por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires
Es cierto, y me refiero a la Argentina, tenemos los elementos necesarios para tener un transporte aéreo sustentable, pero…
Tenemos varios “peros” que por ahora y pese al entusiasmo loable de muchos, podrían demorar nuestra propia historia de posibles éxitos aeronáuticos.
Primer “pero”. La legislación aeronáutica vigente impide formalmente que la aviación se convierta en éxito nacional. Debe reformarse el código aeronáutico y derogarse el principio de la propiedad sustancial en manos de argentinos nativos, debe eliminarse el sistema actual de concesiones, de audiencia pública y de regulación tarifaria. Asimismo, debe derogarse la ley 19030 que es la expresión de nuestra edad media aeronáutica, claramente oscurantista y falsamente infalible.
Segundo “pero”. Este “pero” dado por la rigidez laboral y la existencia de un solo gremio por actividad. Aclaro que si bien para los pilotos hay dos gremios, UALA funciona como un anexo de APLA. Es tan inútil como la inexistente y costosa división que existe entre Aerolíneas Argentinas y Austral.
En realidad, ya podrían inscribirse sindicatos por empresa y debería volverse al sindicato único del personal aeronáutico. Sé que esto es ilusorio, pero hay que comenzar a trabajarlo. Hoy la división por especialidad carece de sentido, ya que la política salarial la marca el gremio de pilotos. Los propios gremios aeronáuticos en algún momento intentaron crear una federación precisamente para aunar políticas laborales.
Tercer “pero”. Es necesario que el gobierno imponga un límite a Aerolíneas Argentinas/Austral, para que sea autosustentable, en un plazo que no debe exceder del año 2019. Con una empresa subsidiada es muy difícil competir, aunque Andes parecería que lo estaría logrando. Esto demuestra que es posible que el capital privado ingrese masivamente al negocio aeronáutico.
Cuarto “pero”. Deben liberarse de inmediato los servicios de rampa o handling. Si Intercargo y su personal desean continuar deberán competir por las suyas. Por otra parte, lesiona el sistema de libre competencia el hecho que Aerolíneas Argentinas/Austral y American Airlines tengas su propio servicio. ¿A que se debe ese privilegio intolerable?
Quinto “pero”. Debe eliminarse, pese a la obsesión irracional del Ministro de Transporte, la base tarifaria mínima, ya que hoy es un factor distorsivo de la competencia. Por otra parte resulta hipócrita decir que la inflación lo eliminará.
Sexto “pero”. Deben licitarse y normalizarse el sistema de transporte de buses, que hoy está condicionado inexplicablemente por permisos precarios, desde hace varios años. Una advertencia, lo precario aunque se administre honestamente, siempre tiene mal olor, máxime cuando se prolonga en el tiempo. Este punto es necesario para terminar con la seudo competencia entre transporte Aereo y de buses y poder así complementarlos en beneficio de los usuarios.
Séptimo “pero”. El gobierno debe proponer una política de “cielo único” para Latinoamérica, donde imperen las nueve libertades del aire, para todas las empresas cuyo AOC se haya expedido por un país de la región. Actualmente las empresas argentinas, salvo LATAM y AVIANCA TACA, que no son argentinas y no cumplen con la legislación argentina, por lo dicho al describir el “primer pero”, como tampoco lo cumpliría la filial de Norwegian, ya constituida en Argentina, merced al absurdo e ilegal decreto 52/94.
Con estos “peros” tenemos para pensar y faltan unos cuantos más…, por ejemplo acceso al aeropuerto de Ezeiza y la necesidad de un tercer aeropuerto para el cabotaje en el área metropolitana.
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