Administrar la incertidumbre
Miércoles, 29 Abril 2020 20:08

Administrar la incertidumbre

Las consecuencias del parón global-el golpe en las materias primas, la caída de las exportaciones o el cierre del turismo- ya han empezado a aparecer en la región en forma de máquina trituradora de empleos y tejido empresarial. Al final del año que viene, se espera que el número de personas desempleadas aumente en 12 millones, sin contar la bolsa gigante de negocios y trabajadores informales que verán empeorar sus ingresos y nivel de vida. Según los pronósticos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la pandemia amenaza con hundir en la pobreza a 29 millones de personas en 2021.

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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires (donde nadie le encuentra la salida a la cuarentena…)

La Argentina es insólita y ahora la atención está focalizada en “los presos”, hay que liberarlos para que no se contagien y autoridades de la seguridad negocian sobre sus derechos que no hacen a la calidad del servicio penitenciario, sino  al derecho humano de la salud que solo se puede garantizar mediante la libertad que hasta ahora parece indiscriminada. Ayer vi por TV a los padres de un doble homicida de 23 años reclamando la libertad de su hijo en nombre de la seguridad sanitaria…Asi ya se liberaron cientos de “ex presos” y un nuevo tema de conflicto adorna nuestra ya cruenta realidad.

Pero volvamos a lo que nos ocupa en estos tiempos de “cuarentena”.

Uno recibe muchas consultas sobre cómo serán las cosas en el futuro o en la “post cuarentena”.

En lo personal no me gusta hacer predicciones, por varias razones, pero la más importante es que no creo en ellas ni en los pronósticos.

Estoy pensando en cuanto papel se ha gastado y también dinero en preparar predicciones sobre las necesidades del transporte aéreo en el futuro, y asi se hablaba de miles de aviones miles de pilotos y trillones de pasajeros y la industria y el turismo se preparaban para abastecer lo que parecía una demanda infinita.

Nuestros lectores habrán leído muchas de nuestras notas en la que me preocupaba el exceso de oferta y los bajos niveles tarifarios. El malabarismo financiero que “demostraba” que había ganancias donde sólo se acumulaban pérdidas, y esa supuesta conformidad con que el transporte aéreo es un negocio de baja rentabilidad y altos salarios para sus ejecutivos…

En lo personal no tenía duda que todos los “outlooks” o “forecast” eran más que nada folletos o marketing de ventas, desprovistos de credibilidad. Las fábricas de aviones, hoy en crisis como surge de la nota de Zas sobre Airbus y la triste realidad de la Boeing.

Ahora presentarán nuevos pronósticos a la baja sin reconocer  que, covid-19 aparte, todo ese macaneo previo tiene que ver con la crisis presente que hace bastante tiempo presentíamos y que poco tiene que ver con el virus.

Desde hace varios años traté de especializarme en el gerenciamiento de las “incertidumbres” y alejarme de los famosos modelos matemáticos gobernados por los no menos famosos algoritmos, capaces de diseñar nuestro futuro hasta en los más mínimos detalles, hasta con decimales, el 7,3 o 8,9 o 144,3 y medio eran pruebas irrefutables de las exactitudes de la predicción…

El concepto de incertidumbre es consustancial con la vida y les doy un dato irrefutable, salvo los condenados a muerte ningún ser humano sabe cuánto tiempo vivirá. Vivir es administrar la propia incertidumbre, tarea difícil para la que no hay escuela.

Si hay medios para administrar mejor la incertidumbre de vivir, que es  el razonar y el pensar, explicar los fundamentos de una idea o una propuesta y saber formar ideas, combinarlas para usarlas como guía.

Es lo que Pascal llamo “esprit de finesse”,

En el gobierno de un país o de una empresa ocurre lo mismo, la política y la gestión consisten en administrar las sucesivas incertidumbres que hacen que el acierto de ayer, sea el error de hoy o viceversa, no existen razones ni medio alguno de predecir el futuro, sea inmediato o mediato.

Debemos tener muy presente que los cisnes negros existen, están en las cercanías y quizás los hay más que los blancos.

Yo no tengo la menor idea de cómo será, para usar un “cliché”, el mundo “post pandemia” y no creo que nadie la tenga.

Me hacen reír los protocolos que se están diseñando. Ayer recibí un mail de una línea aérea en la que me hacían saber que ahora los aviones iban a estar mejor higienizados (sic), discúlpenme, pero no se puede ser tan pelotudo, ahora me vengo a enterar que viajaba en aviones sucios…

En el portal Infobae leía: “…Las mejoras en los procedimientos de limpieza comenzarán esta semana y se expandirán a cada vuelo”, indica el comunicado. La empresa liderada por Doug Parker -CEO y presidente- detalló que incrementarán los ya de por sí altos estándares de higiene interna en cada avión con productos aprobados por la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA, por sus siglas en inglés) tanto en zonas exclusivas de pasajeros como de sus empleados. “En áreas de clientes, mesas de bandejas, hebillas de cinturones de seguridad, reposabrazos, persianas y pantallas de respaldo” tendrán mayor atención a la hora de limpieza profunda cada vez que una nave esté en tierra. “En áreas de miembros del equipo, limpieza mejorada de la cocina, asientos de salto y asientos de descanso de la tripulación. Las nuevas mejoras también agregan superficies de cabina”, añade el informe.”

En estos niveles de idiotez no le veo futuro al transporte aéreo o por lo menos no lo debiera tener.

Si yo fuera CEO de una línea aérea, no me preocuparía o perdería el tiempo pidiendo limosnas a los gobiernos ni beneficios sectoriales, porque ninguna línea aérea tiene más derecho que el dueño del bar de la esquina de mi estudio, ni que la veterinaria de la media cuadra o la verdulería de la vuelta.

A lo sumo como CEO de línea aérea lo que pediría  son medidas generales  que alivien la situación de la gente, que son los que serán los pasajeros de mis aviones.

Los comunicados de IATA y ALTA realmente me dan vergüenza ajena, y demuestran cuan abajo mide el máximo nivel de la gente que gerencia el transporte aéreo. Son burócratas como me dijo un amigo.

Desde un punto de vista humano entiendo que la burbuja de los diferentes “forecast” los haya encandilado y devorado, por algo Ulises se hizo atar a los palos de su velero.

Mi preocupación como CEO estaría dirigida a entender el presente y ponderar la dimensión del mercado, diseñar un sistema tarifario que cubra los costos, estimar las espaldas económico financieras de la empresa y resolver sobre su viabilidad, y en su caso con qué flota.

Me inclinaría por aviones de un solo pasillo con un radio de alcance o rango de hasta 6500/7500Km, que por su ductilidad permitirá volar distancias medias y largas, con una escala.

Trataría de proponer un sistema de libre ejercicio de las nueve libertades del aire, ya que parecería ser que el negocio del cabotaje o regional conforman un mercado insuficiente.

En países como la Argentina, muy escaso de recursos genuinos y por un tiempo sin posibilidad de acudir a los mercados de capitales, tenemos que tener la suficiente sensibilidad social para no intentar  desarrollar negocios inviables.

Por ello es necesario aprovechar lo que nos queda y gerenciar en conjunto con el personal, es el único modo que la gente puede estar dispuesta a hacer esfuerzos necesarios “postcovid19”…

Portal de América

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