por Eliseo Sequeira, desde Montevideo

La informalidad en el alquiler de viviendas por la temporada no es un problema nuevo que afrontan los inmobiliarios. Hace años que vienen bregando por el control de los alquileres que se realizaban con la intermediación de particulares o de los porteros de los edificios. También estaban los Avisos Clasificados, donde tanto dueños, como intermediarios e inmobiliarias, competían por atraer a sus clientes. Trato directo entre dueños e inquilinos siempre hubo, y a eso no se pueden oponer ni el gobierno ni las inmobiliarias. Estas últimas lo único que pueden hacer es tratar de convencer a los propietarios de que su intermediación compensa con creces el costo de su comisión.

Pero el gobierno, al declarar a las inmobiliarias "agentes de retención" del IRPF a los alquileres, en los hechos y a los ojos de los propietarios, "encarecieron" su trabajo.  De nada vale explicar que el 60% de lo que "cobran" se lo lleva el Estado.

Los portales digitales lo que vienen a simplificar es el contacto directo del propietario con su potencial inquilino, y también simplifica la búsqueda de éste. Todos los portales de este tipo permiten la búsqueda por ciudad, barrio, características de la vivienda y franjas de precio.

Pero en esto, hay que diferenciar dos tipos de portales. Están los que funcionan como  Avisos Clasificados, como Mercado Libre y El Gallito, que cobran un monto fijo independientemente del valor del alquiler, y no tienen ninguna responsabilidad en los contratos y por lo tanto, en el pago o no del IRPF. En estos portales anuncian por igual dueños, intermediarios e inmobiliarias. Lógicamente, cada vez son más los dueños y menos las categorías que cobran comisión. Es un tema económico y ya lo habíamos planteado en setiembre del año pasado en "Las inmobiliarias, ¿rubro en extinción?".

Los portales tipo Airbnb se asemejan más a una inmobiliaria virtual, cobran una comisión. Su competitividad en el mercado estará dada por el monto de esa comisión en comparación con las inmobiliarias. En cuanto al tema del IRPF, sólo es una cuestión de tiempo que el Estado encuentre cómo cobrarlo. Y en ese momento, si se aplica todo el peso del Código Tributario, pobres Airbnb y propietarios implicados. Porque las deudas impositivas no prescriben igual que las comerciales.

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