por Eliseo Sequeira, desde Montevideo

La muletilla hasta el lunes después de la semana de turismo fue: "el año comienza después que llega el último ciclista". El problema es que no se entiende por qué "tomarse" unas vacaciones de tres meses. Especialmente después de un año en el que el comercio y el turismo acusaron fuertemente una serie de factores negativos de dentro y fuera de fronteras: familias endeudadas al límite, aumento de costos en pesos y dólares, situación en la Argentina, baja de rentabilidad, sectores en la cadena de pago con plusvalía en sus servicios, legislación y acciones gubernamentales contradictorias. Y en el inicio del año todos estos factores se intensificaron...

Uno de los primeros sectores donde se nota esta quietud, es en la publicidad. Son muchos los dueños de empresas (no empresarios) que a la hora de hacer recortes por la baja en la recaudación, el primero es el "gasto" en publicidad. Ello es entendible cuando se vende más de lo que se produce. Pero cuando es al revés, y en un mercado competitivo, el posicionar la oferta propia es fundamental. La cuestión es desarrollar una buena idea de comunicación y  usar el medio adecuado al producto y el público al que se quiere llegar. Y no siempre la elección que se hace en base a juntar opiniones (eso sí que no está quieto, los uruguayos somos "opinólogos" por naturaleza) resulta correcta.

El gran problema surge con la opinión de algunos contados empresarios que ya han vivido varias crisis, cuando comparan la situación actual con la sensación vivida en el 2001.

Otro sector en el que se nota la quietud, por lo menos aparente, es en la lucha de las Cámaras empresariales por los asuntos que hacen a la competitividad individual y colectiva. Y digo aparente, porque si se comparan las noticias de lucha por reivindicaciones de los empresarios y de los trabajadores, estas últimas son abrumadoramente mayores. Pero ésto es preocupante, no porque los trabajadores reclamen, sino por la falta de reclamos con la misma fuerza por parte de los empresarios.

Ante toda esta quietud, hubo una noticia fresca, alentadora y ejemplarizante. La protagonizada por el PIT-CNT y Un Techo Para Mi País. A los duros dichos de un dirigente sindical, la ONG reclamó una reunión para trabajar juntos. La misma se dio sólo 24 horas después, y en ella se acordó una línea de acción para mejorar lo que se está haciendo. No se entretuvieron en melodramas mediáticos por lo que algunos pueden considerar un descalificativo, no se dieron ni se pidieron disculpas por las palabras, "eso ya fue".

Tal vez va siendo hora que este ejemplo cunda, y aquellos que tengan intereses comunes se junten para acordar acciones para mejorar lo que se está haciendo. Que no siga la quietud por la falta de conocimiento e ideas, ni la parálisis por miedo a defenderse o al que dirán.



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