Beneficio neto de las aerolíneas por pasajero
Viernes, 26 Diciembre 2014 21:08

Beneficio neto de las aerolíneas por pasajero
Las aerolíneas norteamericanas tendrán un beneficio neto de u$s 15,54 por pasajero, una importante mejora desde los últimos tres años. Fuente: La Nación, suplemento Comercio Exterior (23/12/14).
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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

Para la IATA, en el año 2015 las aerolíneas tendrán una ganancia de u$s 25 mil millones, lo que significa un margen de 3,2% o u$s 7,08 por pasajero.

Tony Tyler dijo a guisa de ejemplo que las Aerolíneas ganan por cada pasaje lo mismos que Starbucks con la venta de siete vasos de café, lo que de por si demuestra una desproporción  inadmisible.

Parecería ser que el objetivo del transporte aéreo es bajar las tarifas, y lo que es más paradójico, desde márgenes de ganancia tan bajos que convertirían en inviable o muy poco atractivo cualquier otro negocio comercial.

Siguiendo con las paradojas, el “low cost” fue un invento del transporte aéreo, y según cuenta Alejo Marcigliano, “Southwest” fue la pionera de esta nueva modalidad iniciada en la década del 70.

La filosofía de esta modalidad, según cuenta el mismo Marcigliano, sería mantener los costos lo más bajo posible para trasladar esa diferencia a las tarifas, y se resumiría en esta premisa: “Sobrevivir en el sector aéreo es una cuestión de milímetros” o de un puñadito de dólares por pasajero si nos vamos a los números dados por Tony Tyler.

En realidad, el “low cost”  es un “mix” de negocios, y la prueba de ello sería que las “low cost”  comercializan a partir de plataformas que les permite vender además de un billete para viajar en avión,  una gama  de servicios que van desde el alquiler de un auto, reservas hoteleras, a telefonía móvil o juegos de azar.

El low cost según distintas encuestas encontró en el segmento de edad de 20 a 32 años el 64% de la demanda de billetes. Quizás esto explique el motivo o la causa que la comercialización se haga casi exclusivamente por medio de redes y no existan locales comerciales, las estructuras comerciales son reducidas y la relación costos/ingresos es absolutamente superavitaria.

Conviene aclarar que en nuestro medio, me refiero a la Argentina, este modelo es hoy por hoy absolutamente impracticable, no solo debido al exceso de regulaciones que afectan al negocio aéreo, sino a la economía en general.

La clave del “low cost” es la flexibilidad en todo sentido, desde su organización laboral, ya que debemos tener en cuenta que en general predomina la rotación de tareas, algo impensable para nosotros, hasta en el manejo o administración tarifaria, advirtiendo que estas se modifican segundo a segundo, según evolucionen las ventas y también según las necesidades financieras de cada momento.

Otro elemento necesario es una alta densidad poblacional que permita multiplicidad de frecuencias en el punto a punto para lograr ocupaciones satisfactorias, e infraestructuras aeroportuarias  que compitan entre sí para facilitar  las operaciones.

Intercargo y su monopolio sobre los servicios de rampa, además de su alto costo y pésima calidad, o la fijación por el estado de los valores de las tasas aeronáuticas, son otro obstáculo insalvable para el “low cost”.

El “low cost” solo es imaginable en ámbitos de libertad económica y seguridad jurídica, y esencialmente en mercados competitivos donde la presencia reguladora del estado obre como garantía del sistema y no como su obstaculizadora.

Pero volviendo a la rentabilidad del transporte aéreo, deberíamos regresar a los 70 a partir de la llamada “desregulación”, que por otra parte aceleró los procesos de privatización ya  que parecía que los estados no debían continuar bancando un negocio de baja o nula rentabilidad que exigía cuantiosas inversiones  y que por tanto debería ser cedido al capital privado.

De paso podemos decir que en Argentina somos en materia de transporte aéreo “presetentistas”, con la diferencia que el estado no solo gestiona mal a Aerolíneas Argentinas y a todo lo relacionado con el transporte aéreo, sino que además entorpece el funcionamiento de la escasa participación del capital privado, como son los casos, no comparables entre sí, de Sol y LAN.

Llama la atención los reclamos permanentes de la industria contra los costos fiscales y ciertas regulaciones vigentes que  impedirían operar con costos menores, y a la vez los lamentos por la baja rentabilidad.

Se pronostica para el 2015 que volarán  3.500 millones de personas que pagaran u$s 825.000 millones pero sólo dejarán una ganancia de u$s 25.000 millones, después de impuestos, lo que se traduciría en un mínimo beneficio del 3,2%. Para Aerolíneas Argentinas seria celebrado con un feriado de una semana o dos, ya que Kristina cree que el transporte aéreo es  un negocio de rentabilidad negativa.

Otra cuestión que para Tyler es esencial, es la referida a la “conectividad”, que en mi opinión haría válida esta expresión “conectividad, cuantos crímenes se cometen en tu nombre”.

La “conectividad” de los países es una consecuencia natural de su atractivo y su potencialidad. Los países o regiones en los que la “conectividad” ha crecido ha sido consecuencia de su desarrollo, crecimiento, seriedad institucional y por contar con un clima de negocios que facilita la llegada de “inversiones genuinas”.

Esos países o regiones, como son los casos de Singapur, EEUU, Hong Kong o Qatar, o Chile y ahora Perú y Colombia, generan “conectividad”, no por tener transporte aéreo, sino por la calidad de sus indicadores. De nada le valdría a un país, y pongo por ejemplo la Argentina, tener el mejor transporte aéreo si fuera o es incapaz de atraer la atención del mundo.

Pero por otra parte en el caso del turismo, la brecha cambiaria desvía el ingreso de dólares al mercado “blue” a tal punto que el otro día una empleada de una sucursal de una casa de cambio ubicada en un shopping, me decía que solamente un limitado número de turistas habían hecho operaciones de cambio, lo que es lógico ya que algunos comercios en ese mismo shopping tomaban el dólar a valores que oscilaban entre los 13 y 14 pesos según el volumen de la compra. (Dólar oficial tiene 8,51 de valor para la compra)

Como diría con sentido bíblico, la “conectividad” viene por añadidura como consecuencia de un genuino proceso de desarrollo y de solidez institucional.

La cuestión pendiente como hacer para que el margen de rentabilidad se acerque a lo que seria normal en el mundo de los negocios, y quizás haya que pensar en bajar la oferta para que la demanda pague mas.

Portal de América

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