por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

El pasado viernes 15 llamé por teléfono a la Direccion Nacional de Transporte aéreo para hacer dos consultas con el Director Nacional, Dr. Gómez.

Una de ellas era de neto contenido profesional relacionada con una consulta que me hizo un operador mayorista de turismo extranjero con sede en un país europeo, y la otra relacionada con las autorizaciones que se habrían concedido a Alas Uruguay el pasado 8 de enero. Esta última, como le aclaré a una de las secretarias de la Dirección, era de contenido netamente periodístico ya que estaba preparando una nota al respecto referida al nuevo enfoque que el gobierno de Mauricio Macri le estaba dando a la relación con el Uruguay, y tenía relación también con consideraciones políticas.

Aclaro que con la anterior directora Paola Tamburelli, siempre tuve una respuesta, pese a que ella sabía que políticamente estaba en las antípodas del gobierno de turno.

Lo cierto es que con relación a la cuestión de Alas Uruguay fui derivado al Ministerio de Transporte, y pese a que me prometieron una respuesta, hasta hoy viernes 22 no la he tenido. Tampoco he tenido hasta la fecha respuesta sobre la reunión solicitada por el otro tema mencionado.

No se si la falta de respuesta en un caso y la demora en el otro se deben a un exceso de trabajo, pero en este supuesto creo que el silencio no es una muestra de buena educación y respeto. En ese sentido el Presidente, que supongo tiene  mayores responsabilidades, demuestra tener otra sensibilidad.

Me podrían decir también que no tenían interés en atenderme o en responderme. Siempre es una de las posibilidades.

Al respecto recuerdo que el ex Secretario Guillermo Moreno, por lo menos me dijo por boca de su secretaria “que no podía perder tiempo dando entrevistas a cualquiera”.  Aclaro que iba por temas muy concretos como eran las Observaciones sin causa a las entonces DJAI. (Declaraciones anticipadas de Importación), una de las formas del gobierno anterior para impedir importaciones.

Por lo menos tuve respuesta, y desde allí supe a qué atenerme como lo dejé expresado bajo juramento en varios escritos judiciales de esa época.

Reitero, solo silencio.

Realmente lo lamento por ellos.

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