España favorecida por conflictos ajenos y su calidad de servicios
Martes, 11 Agosto 2015 21:47

España favorecida por conflictos ajenos y su calidad de servicios
España consolidará su posición de privilegio en el podio del turismo mundial y durante este año espera llegar a los 68 millones de turistas, según lo anuncio Mariano Rajoy en Mondariz, Pontevedra. (Cinco Días, 11/8/2015).
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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

En 2014, Francia fue el país más visitado del mundo con 83,7 millones de visitantes, seguido por EEUU con 74,8 millones, y España con 65 millones. Es muy probable que si sumamos los turistas que arribaron a Francia y España no sumen 148,7 millones sino bastante menos, pero para esos países esos son los números.

Para este año, como decíamos en el copete, España espera superar los 68 millones, cifra que el Ministro de  Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, no se animó a anunciar, pero al Presidente Mariano Rajoy no le temblaron sus labios para dar ese número.

El podio del turismo mundial está siendo ocupado desde 2013 por Francia, EE.UU y España, que desplazó a China que no logra superar los 58 millones.

España recaudó el año pasado U$S 65 mil millones, lo que significa un gasto promedio de U$S 1.000 por persona.
EE.UU por el contrario recaudó el mismo año por este concepto nada menos que U$S 177.200  millones, lo que arroja un gasto de U$S 2360 y pico per cápita.

Si damos fe a  la Organización Mundial del Turismo (OMT), España se ha consolidado como el segundo país del mundo que más ingresos recibe por el turismo. En general hemos visto que salvo en EEUU, el gasto por turista en los países de destino oscila los U$S 1.000.

En el avance Español en estos últimos años y meses influyeron los conflictos del Norte de África, en especial la serie de atentados ocurridos en Marruecos y el consiguiente manto de inseguridad que cubre a Egipto y Túnez, y ahora en Turquía y Grecia. En este último país  se le suma su profunda crisis económica que pareció que iba a originar de la mano de Tsipras una revolución económica universal, y que terminó en una sumisión que demuestra que las deudas se deben pagar. Obvio, el rigor de un principio comenzó a suavizarse y fatalmente en algún momento aparecerán las quitas, pero ello ocurrirá el día y la hora que lo decidan los acreedores.

Ha sido tal el eco de la frustrada “revolución” de Alexis Tsipras y su Syriza, que ese movimiento llamado Podemos, en España, comenzó a deshilacharse, cuando parecía que se devoraba crudos a los partidos tradicionales.

Es obvio que el turismo es un motor muy potente de la economía, y especialmente demuestra la magnitud del sector de servicios. En la medida que las nuevas formas de viajar que se van dibujando de la mano de la llamada “Economía colaborativa” se abran paso y se consoliden, el número de turistas aumentará radicalmente, pero es probable que los gastos por persona no aumenten en la misma proporción.

Esto significa que los sectores tradicionales deberán mejorar su productividad y adecuarse a esta nueva ola del turismo que creará una demanda exigente en sencillez y calidad.

Si comparamos los volúmenes del turismo  en los destinos referidos con los que se producen en nuestros países, vemos que en algunos casos nuestros ingresos anuales corresponden a un promedio de 20 días.

Parecería que recién ahora los gobiernos de nuestros países empiezan a descubrir que uno de los medios para crecer  es la explotación del sector de los servicios, que se denomina el sector terciario e la economía, aunque ya se comienza hablar del sector cuaternario de servicios que sería el de muy alto valor agregado.

Un ejemplo de modernización económica puede ser Australia, que destina la renta de los commodities hacia servicios exportables de alta calidad, tales como  educación, turismo y manufacturas agrícolas.

Como dice Levy Yeyati “nuestras exportaciones de servicios son muy bajas o, puesto de otro modo, nuestros servicios no son competitivos” y eso lo vemos en el turismo. Para mucha gente el turismo se limita a vender un billete aéreo, una estadía de hotel y una combi que con regular humor te lleva a la rastra a visitar el lugar elegido como si cada turista fuera un drone que necesita ser conducido por control remoto.

Es obvio que el turismo es otra cosa, y ahora parece que lo comenzamos a aprender. Días pasados me explicaban algo muy trivial, y estaba referido a las visitas guiadas a estadios de futbol. Me decían que acá te llevan a ver la Bombonera, la cancha de Boca Juniors, o la de River Plate, que son las más demandas, Te muestran los vestuarios, las tribunas y todo dura cinco minutos (dicho figurativamente). En Londres por ejemplo, la visita al viejo estadio de Wembley duraba medio día porque te mostraban y te contaban  la historia del futbol y de partidos memorables jugados en ese lugar. A mí personalmente me sorprendió en una visita que hice en el año 1973 que en la historia de ese estadio figuraba Miguel Ángel Rugilo, ex arquero de la selección argentina, que mereció por su actuación sobresaliente en un partido disputado el 9 de mayo de 1951 contra la selección local, el mote de “león de Wembley”, que aun hoy se puede  googlear.
Pienso en Argentina, porque no podría recibir 10 millones de turistas al año que  significarían un ingreso de u$s 10 mil  millones como mínimo.

Probablemente se deberían armar programas regionales, pero si no logramos hacer andar el modesto Mercosur, que podemos pedir…porque obviamente una política turística común exigiría también otras condiciones, tales como estabilidad, mantenimiento de los valores de  nuestras monedas, evitar desequilibrios entre ellas y sobre todo, mercados abiertos. Para nosotros los argentinos, todo esto parecen utopías inalcanzables….

En fin, la frase es conocida pero no puedo evitar la tentación de repetirla “Estúpidos…son los servicios….!!!! "(de calidad).

Portal de América

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