarlo, pero la experiencia enseña que la gente llegado a situaciones extremas, tiene una impensable capacidad de resiliencia. Esta nota apunta en esa dirección.

Portal de América

Escribir un comentario

Promovemos la comunicación responsable. No publicamos comentarios de usuarios anónimos ni aquellos que contengan términos soeces o descalificaciones a personas, empresas o servicios.