por Eliseo Sequeira, desde Montevideo

Desde la escuela, nos insisten que el clima uruguayo es "templado, con una  temperatura media de 24ºC y un promedio de lluvias de 100 mm por mes". Y luego, cuando crecemos, nos cuesta convencernos de la inmensa variabilidad del clima, y nos sorprendemos, aunque sea un viejo dicho, cuando tenemos las cuatro estaciones en el mismo día.

Desde este Portal, hemos insistido en que hacer estadística no es simplemente juntar información, traducirla a números, realizar las operaciones básicas y obtener un resultado que tratamos sea el más adecuado a nuestros intereses.

Para hacer estadística en serio, hay que saber qué se va a medir y cómo, para qué se va a procesar y cómo, y fundamentalmente, saber interpretar los resultados y poder con ello proyectar acciones que reduzcan riesgos o maximicen ganancias, sean éstas económicas o sociales.

El clima es un elemento estructural en todas las actividades humanas, y hace mucho tiempo que en la mayoría de ellas, especialmente en las más afectadas, casi no se habla de promedios. Sí se habla de distribuciones, frecuencias, probabilidades de eventos por encima de umbrales de riesgo prefijados, y otros estadísticos que permiten la toma de decisiones más adecuadas.

Pero parece que en el turismo aún esta tendencia no existe. En un mundo competitivo como el actual, cambiante, donde cada vez más gente e infraestructuras están expuestas a la variabilidad de la naturaleza, seguirse aferrando a los promedios es peligroso. Pero si se vive en un país donde la diferencia entre las temperaturas máximas y mínimas de cada día en general superan los 10ºC, donde en una noche despejada y calma, la diferencia de temperatura entre los extremos de un ser humano supera los 5ºC  (para el cuerpo humano, si es una noche de helada, es como tener los pies en el freezer y la cabeza en un horno), o que el "promedio" de lluvia sólo se supera uno de cada tres años, ya pasa a ser suicida.

Al que siga minimizando al tema clima a un lugar coyuntural, y siga aferrado a la vieja escuela de los promedios, tarde o temprano se lo llevará el temporal de la realidad.

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