por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

Debemos agregar que a la fecha Aerolíneas Argentinas lleva gastado el 51% de los recursos,  “ayudas” que estableció el  presupuesto nacional para este año, de donde no cabe duda alguna que los $ 3244,90 millones disponibles para todo el año no alcanzarán y la suma deberá incrementarse sustancialmente.

Aún resta negociar la nómina salarial que podría incluir sumas retroactivas, y se ignora el impacto negativo que podría causar la erupción del volcán Calbuco, que de todos modos sería bastante menor que la del año 2011 causada por el Puyehue.

En vísperas de elecciones presidenciales, aunque esta vez habrá que prestar mucha atención a la renovación parcial del Congreso, la cámara de diputados renueva la mitad de sus integrantes y el Senado un tercio, ya que ningún bloque tendría mayoría absoluta como ocurre y  ocurrirá hasta el próximo 10 de diciembre.

En este supuesto se iniciaría un nuevo tiempo político, ya que gane quien gane,  se pondrá fin a una largo período de discrecionalidad arbitraria en el manejo de la cosa pública, o si se prefiere de la República, convertida en una suerte de monarquía absoluta.

Esto no quiere decir que el nuevo tiempo político sea mejor o peor que el anterior. Todo dependerá de la posibilidad de constituir una coalición de gobierno, dado que el “kirchnerismo” o mejor dicho “Kristinismo” conservará un buen número de legisladores, insuficiente para imponerse, pero suficiente para actuar como censor, impidiendo la formación de mayorías, su poder de veto podría ser formidable y en ese caso fatalmente el Poder Ejecutivo seria neutralizado y paralizado.

Hago esta aclaración para alejar esa creencia, con algo de inocencia y mucho de hipocresía, que  nos dice que a partir del 10 de diciembre emergerá una nueva y mejor Argentina.

Una de las tres o cuatro cuestiones  que se deberá resolver es la del “déficit fiscal”. Recordemos que 2014 cerró con 625 mil millones de pesos de “endeudamiento público e incremento de otros pasivos”, el año anterior ese rubro era casi del 50% menor. ¿Cuál será el endeudamiento de este ejercicio…?

Comparado con esos números, los $ 23.913 millones que Aerolíneas Argentinas ha recibido del Estado desde su “expropiación” -solo representa menos del 4% del endeudamiento del año pasado- parece una mera anécdota que de todos modos habrá que resolver.

Dejando en claro que la “cuestión” fiscal tiene otras causas, lo cierto es que una cosa que hay que analizar es si esos 23 mil millones de pesos  podrían haber tenido un mejor destino y para ello es necesario fijar prioridades.

Si reducimos el “problema” Aerolíneas Argentinas al área de transporte, advertiremos que el país tiene un déficit alarmante en materia de infraestructura, malos caminos, rutas obsoletas, sistema ferroviario precario, insuficiencia de transporte fluvial, lo que impacta negativamente en la economía general, ya que el costo de transporte es un factor que encarece el valor de nuestra producción y afecta  negativamente el nivel de vida de la gente.

Debemos tener en cuenta que para este año 2015, el transporte en general recibirá un subsidio estimado en $ 67 mil millones, que sumados a los existentes para la energía, que ronda los $ 190 mil millones, nos arroja un monto total de $ 257 mil millones, monto que tampoco satisface a la gente ya que todos los servicios están en un nivel deplorable.

Si bien visto en perspectiva, el tema “Aerolíneas Argentinas” resulta un tema menor, ello no quita que pensemos que con lo aportado a la empresa en estos seis años se podrían haber reconvertido 23000 Km de vías férreas con servicios que podrían circular a un promedio de 150 Km por hora los de pasajeros y 80/100 Km los de carga.

Hacíamos referencia hacia la futura integración del congreso, ya que para resolver el problema del transporte aéreo es imprescindible reformar la legislación vigente, y entre esa legislación, la ley 26412 que impide privatizar a Aerolíneas Argentinas, y va de suyo que el “kristinismo” intentará mantenerla tal cual está.

El transporte aéreo no ha funcionado en los últimos 60 años por causas que le son imputables al retroceso que afectó  y afecta al país a partir de la década que fue desde 1930 a 1940.

En 1910 la Argentina tenía un PBI per capita del 99% comparado con los  países más avanzados de Occidente y hoy ese porcentaje se ha reducido al 30/42%. Es evidente que una de las causas del retraso ha sido y es la alta inflación, y para ello solo tengamos en cuenta que desde 2001 a la fecha superó el 1000% y que nuestra moneda perdió 13 ceros en poco más de 40 años.

Es obvio que en una sociedad que retrocede, ninguna actividad económica puede generar beneficios genuinos. Peor, se ha hecho carne lo que se  ha dado en llamar la “path dependence”,  esa cultura por la cual vivimos condicionados por el pasado que nos sumergió en una puja distributiva que se sustenta en el proteccionismo extremo y en definitiva en el aislamiento.

Esa “path dependence”, (dependencia del sendero) es lo que debemos cambiar, algunos hablan de la “nueva política”, como si toda “nueva política” fuera sinónimo de una “buena política”. Como días pasados los señalaba Martin Lousteau, lo que debemos entender es que hasta hoy ejecutamos “malas políticas”, puede ser sustentadas en viejas ideas, o en la altura de otros tiempos que la historia nos demostró que fueron erróneas.

La “buena política” nos dice que para tratar el problema Aerolíneas Argentinas se deberá gerenciar a la empresa de modo que genere sus propios recursos, y esa no solo será tarea de sus futuros administradores, sino de su propio personal que debe ser consciente en el sentido que su remuneración y beneficios deben estar íntimamente relacionados con la productividad de la empresa.

Días pasados, un grupo de pilotos amigos me reprochaban algunas de mis ideas y me decían que todo piloto debe tener una remuneración de valor o referencia internacional (sic), más allá que la empresa gane o pierda. Esas mismas personas defendían el “proteccionismo” para favorecer supuestamente nuestro desarrollo.

En esta anécdota -no tiene otro valor- tenemos una muestra de nuestra cultura media. Pretendemos el mejor nivel de vida, pero con políticas de neto corte “populista” que en definitiva se sustentan en las más rancias culturas rentísticas que hoy graficaría con  ese aforismo que nos quiere hacer creer que el consumo genera crecimiento, y que en vez de generar inversión y hacer culto del ahorro, se debe fomentar el gasto como si ello fuera virtuoso.

No propicio el cierre de Aerolíneas Argentinas, que quede claro. Propicio un gerenciamiento que apunte en una primera etapa inmediata a no requerir un solo peso al estado, lo que exigirá ajustes y esfuerzos por parte de su personal y en lo mediato deberá generar resultados que justifiquen su existencia. Si no puede demostrar su viabilidad deberá ser liquidada.
Creo necesario efectuar otra afirmación, el nuevo gerenciamiento de la empresa deberá tener la necesaria legitimidad para convencer a su personal de la necesidad de su esfuerzo. Ahora bien, si ese personal no estuviera dispuesto a “vivir con lo suyo”, es decir, con lo que pueda generar la empresa, no tendría sentido insistir con su continuidad y en esta hipótesis, debería ser liquidada, pero insisto antes hay que generar la oportunidad para su continuidad.

Debemos eludir con racionalidad la cuestión de los “costos hundidos”, el esfuerzo que se deberá pedir será precisamente para terminar con la idea de la “path dependence”  que nos quiere hacer creer que el transporte aéreo es deficitario o medio deficitario necesario para facilitar otras  actividades comerciales.

Recordemos una cosa, en Argentina y en todo el mundo las empresas deficitarias han quebrado. De esa lógica no debemos apartarnos.

El subsidio del Estado es un costo que califico como necesariamente prescindible.

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