¿Cómo será el futuro del turismo?
Lunes, 28 Diciembre 2015 22:06

¿Cómo será el futuro del turismo?

“El petróleo barato, la consolidación de la economía colaborativa, el pago por móvil, el big data en todos los modelos de negocio y una empresa más transparente, diversa y femenina son las tendencias para el 2016, según la escuela de negocios” (IESE Business School).

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por Luis Alejandro Rizzi, desde Luján, Provincia de Buenos Aires

Amartya Sen escribió, entre otros, un libro cuya lectura siempre recomiendo que se llama “La idea de la Justicia”, y en una de sus páginas dice que la observación de las vidas humanas  nos permite pensar en las libertades que realmente tenemos para elegir entre diferentes clases, modos y formas de vida.

La verdad sea dicha, también hemos inventado diversas profesiones, prácticas y hasta aplicado principios elaborados por las diferentes ciencias para  condicionar nuestra posibilidad de elección, resultando paradójicamente que quizás la mayoría de nuestras decisiones “libres” no  son tan libres como creemos, y que muchas veces tampoco tenemos en cuenta nuestras creencias en el momento de hacer uso de nuestra libertad.

Diría que los días del padre, de la madre y varias celebraciones religiosas mutaron su significado  espiritual o deontológico si se quiere, hacia un sentido comercial, y la magnitud del afecto ya no se mide por una muestra de amor sino por el costo de un regalo.

En definitiva, el marketing lo hizo al vaciar el significado de ciertas celebraciones para convertirlas en “actos de comercio”.

Traje a cuento esta breve introducción para demostrar también como  en el turismo se recurre al marketing para conservar formas de negocios que hasta ahora rindieron altos beneficios al tiempo que facilitaban argumentos para justificar gastos, incluso mediante tentadoras formas de financiación, para viajar a diferentes destinos.

Esta técnica funcionó hasta que apareció este fenómeno llamado Internet, que trajo algo que creo no se pensó debidamente, que es la comunicación horizontal entre la gente.

Antes de Internet, la trasmisión “boca a  boca” era lenta y además minoritaria, hoy mediante twitter, facebook o tantas otras formas de comunicación social, hasta la expresión más nimia se viraliza y la pueden leer miles de personas.

Días pasados me contaba una viajera empedernida que ella va explicando en su facebook sus viajes, cómo se traslada, donde pernocta, cómo elige los destinos, y que sus comentarios son leídos por cientos de personas que además le pedían recomendaciones.


“Me he convertido en un agente de viajes virtual y amateur”, me decía, mi amiga, días pasados mientas tomábamos un café de los que me provee ni nuera Lorena en mi estudio.


Cuento esto porque tiene relación con el copete de la nota con referencia a la economía colaborativa y al big data.

Mi primera conclusión es que la franja de gente que viaja, quizás no todos sean turistas, se va agrandando. Los “progres” dirían con razón que el turismo se va democratizando y este fenómeno social significa que comienza a viajar gente  con una mínima capacidad de gasto.


Esa gente considera, con razón o sin ella, que puede obtener información gratuita, sin recurrir al Estado, en las redes sociales y curiosamente en una época de  descreimiento, como lo muestras los partidos o movimientos contestatarios, tipo “Syriza”, “Podemos” o “Ciudadanos”. Esa gente mayoritariamente desconfiada o descontenta, le cree a gente que no conoce por el solo hecho de estar en las redes sociales. Esto para mi tiene un significado muy especial, que analizaré en otra nota, pero tiene que ver con la falta de verdaderas dirigencias.

Este fenómeno que está ocurriendo no es ni justo ni injusto, no es reprochable, no es ilegal, como a veces se nos pretende hacer creer,  “is a fact” como solía decir el célebre Inspector Clussot, encarnado por ese genio que fue Peter Sellers.

Sin embargo, este fenómeno también impacta en algún segmento de  gente que tiene mayor capacidad de gasto pero que advirtió que solo quiere pagar por lo que usa.

El informe sobre tendencias al que hacíamos referencia en el copete concluía afirmando que “…A su vez, el futuro de la empresa en 2016 pasa por contratar a individuos con bagaje multicultural y aprovechar sus conocimientos, competencias y habilidades, desde el punto de vista del profesor Reiche, quien ha animado a impulsar el ascenso de más mujeres a puestos directivos”.

Como vemos una vez más la cultura entendida como un sistema de ideas, de creencias de lo que somos nosotros, de lo que es la vida, impactará también en el  negocio del turismo, y el componente cultural en los hombres de empresa, incluido el turismo,  será decisivo para poder ser sostenible en el futuro.

En general la mayoría de  los agentes de viaje han sido “self made man”, y su escuela ha sido la experiencia, muchas veces trasmitidas de generación en generación. Pues bien esta condición  seguirá siendo necesaria, pero ya no será condición suficiente.

Portal de América

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