por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

El nuevo presidente recibirá un  país con una infraestructura precaria en materia de transporte, con déficit de energía, con un 25/27% de pobreza, con un nivel de inflación del 35/40% anual, con un déficit fiscal del 4,3% del PBI, y según el economista Luis Secco que además  dijo que en este año, “…El déficit fiscal se incrementaría en un punto y medio del PBI, llegando a valores cercanos a 6% del PBI.”. A la fecha las reservas liquidas del Banco central serían de solo u$s 16.366 millones, que se administran por medio del llamado “cepo cambiario”  que contribuye a afectar negativamente la producción y productividad de la economía.

El empleo se ha estancado y más de un 5% de la población tiene problemas para  conseguir trabajo. Entre tanto el Poder Ejecutivo incrementó su dotación en un 45%, según el diario “La Nación” entre 2003 y 2014. En cierto modo ese crecimiento actúa como una suerte de seguro de desempleo, claro está con un costo mucho mayor.

Esta breve descripción es necesaria para que el lector advierta  cual es la situación del país  y porque reconocemos que “ella” nos dejará un país muy incomodo para “casi todas y casi todos”.

Lo grave es que el arco opositor no atina a formular un diagnóstico de situación y a proponer las políticas para capear este temporal que se desatará a partir del 10 de diciembre próximo.

La Argentina necesita otro modo de hacer política, los candidatos deberían dejar un poco su preocupación por las encuestas, todos los candidatos padecen el mal de la “encuestitis” enfermedad, síndrome o mal que a la fecha carece de cura o tratamiento,  y ofrecer a la gente debates internos con sus equipos de gobierno para ilustrarnos sobre la situación general del país y qué prioridades se fijarán para la acción de gobierno por parte del ganador de las elecciones.

El transporte será una de las cuestiones más complicadas, ya que la Argentina carece de un sistema de transporte, las rutas están  en general en mal estado, algunas un poco mejores, otras un poco peores y otras en el límite de la transitabilidad, el sistema ferroviario  es precario y Kristina por intermedio de Randazo, actual Ministro de Transporte y precandidato a Presidente o gobernador de la Provincia de Buenos Aires (¿?), comenzó a gastar sumas ingentes de dinero en mejorar el ramal Buenos Aires-Mar del Plata, que a lo sumo podría tener una frecuencia anual promedio de 5/7 servicios diarios, lo que ya anuncia un servicio deficitario que implicará una carga muy costosa para el próximo gobierno.

También Randazo se ocupó de mejorar  el ramal Buenos Aires-Rosario, en otra llamada inversión (¿?) que no sabemos aun si  de inmediato, junto con la anterior,  no pasará a ser uno de nuestros tantos “costos hundidos”

Quizás lo más razonable hubiera sido destinar esos fondos para mejorar los ramales del Belgrano Cargas, servicio esencial para  el transporte de parte de la riqueza que genera el país, e incluso sobre cuyo trazado podrían circular servicios de pasajeros a una velocidad promedio de 80/100 km por hora, lo que permitiría llegar a Salta en poco más de 15 horas.

Debemos señalar que Buenos Aires-Mar del Plata y Buenos Aires-Rosario tienen una buena conectividad por medio del transporte automotor, y reparando y modernizando las actuales conexiones, autovía y autopista respectivamente, se podría haber encontrado la solución más adecuada. Tengamos en cuenta que son distancias cortas muy apropiadas para el transporte automotor.

El transporte aéreo será otra cuestión, ya que los déficits de Aerolíneas Argentinas y Austral las hacen absolutamente inviables.

Deberían analizarse alternativas que previamente exigirán definir una política para el transporte y sus respectivas prioridades.

Para el transporte aéreo estimo que deberíamos avanzar hacia una política de “cielos abiertos” que exigirá una modificación del código aeronáutico a cuyo fin propuse un anteproyecto de reforma (puede descargarse al final del artículo).

Lo lógico sería aprovechar la pertenencia de LAN al grupo  “LATAM” lo que podría crear una suerte de “cielo único entre Argentina, Chile y Brasil”, facilitando la conectividad integral entre las principales ciudades que debería incluir a Uruguay y Paraguay.

También sería un medio para facilitar el movimiento turístico regional y quizás debería pensarse en crear una única  “moneda turística” para el Mercosur y países asociados que a su vez serviría como gestación de una moneda común.

Aerolíneas Argentinas y Austral deberán tener una conducción que las haga funcionar con sus recursos, y si ese objetivo no se puede alcanzar, habrá que apuntar a su cierre y liquidación que podrá ser parcial o total, ya que Austral estaría en mejores condiciones para continuar su actividad.

Lo cierto que estamos a un paso de comenzar el proceso electoral y todos ignoramos  qué  piensan los candidatos.
Macri nos ofrece “el trabajo de su equipo” que no se cansa de ponderar, pero no nos dice para qué. Sería bueno que aprovechando los medios existentes se muestre a ese equipo como si estuviera en funciones de gobierno.

Sergio Massa también incurre en la misma falta pero debe mostrar que propone, cuales serian sus prioridades y como actuaría, hasta ahora se mantiene igual que Macri enunciando generalidades.

Respecto a Scioli nos reservamos la opinión ya que deja una provincia en la que su precaria situación puso en evidencia el nivel mínimo de su idoneidad.

El síndrome o mal de la “encuestitis” tiene obnubilados a nuestros candidatos, entre tanto, la gente busca en las marchas un respiro…

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