por  Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

Los argentinos somos fantásticos y hemos creado una nueva figura, la del “pato rengo”. Hasta hoy se les llamaba “pato rengo” al último periodo de gobierno de los presidentes salientes, pero desde anoche puede ser “pato rengo” un candidato a presidente que por errores propios pone en riesgo su candidatura. En otras palabras, este 20 de julio las posibilidades de Mauricio Macri para ser el próximo presidente argentino a partir del 10 de diciembre se han estancado, y en su futuro se abre un signo de interrogación.

Mauricio Macri ha coleccionado todos los errores posibles en un marco de soberbia que resulta intolerable para el argentino medio. Pero lo más grave fue que careció de vocación para poner en blanco y negro la difícil herencia que dejarán doce años de gobierno “K”, la que por otra parte no se puede aceptar con beneficio de inventario.

El domingo de noche se vuelve a equivocar al lanzar su candidatura en un marco de triunfo electoral, pero de clara derrota política.

Porque si vamos a los números que deben preocupar, en el “balotaje” Lousteau logro crecer un 23% y el PRO solo un 6%. Esto significa que casi la mitad del electorado de la ciudad de Buenos Aires, se pronunció en su contra.

En el último balotaje, el PRO había ganado por 65% a 35%. En estos cuatro años el PRO obviamente perdió 13 puntos que se sumaron a la oposición.

Macri se equivoca al hacer anuncios sobre sus propuestas electorales, tomando en cierto modo el lenguaje con el que le jugó Lousteau.

En efecto, comenzó reconociendo hechos, supuestamente positivas del FPV, como la privatización-despojo de YPF, de Aerolíneas Argentinas, anunciando que quedarán como empresas del estado, aunque formalmente la primera es una S.A.
Habló de “soberanía energética”, un término netamente populista, y de la administracion eficaz de la empresa aérea, término vago y difuso.

Mencionó a la asignación universal por hijo como un derecho, y en paralelo a la necesidad de eliminar la pobreza que legará el gobierno “K”, consigna que debió haber convertido en bandera mucho tiempo atrás.

Respecto a Aerolíneas Argentinas y Austral, no enunció, lo que hubiera sido propio de un real estadista, cuales serían los lineamientos de una administracion eficiente que implicarán, por lo menos por un lapso de tres años como mínimo, en una cruda terapia intensiva, siendo necesario elaborar un programa que se deberá realizar conjuntamente con la representación gremial, para no solo salvar la fuente de trabajo sino para evitar que sea necesario derivarle fondos públicos para su sostenimiento y esencialmente, para administrar el conflicto que generará su realización.

Tampoco explicó que la tan vapuleada conectividad local y fronteriza con países de la región. Si debería estar a cargo de otro tipo de empresas bajo la modalidad “low cost”, a cuyos efectos deberá proponerse una nueva legislación y quizá derivar parte del personal sobrante de ambas empresas.

Respecto a la conectividad regional fronteriza, debería negociarse con Uruguay la eventual participación de Alas Uruguay, para lo cual sería necesaria quizás la operación conjunta de aeronaves de mediano porte.

En fin, no veo imaginación en el planteo de cuestiones  que exigen alternativas diferentes a las puestas en práctica hasta ahora.

Por último, omitió toda referencia a la situación económica con la que se encontrará el nuevo gobierno el próximo 10 de diciembre.

De aquí a las próximas PASO –Primarias abiertas simultáneas obligatorias- los postulantes deberán crudamente exponer sus ideas, olvidarse de las encuestas que erraron fiero y de una buena vez por todas hablarle a la gente.

Macri podría dejar de ser “pato rengo”, pero la cosa es que todos los postulantes se comporten como adultos…hasta ahora jugaron a las encuestas y así les está yendo, porque los que pintaban con más posibilidades, vienen perdiendo…salvo el caso de Mendoza.

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