por Damián Argul, desde Carrasco, Uruguay

Las he tenido organizando congresos de cantidad de especialidades  médicas,  viajes del Colegio de Contadores, gente de arte a la Bienal de Venecia y del futbol a distintas competencias.

Quiero hoy destacar a los hermanos Silva, Juan Ángel, Wellington y Raúl, de Morenada, y su gerente Scelza, padre de JC, el comentarista deportivo. Con ellos viajé varias veces y también los contraté para distintos eventos locales.

Es que el Candombe y Morenada conmueven a los extranjeros, y los ven como  más auténticamente nuestros, quizás porque  otras manifestaciones folklóricas las vinculan más con nuestros hermanos del plata.

En el exterior

En las presentaciones de Uruguay que hacía AUDAVI en distintos congresos generalmente los incluía.

Congreso ABAV

En una ABAV en Porto Alegre estaba programada su presentación en una noche en que primero actuaría un conjunto bahiano muy artístico y famoso, y luego Morenada. Como en aquella época las comparsas no tenían la espectacularidad visual que tienen ahora se nos ocurrió que en lugar de entrar por el escenario era mejor que hicieran la llamada afuera y entraran tocando por la sala. Después de algunas discusiones así se hizo, de manera que cuando iban por la mitad de la platea todo el mundo empezó a bailar y se armó la fiesta más animada  del congreso, lo que no es poco decir en Brasil.

Congresos COTAL

El Congreso de COTAL incluía en su programacipon un gran espectáculo folklórico, en el que distintos países de Latinoamérica presentaban sus mejores conjuntos. AUDAVI llevó varias veces a Morenada ganando premios y distinciones. El hecho es que el espectáculo era muy largo y aburrido, ya que se repetían mucho los conjuntos de danzas precolombinas, por más artístiicas que fueran, y Morenada rompía esa monotonía con su contagioso borocotó chas chas.

Para la COTAL de Quito, una de las ciudades más fascinantes de nuestra América, Ecuador envió un Convair 990 – Coronado- alquilado por  la compañía aérea a Alaska Airlines para transporte gratuito de las delegaciones argentina y uruguaya, y allá fuimos con la comparsa.

El vuelo fue excelente pero la aérea se fundió al aterrizar en Quito, haciéndose cargo el gobierno ecuatoriano de los pasajes de regreso de todos los invitados.

A mi no me importaba porque debía volver por Lima, pero aproveché el viaje de Quito a Guayaquil   por tierra recorriendo la llamada Avenida de los Volcanes, uno de los recorridos más deslumbrantes que jamás realicé, con su frondosa vegetación selvática salpicada de orquídeas, arriba, en los Andes´.

Aunque cuando la ruta se estrechaba a causa de algún deslizamiento daban ganas de bajar y seguir  a pie.

El problema fue para Bruno Musitelli, que siguió viaje con la comparsa debiendo hacer cambios de vuelo en Santiago y Buenos Aires, siendo que varios de los muchachos, aprovechando los vuelos directos habían viajado con una documentación muy precaria. Seguramente Bruno debió apelar a sus múltiples dotes actorales.

Congresos en Uruguay

Si en la COTAL Morenada fue un clásico, no menos lo fueron sus presentaciones en La Azotea de Haedo en numerosos congresos que organizamos.

La idea era llevar a los delegados ahí, darles tiempo para recorrer los espléndidos jardines con réplicas de los principales monumentos del Uruguay, visitar alguna de sus instalaciones como la Capilla obra del arquitecto boliviano Xavier Querejastzu, el Molino y una sala de fotos y recuerdos del pintoresco y veterano expresidente, en la que llamaba la atención las tapas de Peloduro debidamente enmarcadas con caricaturas de Julio Suárez mofándose del propio Haedo.

En el recorrido se instalaban distintos puestos de vino y empanadas.

La idea era que se hiciera “la llamada” desde afuera, e ingresaran a todo tambor llevando la gente hasta una explanada donde actuaban y se armaba baile.

La planificación no siempre salía cronométricamente bien, porque lograr que Morenada fuera puntual resultaba  imposible, aunque delegados y organizadores quedaban muy satisfechos.

Y no es que no haya intentado fórmulas para mejorar la puntualidad. Recuerdo que una vez en la reunión de una gran firma internacional de auditores, le mentí a Scelza diciendo que la reunión empezaba a las 7 pm y no a las 9 pm como era en realidad. Llegaron a las  8pm y como no había nadie se fueron todos a Maldonado y para juntarlos tuve que recorrer todos los  bares y otros lugares de Maldonado cuyos nombres prefiero olvidar. Casi me vuelvo loco.

Más allá de estos contratiempos guardo de los hermanos Silva y su gente el mejor de los recuerdos, y llegamos a tener una relación de mutuo afecto y respeto.

El impacto de Morenada en los extranjeros me ha convencido que Las Llamadas, junto con la Noche de la Nostalgia, son dos fiestas populares que deberían figurar en el mismo Calendario que la Feria de Abril en Sevilla y la Oktoberfest de Munich. Tiempo requieren las cosas pero también hay que apurarlas.

Portal de América