por Damián Argul, desde Carrasco, Uruguay

Los perjuicios que esta causa en la Industria Turística ya han sido suficientemente enumerados en nuestras anteriores entregas. Para los destinos de Sol y Playa, los más afectados por la estacionalidad, el Turismo Cultual representa la forma alternativa más fácil de atraer Turismo.

Cuantificando  su importancia, Blanca Sanjuanbenit, en un informe del BBVA,  con el título “Turismo cultural: un negocio muy rentable” afirma: “Casi 1.200 millones de personas —uno de cada siete habitantes del planeta— viajaron al extranjero en 2015. Y  el 37 % de estos turistas internacionales  eligieron sus vacaciones teniendo en cuenta la oferta cultural del país de destino: monumentos, museos, festivales y folclore”.

¿Que es entonces el Turismo Cultural?

El “US International On Monuments and Sights”  define claramente sus características: “El turismo cultural y el cultural-intelectual son  una actividad que se focaliza en el entorno cultural aud abarca los lugares icónicos de un destino, su patrimonio histórico- cultural, valores y estilo de vida de la población local, así como su arte, artesanía, tradiciones y costumbres. Sus intereses   pueden consistir en visitar o participar de actividades y eventos, conciertos, visitar museos, exposiciones y galerías.
 
Para definir las tipologías del turista cultural transcribimos a la categorización realizada por por   Hilary Du Cros y Bob McKercher, realizada para un informe de la Commission Européenne du Tourisme (CET).

Las tipologías son:

-  El apasionado (turista cultural definido): la cultura es su razón principal para viajar y vive una experiencia cultural muy profunda.
-  El concienzudo (turismo cultural turístico): la cultura ocupa un lugar importante en la elección de , pero la experiencia cultural es menos profunda.
-  El instintivo (turista cultural casual): no viaja por razones culturales pero, debido a su participación, se encuentra viviendo una experiencia cultural muy profunda.
-  El turista cultural casual: la cultura no es su principal motivación para viajar y la experiencia cultural resultante es superficial.
-  El accidental (turista cultural incidental): no viaja por razones culturales, sino que participa en actividades que le dan una experiencia cultural superficial.

De acuerdo a lo que expresado más arriba, son muchas las posibilidades de crear productos turísticos-culturales y para ello lo que más se requiere es voluntad, planificación y como siempre creatividad que lo diferencien de otras ofertas similares.     

Los eventos ya han sido abordados en el No. 2 de esta serie.

Las obras y fundamentalmente los museos son grandes atractores de turismo, le confieren un prestigio adicional al destino y estimamos que un museo atractivo, tomando en cuenta los tiempos del turista, puede adicionar un día de pernocte adicional en la ciudad.

Un caso muy notable es el de la Riviera Francesa, con casi un museo atractivo en cada ciudad: Vallauris, Mougins, Nice, St Paul de Vence, Antibes. Biot, Cagnes, para citar algunas. Aquí se acuñó aquello “que después de los artistas llegan los inversores”, pero Río Janeiro con sus magníficas playas, exuberante naturaleza y buen clima prolongado, también cuenta con museos muy importantes y Mar del Plata inauguró en el año 2013  el museo MAR, que ya recibe un millón de visitantes anuales.

Es importante señalar que en todo esto puede ser un error encarar el Turismo Cultural como una simple alternativa al turismo de sol y playa.

Encarar una política agresiva en la materia va mucho más allá de la lucha contra la estacionalidad:
-     Eleva el nivel cultural de la población local.
-     Aumenta su autoestima.
-     Mejora la imagen del país que obtienen los visitantes.
-    Aumenta considerablemente el interés por los destinos de Sol y Playa, como lo demuestran el Caribe Mexicano, con la ruinas mayas y la Costa del Sol con a cultura de Andalucía.

Un párrafo especial para el Turismo de Tercera Edad, principal motor de la estacionalidad.

Es un mercado tremendamente receptivo a las ofertas culturales.

Ofertas que no pasan necesariamente ni exclusivamente por grandes museos ni grandes festivales, aunque no dejen de ser bienvenidas, pero que requieren una bien programada agenda turística-cultural que incluya visitas guiadas a museos y galerías, conocer talleres de artistas y artesanos, tertulias que pueden ser guiadas por jóvenes  profesores sobre literatura, arte, historia u otros temas de interés.

Como la llamada Tercera Edad cubre una diversidad de franjas etarias no es posible generalizar sus preferencias, pero aquello de  “Nunca es tarde para aprender” es un poderoso motivador, por lo que operadores, hoteleros y las autoridades locales deben organizar una cuidada y atractiva agenda que seguramente será muy bien recibida.
   

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