Reflexiones sobre política y turismo
Domingo, 04 Enero 2015 22:37

 Reflexiones sobre política y turismo
Este año optamos con Claudia, mi mujer,  viajar hacia Córdoba, provincia que hace muchos años  que no recorríamos.
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por Luis Alejandro Rizzi, desde Mina Clavero, Córdoba

Elegimos ese destino por dos motivos, su relativa cercanía con Buenos Aires y el escaso tiempo disponible para tomarnos un descanso.

Viajamos en nuestro 408 y pudimos advertir que la llamada ruta Panamericana hasta la ciudad de Rosario ha sido mejorada y está en un razonable buen estado.

No podemos decir lo mismo de la continuación de Rosario a Córdoba, que tiene tramos en buen estado y otros con absoluta falta de mantenimiento, consecuencia de los casi 20 o 30 años que demoró su construcción. Obviamente los tramos construidos últimamente son los que están en buen estado y los más antiguos quedaron librados a la suerte de vaya uno a saber que oscuro funcionario del gobierno nacional del área de vialidad.

Una vez llegados a Córdoba enlazamos con la autopista que llega a Villa Carlos Paz, ciudad que si bien se ha convertido en una suerte de "Meca" del turismo nacional, parecería que año a año empeora ediliciamente.  Realmente no es una linda ciudad, aunque compensa con la belleza  geográfica  del lugar donde está situada.

Una vez más, como pasó con tantas ciudades turísticas argentinas, la construcción sin estilo le quitó el encanto de sus comienzos. Así podría mencionar a San Carlos de Bariloche, arruinada desde que se autorizó  la construcción del  Bariloche Center, en pleno centro cívico, allá por fines de la década del 60.  Mar del Plata, con las edificaciones que sin estilo alguno la convirtieron en un mamarracho edilicio, especialmente en la zona céntrica y en parte de la avenida Colón.  Villa  Gesell, que perdió todo el encanto que pretendió darle su fundador allá por la década del 50.

Podrá argüirse que ello es consecuencia del  progreso, pero hubo otras ciudades que crecieron espectacularmente en un plazo de 15 o 20 años y mantuvieron su estilo, como San  Martín de los Andes y Villa la Angostura en  el Neuquén, Mina Clavero en Córdoba, Carilo en la costa atlántica, y otras tantas cuyos intendentes comprendieron que el crecimiento y el buen gusto pueden ir de la mano.

Otra atrocidad argentina es el pésimo diseño de las rutas, que salvo el caso de las autopistas, en la mayoría de los casos atraviesan pueblos y ciudades por el medio. Y tampoco  se salva la auto vía o ruta 2, que vincula a Buenos Aires con Mar del Plata, que mantiene su traza original y cruza una serie de pueblos que obligan a restringir la velocidad durante varios tramos, lo que se aprovecha con fines fiscales para recaudar dinero en los casos que los radares policiales  detectan que se circula a unos pocos kilómetros más de velocidad que el limite establecido. Un exceso de cinco a diez kilómetros por hora puede ser penalizado con dolorosas multas.

Lo mismo ocurre con varias rutas que recorrí en Córdoba, que incluso tienen hasta semáforos que en la mayoría de los casos estaban fuera de servicio.

Las rutas deben vincular, pero cada pueblo debe tener uno o más accesos, pero no puede ser a esta altura de los tiempos que una  ruta, nacional o provincial, pase por la puerta de las viviendas.  Esto es consecuencia del mal uso de los dineros públicos, ya que las trazas  no responden  a los intereses de la gente sino a los intereses de los gobiernos de turno para poder volcar más dinero al populismo y a la  financiación de su propia militancia. 

Llegamos a Mina Clavero después de un viaje de 9 horas desde Buenos Aires, y nos alojamos en el Howard Johnson,  que el portal "Booking" clasifica con 4 estrellas y "despegar.com" con tres. Antes había entrado a la página web de esa cadena hotelera y parecería que sus hoteles son de 4 o 5 estrellas, amén de sus categorías "in" y "express".

Desde ya adelanto que el "Howard Johnson" de Mina Clavero no encuadra en ninguna de esas categorías, aunque se promociona como "inn".

Lo cierto que allí tuvimos el primer desencuentro, ya que se trata de un modesto hotel, que yo clasificaría con buena voluntad con solo dos estrellas, que carece de los servicios mínimos, tales como teléfono en las habitaciones, servicio de lavandería, televisores "led",en las habitaciones, entregan una sola tarjeta por habitación para accionar la cerradura electrónica,  carecemos de wi fi en nuestra habitación "superior" número 120, en la zona de la piscina hay sólo 7 reposeras y tres de ellas están dañadas, amén de otras carencias que son suplantadas por el estoico personal del hotel que aporta su buena voluntad, para compensar las falencias de una calificación que no le corresponde.

Otro ejemplo de mal gerenciamiento es el lugar para estacionamiento, como en la conserjería no toman los datos de los  vehículos  se ignora quienes son los propietarios de cada uno, y por lo tanto cuando es necesario correr un vehículo para poder salir, no se sabe a quien recurrir.

El domingo 4 de enero la piscina a las nueve y media de la mañana tenía el agua color verde y los purificadores no funcionaban, por lo cual era imposible sumergirse. Tengamos en cuenta que entre las ocho y las diez y media de la mañana ,y luego a partir de las cinco de la tarde son las horas más adecuadas para tomar sol.

Ello también es responsabilidad de la propia "Howard Johnson", que debería controlar el uso de sus franquicias y la calidad de los servicios franquiciados.

Realmente contratamos ese hotel confiando en su marca y nos sentimos defraudados, no tanto por los dueños del hotel sino por la propia "Howard Johnson" que espero tome cartas en el asunto.

Esta parte del sur de Córdoba tiene lugares muy bellos en un paisaje en el que se encuentran sierras, vegetación y esos ríos límpidos y transparentes que en su correr le dan a los colores de la naturaleza  una suerte de música que nos convierte en asistentes privilegiados de un espectáculo maravilloso que en nuestras creencias  nos hace ver la batuta de Dios como excelso director.

Anduvimos por Merlo en la vecina provincia de San Luis, y en el escaso tiempo de un día recorrimos tres o cuatro lugares que son verdaderos paraísos terrenales, como la "reserva del viejo molino" y el arroyo de piedras blancas, el "Paso de los malos" y la cascada de San Ignacio. Nos hicimos el firme compromiso de volver con más tiempo.

Las rutas de la provincia de San Luis están en muy buen estado, y allí encontramos una diferencia a su favor comparando con las rutas de Córdoba y la Provincia de Buenos Aires. Por otra parte, nos sorprendió el wifi y a poco de ingresara a la Provincia recuperamos la señal del celular.

Por ultimo, una familia tipo necesita estimar un gasto mínimo de mil quinientos pesos por día, contando alojamiento, comidas y transporte por día para poder veranear en esta zona.

Una breve reflexión, una región puede tener lindos lugares, la gente va a su busca y los disfruta, pero qué lejos estamos de buenos servicios turísticos. Y así todos nos acostumbramos a igualar hacia abajo, y como me decía otro huésped del hotel que compartía mis quejas, "démonos por contentos, todo podría ser peor".

Portal de América

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