Primero los pañales…después el gobierno….
Martes, 04 Febrero 2014 22:35

Primero los pañales…después el gobierno….
“…Cada miércoles, Sigmar Gabriel, de 54 años, deja la oficina después del mediodía. Antes de las cuatro, busca a su hija de dos años en la guardería y pasa con ella el resto de la tarde…”  Sigmar Gabriel es el vicecanciller alemán y líder del SPD. (La Nación, Enfoques, 2 de febrero pasado).
SACRAMENTO - proasur
SACRAMENTO radisson
Arapey 1250x115
Mintur verano 1250x115
CIFFT 1250x115
Fiexpo 2024 1250x115
TSTT-1250x115

por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

Supongo que la hija de Sigmar Gabriel aún usa pañales y por lo menos ese día de la semana que su mujer trabaja, Sigmar se ocupa de los menesteres caseros, entre los que están por cuestiones fisiológicas e higiénicas el cambio de los pañales de su hija. “Al margen del trabajo, hay que tener tiempo para hacer las compras, hablar con la pareja y estar con los hijos…” Y agrega, “…de no ser así, ya no conocemos mas la vida real…”.

Parece que en Alemania se está produciendo eso que  Laura Lucchini, la autora de la nota tituló  “La revolución de los padres que trabajan llega a Alemania”.

Me atrevería a decir que esa tendencia podría a marcar un cambio importante en este mundo, o quizás mejor dicho, en esta “cultura líquida”, usando la expresión de Zygmunt Bauman que además se preguntaba si era correcto el razonamiento de Jurgen Habermas cuando sugería que la “crisis” se produce cuando ese estado normal, usual y familiar se derrumba, es decir cuando todo se vuelve liquido.

Diría que lo que se ha derrumbado es lo que fue nuestra cultura, nuestros valores, esa cultura que diferenciaba lo bueno de lo malo, lo normal de lo anormal. Dice Bauman “en otras palabras, llamamos crisis a una situación en la que los acontecimientos desbaratan lo que considerábamos normal, y las acciones rutinarias ya no producen los resultados que solían producir…”.

Sin embargo Bauman piensa que la “…percepción de crisis precede a la conciencia de normalidad…”, esa percepción induce a la búsqueda  de una teoría de lo “normal” que plantea la imagen de normalidad, no a la inversa.

No se si la percepción de la crisis tiene que ver con esta sensación que nos impacta, en el sentido que las “cosas andan mal”, esa sensación fluye de nuestra experiencia existencial.

Claro, sin querer nos metemos en ese difícil concepto de definir que es la modernidad.

En mi opinión, la modernidad tiene que ver con lo que Ortega llamaba la “altura del tiempo”, y con ese concepto tan ilustrativo de los nuevos bárbaros que nos han invadido, que son los que llama “sabios incultos”, un producto muy pretendido de las llamadas universidades de élite.

Hoy vivimos en un mundo dirigido por “profesionales”, excelentes en lo suyo, pero también excelentemente incultos y así son los resultados que están produciendo.

Las universidades han dejado de lado la enseñanza de la “cultura” o el sistema de las ideas vivas que el tiempo posee.

Pues bien, volviendo a Sigmar, nos muestra un camino que nos lleva a una de las ideas vivas de nuestra cultura que es la familia, el cuidado de los hijos, su educación, el respeto a la autoridad y sobre todo, compartir las cosas diarias de la vida como cambiar un pañal o comprar un kilo de pan.

Esa es la vida real, esa es la vida que debe gobernar la política y desde el propio ejemplo, hacerlo, no decirlo.

La ejemplaridad no se pregona. No es autorreferencial como lo cree Kristina.

Pero para ello es necesario estar formado  en esas ideas vivas y perennes que conforman una cultura cuando el mundo no era líquido.

Sigmar nos marca una hoja de ruta, como se suele decir ahora, todos debemos hacer las cosas de todos los días y no nos debe obnubilar solo “el tener” como diría Erich Fromm.

Volvamos a considerar una tarea importante y que tendría que ser indelegable, cambiar los pañales de nuestros hijos, aunque no nos equivoquemos, no solo la caca de su culito debemos limpiar…

¿Alemania nos estará marcando un rumbo…?

Portal de América

Escribir un comentario

Promovemos la comunicación responsable. No publicamos comentarios de usuarios anónimos ni aquellos que contengan términos soeces o descalificaciones a personas, empresas o servicios.